Jecson Preciado da ‘golpes’ a los vicios

DURO. En la isla Trinitaria su labor es bien vista y surge contra los problemas sociales.
DURO. En la isla Trinitaria su labor es bien vista y surge contra los problemas sociales.

Jecson Jonson Preciado Mairongo, de 50 años, cuenta una historia que nace en la isla Trinitaria de Guayaquil y se consolida como una acción social a favor de los niños y jóvenes de ese sector marginal. Su iniciativa arrancó en 2015, luego de notar que los menores de la cooperativa Vencer o Morir estaban siendo presa fácil de las drogas. Por eso, comenzó un peregrinaje constante en la vecindad, pidiendo a los padres de familia que permitan a sus hijos entrenar boxeo en su improvisado gimnasio, construido con caña y tablones de madera.

Menciona que salió de Esmeraldas cuando apenas tenía 8 años. Viajó a Quito y vivió en las calles de la capital hasta los 15 años. Una familia lo acogió y por su pedido lo ingresaron a practicar boxeo. Se convirtió en profesional y una vez en Guayaquil, optó por enseñar este deporte a los jóvenes para alejarlos de las drogas.

“Todos los días sigo recorriendo las casas. He reunido entre 50 y 60 chicos, hombres y mujeres, para enseñarles boxeo”, señala. “Aquí no se ve más que drogas y robos, eso me impulsó a la iniciativa, y debo andar ‘llorando’ todos los días para conseguir ayuda y mantener la escuelita”.

Mientras el sol quema las empedradas calles de la isla, Preciado dice que no descansará hasta ver a uno de los chicos con una medalla bolivariana y en una olimpiada.

Por el momento, les insiste en perseverar por un cupo a una federación y que reciban un sueldo mensual de 50 dólares. “Esa es la sicología que yo les enseño”, indica mientras sostiene que en la actualidad recibe ayuda de personas naturales.