Nadie ha sacado las cuentas

Que se construya una nueva refinería significaría nuevas fuentes de trabajo directo e indirecto. La inversión de la que se habla es cuantiosa. Si es con una tecnología avanzada, tendríamos mejores productos y menos contaminación. La nueva refinería produciría 300.000 barriles de petróleo por día (bpd). La de Esmeraldas solo procesa 110.000. Los costos de producción serían inferiores a los actuales.

Hasta se podrían exportar derivados. La inversión no sería del Estado, sino de una empresa privada. “Una de las cosas que estoy buscando es ver si puedo concesionar la refinería de Esmeraldas, pero tiene que ir de la mano con la nueva refinería que se construya, la grande de 300.000 bpd”, dijo el Ministro de Energía. Inversión y concesión, suenan bien esos vocablos.

Sin embargo, a muchos nos queda un mal sabor de boca, al recordar que hay una extensa explanada en el Aromo en la que se “echaron por la borda”, entre una cosa y otra, 1. 500 millones de dólares. Y que en la repotenciación de la veterana refinería actual se gastaron (no invirtieron) más de 2.000 millones. Y que esa refinería sigue como un “barril sin fondo” requiriendo sucesivas y costosas reparaciones.

Buenas noticias, malos recuerdos. ¿Cuántas refinerías se podrían haber construido con lo que la de Esmeraldas ha requerido a lo largo de los últimos 15 años? ¿Cuánto se llevó la corrupción? Nadie ha sacado las cuentas. Lo dicho nos lleva a pensar que en ese sector nunca hubo una política de Estado consensuada, que esté por encima de los gobierno de turno y al servicio del país. ¿La tendremos?


El futuro no está en nuestras manos. No ejercemos poder sobre él. Solo nos queda actuar, aquí y ahora”. Madre Teresa de Calcuta Religiosa india (1910-1997)

Cuando debemos hacer una elección y no la hacemos, esto ya es una elección”. William James Sicólogo estadounidense (1842-1910)