Eliminar las regiones

ORLANDO AMORES TERÁN

Senplades dividió en 7 zonas administrativas y de planificación, el territorio nacional, cumpliendo de modo inconsulto el Art. 242 de la Carta Montecristi que determina: “El Estado se organiza… en regiones, provincias, cantones y parroquias…» Dividir en regiones el país, es arbitrario, porque las provincias son producto de años de lucha social por “independizarse” de centros de poder, cohesionar su propio territorio en base a sus relaciones, tradiciones, usos, costumbres, lograr representación legislativa, autonomía financiera administrativa, ser atendidos sin interlocutores que representan otros intereses.

Unir provincias en una región, comporta una torpe imposición del sistema concentrador de poder, vigente desde 2008; un ejemplo nos permite demostrar el aserto: no existe relación entre los antecedentes históricos, costumbres, tradiciones, vestuario de un épera, con un afrodescendiente esmeraldeño y de éstos, con un pupo carchense o un chagra ibarreño, peor con un Shuar; sin embargo Senplades crea una región, zonificando a 4 provincias disímiles como son: Esmeraldas, Carchi, Imbabura y Sucumbíos. La respuesta es la inconformidad, divergencia, oposición, porque no solo alteran vínculos sociales, económicos, productivos, culturales, sino que superponen funciones, crean doble cadena de trámites provinciales y regionales que anulan la estructura administrativa existente en provincias, retardan procedimientos, desplazan de puestos de trabajo a coterráneos, por personas de otras provincias. La regionalización está sujeta a Consulta Popular, no se han cumplido requisitos para constituir las regiones; por tanto, son ilegalmente estructuradas e inconstitucionalmente zonificadas.

Crean la falsa percepción de descentralización, cuando se trata de adquirir el control total de los organismos seccionales, limitar la autonomía de las provincias, restar autoridad a 24 prefectos, privilegiar la presencia de 7 gobernadores regionales sumisos, lacayos del régimen. Exigir la eliminación de las regiones, corresponde a prefectos y asambleístas con dignidad. Veamos cuántos hay.

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