El Banco Central vuelve por su autonomía con aval del FMI

Foto: Banco Central del Ecuador
Foto: Banco Central del Ecuador

Quito, EFE

El Banco Central de Ecuador (BCE), con 97 años de existencia, ha iniciado el tramo final de un proceso con el que quiere recuperar su autonomía institucional, administrativa y financiera, y que además forma parte de los acuerdos que el país ha suscrito con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Por ello, la gerente del BCE, Verónica Artola, aseguró este miércoles que en septiembre próximo se presentará un proyecto de ley a la Asamblea Nacional, que le permitirá a la institución recuperar su autonomía y la capacidad de manejar, sin interferencia del Gobierno, las reservas nacionales y otras operaciones.

Justamente, ese fue uno de los postulados que se enunciaron este miércoles durante el seminario «Autonomía del Banco Central», organizado por el Instituto y en el que participaron expertos como Anastasia Kurvskaya, catedrática de la Universidad de Sídney; Manuel Ramos, del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos, y el exministro ecuatoriano de Economía Mauricio Pozo, entre otros.

Artola remarcó durante el encuentro que la recuperación de la autonomía es vital para que el Banco Central pueda efectuar un manejo técnico e independiente y contribuir a mantener el sistema de dolarización que rige en el país desde el año 2000.

Lo que se busca es que un BCE independiente de los gobernantes de turno pueda mantener la estabilidad financiera en el tiempo y convertirse en un «tercero confiable» a la hora de analizar la coyuntura económica.

El proceso, añadió Artola, ya ha empezado y dijo que, por ejemplo, el BCE prevé recuperar unos 500 millones de dólares de la inversión que había hecho al Estado en el Ministerio de Economía.

Además, lo que se pretende es que el BCE brinde estabilidad para el sistema financiero nacional y que pueda incluso establecer políticas de tasas de interés.

Sobre este aspecto, Artola indicó que una misión del Banco Mundial visitará en los próximos días el país para analizar el capítulo de las tasas de interés.

La gerente remarcó que la autonomía del BCE también es importante para gestionar la liquidez de la economía y lograr la sostenibilidad de la balanza de pagos, sobre todo porque «el talón de Aquiles en dolarización es el sector externo», donde se debe buscar que el ingreso de divisas sea superior a su salida.

Lo que se busca, dijo, es «generar una autonomía que nos permita fortalecer el balance del Banco Central», además de «fortalecer la reserva internacional» y que el instituto se convierta en «custodio de la dolarización».

Asimismo, señaló que el proyecto legal de autonomía devuelve la posibilidad al BCE de designar a un directorio, con nombres sugeridos por el propio Ejecutivo, pero que permita garantizar la independencia institucional.

De momento, la Constitución del Estado establece que el BCE es el instrumento por el que se canaliza la formulación de las políticas monetaria, crediticia, cambiaria y financiera que emana el Ejecutivo.

Para la catedrática Anastasia Kurvskaya, la autonomía de los banco centrales en el mundo busca, entre otros objetivos, blindar a las economías de la inestabilidad que puedan generar políticas internas de corte populistas.

«No importa quien está en el poder o quien está a cargo, el Banco Central debe ser independiente para prevenir todos estos problemas», señaló a Efe Kurvskaya.

Para ella, el ahorro en tiempos de bonanza es la clave para mantener la estabilidad económica y aseguró que ello se lo puede lograr cuando hay bancos centrales independientes de los intereses políticos de los gobiernos de turno.