La feria de ponchos que se niega a morir en Ambato

Ventas. Los vendedores colocan sus productos en varios cubículos.
Ventas. Los vendedores colocan sus productos en varios cubículos.

Redacción TUNGURAHUA

En Ambato se desarrolla la feria de ponchos los lunes, en la parte posterior del Centro Comercial Ferroviario. Allí se encuentran artesanías, telas, lana para tejer, shigras, anacos, fajas y blusas, entre otras prendas.

Llegan comerciantes de Imbabura, Chimborazo y Cotopaxi, por esto, la jornada laboral inicia en la madrugada.

Algunos de los productores que llegan a la ciudad viajan cinco o seis horas para ser partícipes de la feria, que inicia a las 03:00 y se prolonga hasta la 13:00.

La venta
Al final de una larga fila de zapatos, ropa para niños y otros locales, está un grupo de aproximadamente 15 artesanos, quienes venden prendas de vestir autóctonas.

En grandes costales y maletas se empacan los ponchos, para luego ser trasladados en buses interprovinciales o en vehículos de los comerciantes.

Los precios varían dependiendo del tipo de atuendo y su tiempo de confección, pues existen ponchos elaborados a mano y también con máquinas. Los productos se pueden conseguir al por mayor o por unidades con descuento.

Variedad. Se ofertan varios productos como ponchos hechos a mano o máquina.
Variedad. Se ofertan varios productos como ponchos hechos a mano o máquina.

Comerciantes
Mercedes Males llega desde Peguche (Imbabura) para exponer los ponchos y las artesanías que ella confecciona.

Dice que se siente muy cómoda en la ciudad desde que reacomodaron la feria, ya que hace tres años dividieron los puestos para cada comerciante y les instalaron un techo que los protege del sol y la lluvia. “Llevo vendiendo 15 años aquí, hace siete lo hacíamos en la vereda”, aduce.

Dieciocho dólares cuestan los ponchos hechos a mano con lana de borrego, mientras que uno elaborado con máquina, cuesta 15 o menos, dependiendo del tamaño.

“Trabajamos los modelos, en el telar y con nuestras manos nos demoramos más o menos seis horas por poncho”, indica.

EL DATO
Los comerciantes fueron reubicados en este lugar en 2010Según Mercedes, las prendas que hace también se exportan a Estados Unidos e Inglaterra, donde son muy apreciadas. Tiene un pequeño local en su ciudad natal, donde teje los ponchos, las chalinas y otras prendas con la ayuda de su esposo.

Con algo de nostalgia, afirma que en los últimos meses se ha registrado una disminución en las ventas y ha tenido que reducir el número de prendas que elabora. Además, explica que cada año menos comerciantes regresan a la feria.

Entre los colores de los ponchos y las shigras, se observa en su puesto de comercio a María Toapanta, oriunda de Riobamba. Ella menciona que junto con su familia se ha dedicado siempre a la confección y la venta de ropa autóctona, pero en especial de blusas y fajas.

“Todos los lunes venimos a Ambato, otros días vamos a otras ciudades”, expresó.

María llega al Ferroviario a las cuatro de la mañana para seguir acomodando su mercadería en el puesto que tiene.

Cuenta que la disminución en el expendio se da actualmente “porque cada vez hay menos personas que utilizan este tipo de prendas para vestir”.

“Ahora los jóvenes de las comunidades indígenas se ponen camisas, pantalones y ya no usan los ponchos o las fajas, poco a poco se ha ido perdiendo esa tradición”, aseveró. (RMC)

Compradores
° Luisa Córdova, ciudadana ambateña, comenta que cada mes llega a la feria de ponchos para comprar lana de diferentes colores, la cual utiliza para el bordado de objetos decorativos.

“En este espacio se vende más barato porque son productores directos, por eso es más conveniente venir aquí”, indicó.

Irina Carrasco, otra compradora frecuente en la feria, dijo que se debería brindar más atención a los comerciantes para que realicen su labor en mejores condiciones.

“Este sitio podría convertirse en una feria con más atractivos, incluso en un lugar turístico para la ciudad”, concluyó Carrasco.