Depurar el sistema judicial del país, apartar a los malos elementos que pasa por jueces y fiscales, es el camino que hay que seguir para tener cómo acorralar y sancionar a la corrupción y a sus sustentadores. Negligencia y error inexcusable son las causales que se invocan para el barrido. Estas medidas deben completarse con investigaciones de la Fiscalía y, cuando el caso lo amerite, el enjuiciamiento de los destituidos.
Este adecentamiento pasa también por destacar la ejecutoria de aquellos que en medio de la “metida de mano” del correísmo, se mantuvieron fieles a la dignidad, ética y profesionalismo que sus funciones exigen. El Consejo de la Judicatura ha empezado a actuar, asistido por un grupo de expertos de reconocido prestigio, pero necesita de normativas que le permitan, por ejemplo, examinar las sentencias emitidas.
“Sobornos 2012-2016” puede ser una radiografía de cómo se manejó a los operadores de justicia en la década correísta. El de ahora es un capítulo decisivo y único en la historia judicial de Ecuador. Si se actúa con transparencia, sin compromisos ni prejuicios, el sistema judicial y el ejercicio del derecho habrán dado un significativo salto cualitativo.
Con lo que se haga en estos meses el trabajo no estará terminado. El examen sistemático del actuar y proyectarse de nuestra justicia debe ser elemento esencial de su existencia constitucional. La depuración que se realiza es el primer paso. Solo así la sociedad podrá confiar en los fiscales y jueces, en los funcionarios del sistema judicial. Solo así tendremos los ecuatorianos justicia plena.
La crítica literaria suele proceder de déficit de amor”. George SteineR Filósofo francés (1929)
En la crítica seré valiente, severo y absolutamente justo con amigos y enemigos. Nada cambiará este propósito”. Edgar Allan Poe Escritor estadounidense (1809-1849)