Es aberrante

CARLOS TRUJILLO SIERRA

Por decir lo menos, y para su más clara y rápida comprensión, el comportamiento de galladas, jorgas o bandas de adolescentes -supongo- al envenenar a más de 30 perros (o canes, si usted así lo prefiere), perros ex callejeros, ex abandonados, pero al momento de este acto aberrante, recogidos y bajo vigilancia humana. Aberrante, también, es la situación de Venezuela. Comparemos dos situaciones:

Venezuela con 30 millones de habitantes (4 millones huidos), cientos de muertos, miles de presos y Maduro aferrado al poder. Y Puerto Rico con 3 millones de personas en la isla (y casi igual cantidad en EE.UU., Nueva York especialmente) ocho días de manifestaciones sin muertos, pocos presos fugaces y el Gobernador Roselló renunciado. Alguien puede explicarme eso?

Aberrante también es la migración venezolana si la comparamos con la ecuatoriana. Los ecuatorianos emigraron mayormente a EE. UU. y España, países carentes de suficiente mano de obra en particular en los sectores agrícola y de cuidado de ancianos, plazas que no querían ser llenadas· por los mismos norteamericanos y españoles. Los venezolanos -dejemos la hipocresía y seamos sinceros un rato- vienen a disputar las pocas plazas de trabajo que se abren para nuestros propios conciudadanos, eso no es xenofobia.

El pueblo está pobre y muchos dirigentes siguen con sus veleidades, propias del correísmo, de nuevos ricos. Aberrante es la condición de las cárceles, el estado de la educación y su infraestructura (afuera gente sin título ni preparación). Aberrante es tapar el robo de Rafael Alí y sus 40 alegres muchachos pagando a los jubilados en bonos que favorecen a los chulqueros o usureros, en vez de dólares constantes y sonantes como fueron descontados en su momento.

En la presidencia de Lucio tuvieron que morir más de 30 jubilados para mejorar su situación. La aberración no termina: Una cadena nacional alaba al gobierno, agradece estar pagados y de lado quiere minimizar a los «viejecitos» en huelga de hambre.

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