Y ahora, rayos láser contra los virus

Las enfermedades microbianas transmitidas por el aire, como la gripe y la tuberculosis, representan importantes desafíos para la salud pública. Y un método directo para prevenir la transmisión de este tipo de enfermedades a través del aire consiste precisamente en la inactivación de este tipo de patógenos cuando aún están pululando en el ambiente.

Un potencial agente antimicrobiano que responde a este enfoque preventivo siempre ha sido la luz ultravioleta de la cual, clasificados según su longitud de onda y energía existen 9 tipos distintos. De todos ellos, la radiación ultravioleta de onda corta -UVC- ya se había establecido desde hace tiempo como un efectivo agente microbiano. No obstante, su uso generalizado en entornos públicos hasta el momento había sido limitado debido a que las fuentes de luz UVC convencionales habían demostrado ser carcinógenas.

Sin embargo, no hace mucho que un equipo de científicos del Centro Médico Universitario de Columbia -CUIMC– demostró que la luz UVC lejana -aquella cuya longitud de onda se sitúa entre los 207 y los 222 nanómetros- posee la capacidad de inactivar algunos de estos patógenos de transmisión aérea sin poner en peligro la salud humana. Los resultados del estudio titulado ‘Special UV light safely kills airborne flu finds study’ fueron publicados en la revista Scientific Reports.

David J. Benner, profesor de Biofísica de la Radiación y de Ciencias de la Salud Ambiental a la vez que director del Centro de Investigación Radiológica en el CUIMC y autor principal del estudio explica que: «la luz UVC lejana tiene un rango muy limitado y no puede penetrar a través de la capa externa de células muertas de la piel humana o la capa de lágrimas en el ojo, por lo que no es un peligro para la salud humana. Sin embargo, los virus y las bacterias son mucho más pequeños que las células humanas, por lo que la luz UVC lejana puede alcanzar su ADN e inactivarlos» gracias a que la UVC lejana ataca a los enlaces moleculares que mantienen unido el ADN.

Los hallazgos sugieren que el uso de luz ultravioleta lejana en hospitales, consultorios médicos, escuelas, aeropuertos, aviones y otros espacios públicos podría proporcionar un control poderoso sobre las epidemias de gripe estacional, así como evitar la propagación de pandemias relacionadas con esta y otras enfermedades.

A un precio menor de 1.000 euros por lámpara, un costo que seguramente disminuiría si las mismas fuesen producidas en masa, las luces de UVC lejana resultarían tremendamente económicas. Además «a diferencia de las vacunas contra la gripe, el UVC lejano probablemente resultará efectivo contra todos los microbios en el aire, incluidas las nuevas cepas emergentes» concluye.