70 años de altivez

Gabriela Rosero

El 5 de agosto de 1949, es una fecha que los ambateños jamás podremos olvidar, aún cuando muchos de nosotros no vivimos este desastre natural, es un recuerdo que a través de los imaginarios colectivos de la población se han impregnado en nuestra memoria.

Luego de recordar y volver a vivir ese día a través de las pocas imágenes que permanecen en el archivo ciudadano y escuchar el repicar de las campanas de nuestra hermosa catedral a las 14:09, yo quiero engrandecer a esos hombre, mujeres y niños, quienes a pesar de la adversidad vivida por el sismo, tuvieron la fortaleza, la capacidad, la tenacidad pero sobre todo el amor hacia su ciudad para levantarla de los escombros.

Después de 70 años hoy tenemos una ciudad reconstruida física, estructural y emocionalmente y es que es ese el legado que nos dejaron nuestros antepasados lo que nos ha contagiado de un enorme orgullo y amor a la tierrita linda, a la tierra de las flores y las frutas, a la ciudad cosmopolita.

El espíritu de resiliencia de los ambateños es tan grande que hizo de nuestra ciudad un ejemplo de transformación y superación económica, productiva y social, convirtiéndonos en un territorio lleno de oportunidades para propios y extraños.

La rebeldía, la altivez y la valentía son características propias de los guaytambos y hacen que Ambato sea el lugar perfecto para albergar a todos quienes deciden vivir aquí, por algo somos el corazón del Ecuador, somos esa tierra que irradia progreso, desarrollo y solidaridad; somos una tierra próspera pero sobre todo hermosa.

Ambateños, lo que un día levantaron nuestros ancestros con tanto esfuerzo, no permitamos que lo destruya algún mal político o malos ciudadano. Anhelo con el alma que ese sentimiento se arraigue en nuestro ser y sintamos en nuestras entrañas la bendición de haber nacido en esta ciudad y provincia, pero sobre todo sintamos el enorme deseo de servir al prójimo teniendo presente el ejemplo que nos dejaron aquellas personas memorables que nos sacaron de la ruina sin un titulo, una dignidad o un cargo público.