No al senado

Giuseppe Cabrera

La anterior semana fue aceptada por la Corte Constitucional la solicitud de reforma parcial, presentada por el ex el miembro del Consejo de Participación Ciudadana transitorio: Pablo Dávila.

Entre las reformas constitucionales que impulsa está la eliminación del Consejo de Participación Ciudadana, para en su reemplazo pasar sus funciones a un órgano legislativo bicameral, en el cual un Senado o cámara alta, se dedique a la tarea de designar a las autoridades de control del país. Esta propuesta es un disparate total.

No son más que los sueños trasnochados de un grupo de políticos, que ya deberían dar la posta a las próximas generaciones, que se creen bañados con la divina providencial que les dice que es lo correcto y lo contrario, para un país institucionalizado.

Prueba de esto es la primera resolución de la Corte Constitucional y es que sus pretensiones elitistas de que solo puedan ser candidatos quienes posean titulo universitario y entre otros requisitos, limita los derechos de participación político, que han sido luchados para estar consagrados en la Constitución vigente. Además, desde una visión política, la representación es una cuestión muchas veces descriptiva, o sea uno vota con quien se siente identificado. La asamblea actual tiene casi la totalidad de sus miembros titulados y varios de ellos incluso con estudios de cuarto nivel y la pregunta es: ¿sirve de algo? El Correa al que ellos atacan, era lleno de honoris causa y estudios en el extranjero y para la mayoría, desaprovecho una oportunidad histórica. Por otro lado, quienes han propuesto la creación del Senado, no han tomado un diario que no sea ecuatoriano o peor aún leído un artículo o libro de política comparada, desde los años 70.

Los Senados en toda Europa, están en desuso, no se eliminan solamente porque tienen constituciones rígidas que se los impide hacerlo, pero con cada periodo legislativo que transcurre, se les va quitando funciones que se delegan a la cámara baja o Congreso. Nadie sabe quienes son los senadores, mientras los diputados eligen presidentes y aprueban los presupuestos generales. El senado sirve como una cámara territorial, el Congreso es el órgano popular.