Vivimos un show montado

EDUARDO CHIRIBOGA APONTE

Las causas de la iliquidez que sentimos, tiene mucha relación con la mentalidad semifeudal heredada de la colonia, provocada por las millonarias ganancias de las exportaciones agrícolas y pecuarias, de las que solo retornan al circulante nacional, apenas lo que cubre sus gastos operativos.

El resto reposa y se invierte en países con mayor seguridad jurídica a los capitales; esto, sumado a las remesas que los extranjeros envían a sus familias en el exterior, van generando la asfixia de circulante y, por ende, el escaso desarrollo de nuestros sectores productivos. Y todos los gobiernos se han hecho “los de la vista gorda” para que esta cruda verdad cambie. Luchar contra nuestro establishment criollo, es tirarle piedras a la luna, piensan.

Las buenas intenciones de este Gobierno para favorecer emprendimientos, son entorpecidos por el alto costo del dinero y los engorrosos trámites que la banca de desarrollo exige; para colmo, regida absurdamente por las leyes de la banca privada, importándoles poco que su visión y misión sea completamente diferente, como bien lo dijo el Presidente del BID hace pocos días. Para rematar, culpan a la reglamentación del Banco Central por la carestía del dinero.

Como resultado de esta terrible situación, el agricultor yace a la merced de la industria, de los intermediarios y comerciantes cuya mentalidad es la de ganar entre un 100 a un 400% por venta y de los altos intereses bancarios, con lo que al emprendedor le es complicado ser eficiente, rentable y competir internacionalmente con países que sí los apoyan. La falta de empleo es el resultante.

Con esta tercermundista situación, ya tradicional en nuestra historia, ¿podemos abaratarnos para producir como país? ¿Será que modernizando las arcaicas leyes laborales lo lograríamos? Y toda esta lamentable situación pasa inadvertida, mientras se discute quién robó más de entre ellos, sabiendo que la impunidad emanada de nuestra justicia los protege y que nada cambia.

Vivimos un show montado por los grupos de poder, desde siempre. Y como el pueblo pasa distraído, observando denuncias que difícilmente llegarán a sentenciar a los verdaderos culpables, ¿será que lograremos mejorar nuestro desarrollo como país?

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