EDUARDO TABAREZ RAMÍREZ
Es verdad que todas las personas aspiramos a tener un mejor estándar de vida; unos aspiran a ampliar o incrementar su riqueza, otros mantenerla, la gran mayoría quieren tenerla, otros bajo el propósito que ingresos permitan satisfacer las necesidades básicas o al menos estar más cómodos. Creería que así se ha venido desarrollando la sociedad desde la antigüedad, siempre ha existido ese ávido interés de la superación económica, muchos desbordaron este interese en el dominio sobre el débil, razones por las que se originaron grandes batallas.
En el fondo, poco o nada ha cambiado, la intención de ser rico se mantiene, el ‘amor’ por el dinero entendería es creciente, en efecto me sumo a la posibilidad que todos podamos ganar dinero, como dice el adagio popular, no es lo más importante, pero ayuda, así es, ayuda y bastante. El problema no está en el fondo, lo negativo es la forma como muchas personas de la noche a la mañana aspiran a tener tanta riqueza, muchos lo logran sin medir las consecuencias futuras, a muchos no les importa la forma en que lo tienen que lograr: La concusión, cohecho, extorsión, etc., es parte del folclor, el menú cotidiano a la orden del día, logran tener tanto que ni tiempo tienen para disfrutarlo, en otros casos no lo pueden sacar a relucir por temor a ser notorios.
Cómo entender que con módicos ingresos se tenga incremento patrimonial tan alto y hasta hacen gala de no adeudar a nadie; cómo descifrar las razones de muchos por cooptar funciones importantes, al menos las que tienen espacios autónomos para hacer determinados contratos de servicio o de obras, se pelean esos cargos; claro, es la oportunidad de tener ingresos adicionales que los lleve a la competencia de estar en un mejor nivel económico.
Cuántas personas dejaron a sus amigos de siempre; cuántas disfunciones familiares se observan solo por el hecho de un cambio en su status social, al parecer es lo que los llena en su interior una efímera circunstancia, clara demostración de poca valoración personal a si mismo; así es como un alto promedio de la sociedad se está moviendo, todo en función del dinero, pero no el bien ganado, es el dinero fácil del lleve, de la coima, de la famosa denominada ‘sapada criolla’ y antes que me olvide son los que más pregonan el beneficio social.