Prudencia en la abundancia, prudencia en la escasez

Diego Lara León

Una de las definiciones más comunes al estudiar economía se refiere a que ésta es la “ciencia de la escasez”, por eso se suele decir que administrar la escasez es más meritorio que administrar la abundancia.

Es que cuando hay escasez, el ser humano se vuelve más creativo, más productivo, más selectivo de sus gastos, busca nuevas formas de obtener ingresos, explora iniciativas que en época de abundancia estaban aletargadas.

Muy pocos países, empresas o familias administran la abundancia con el rigor que se administra una escasez.

Muchas nuevas ideas que luego se convierten en prósperos emprendimientos al momento de nacer no tenían capital suficiente para empezar y los emprendedores “hicieron milagros” para poder arrancar operaciones. Por tanto, cuando se escucha la frase “no lo hago porque no tengo recursos”, debemos inmediatamente reflexionar que lo que padece esa persona es de falta de empuje e iniciativa o que a su alrededor el ecosistema no es favorable para la consecución de fondos, o ambos.

Hay un mito muy conocido que indica que el ser humano promedio busca que todas las condiciones estén perfectas para proceder a dar el paso, pero pretender que todo esté perfecto para hacer algo es simplemente imposible.

La falta de presupuesto per sé no impide que se luche por un sueño o se realice un proyecto, la abundancia tampoco asegura el éxito. Lo importante es siempre hacer lo mejor posible con optimización de recursos.

Recomiendo valorar su proyecto, he visto muchos casos donde el emprendedor no tiene idea de cuánto cuesta hacer su proyecto. Recomiendo también realizar una planificación no solo de actividades sino de gastos (flujo de efectivo o cash flow); Pero, sobre todo recomiendo prudencia en tiempos de abundancia y por supuesto prudencia en tiempos de escasez. (O)

@dflara