Este 2 de agosto, Quito rememoró la dolorosa masacre de los próceres y el pueblo quiteño en las calles a causa del primer grito de independencia producido un año antes, el 10 de agosto de 1809. El dictamen del fiscal Tomás de Aréchaga, según refiere el historiador Juan Francisco Morales Suárez, en su libro ‘Agosto, mes de recordación inmortal’, emitió “opinión acusatoria y pidió la pena de muerte para 86 de los próceres de Quito, por la comprobación radical de la existencia del delito de pretender la libertad e independencia de la Provincia de Quito, a través de la subversión”.
Este 5 de agosto, Esmeraldas celebra su independencia, el Archivo Nacional de Historia nos da luces de las luchas libertarias de los próceres esmeraldeños. Los empleados de esta institución emblemática son guardianes de nuestro patrimonio y merecen la valoración y respeto de toda la sociedad ecuatoriana. No es sólo con discursos ceremoniosos, como se rinde homenaje a quienes dieron sus luces, vida y esfuerzos por la libertad, sino con la entrega para que se haga realidad el ideario de quienes pensaron en días mejores para todos.
El plantón en el Hotel Quito, emblemático hito arquitectónico, fue convocado por la red de Barrios de Quito y la Red…Es Quito con La Floresta al mando de su territorio. Germán Rodas, de la Comisión Nacional Anticorrupción, y el arquitecto urbanista Milton Barragán acompañaron al plantón. “Exigimos a las autoridades del Biess y al Alcalde de Quito que se transparente la venta del hotel y sus terrenos, así como se garantice la protección del patrimonio, no sólo la estructura del edificio, sino su entorno histórico, natural y paisajístico”, escribieron los ciudadanos.
¿Deben sólo cuatro funcionarios definir qué es patrimonio para luego destruirlo o darlo al mejor postor? El patrimonio natural, histórico, arquitectónico, de los saberes y costumbres debe respetarse para el disfrute de todos, pero ocurre que “el centro histórico se está muriendo” como lo afirma Fernando Carrión. Quito necesita una defensa real de sus ideales centenarios y de su ciudadanía.