Cuestión de tiempo

Agustín Sánchez

Todo era cuestión de tiempo, Iván Márquez disidente de las FARC ha anunciado que retoma las armas en Colombia en lo que llama una “nueva etapa de lucha”. Varias personas y de manera reiterada, señalaban que no se debe negociar con terroristas, si bien ese término no es con el cual se autocalifica ese grupo armado, sus acciones durante más de cincuenta años demuestran lo contrario.

Seguramente se dirá que cuando algo sale mal, aparecen quienes se adjudican el pronosticado fracaso, y es que en este caso concreto era algo esperado, pues el proceso de paz no satisfizo a ninguna de las partes en su totalidad, y a una gran parte de la población en general. Los resultados del fracasado proceso de paz están a la vista, en medio de una Colombia que tiene enquistada la narcoguerrilla en sus entrañas. El cambio de tendencia ideológica en el gobierno colombiano acrecentó esa brecha de inconformidad, hasta el anuncio realizado el jueves pasado en que las FARC retomará las armas en defensa de sus ideales ideológicos en contra de la opresión y oligarquía. Este discurso se oculta tras los verdaderos intereses de estos grupos armados y su íntima relación con el narcotráfico, la lucha ideológica perdió su norte décadas atrás, para estancarse en la comodidad del negocio de la droga convirtiéndose en una especie de guardia pretoriana para el cultivo de cocaína.

Ecuador a través del primer mandatario ha expresado el apoyo a continuar con el apoyo al proceso de paz, pero sabemos que tras aquel discurso para la comunidad internacional, es necesario adoptar medidas que mitiguen los efectos que este anuncio de las FARC implica para el país, pues los líderes convocan a disidentes a construir nuevas estructuras que ambicionan espacios en la política. Este no es un asunto ajeno nuestra nación, la postura debe ser firme, los niveles de violencia y de delincuencia toman fuerza, y este sería un factor adicional detonante en el ambiente de inseguridad que vivimos. Habrá que esperar las primeras acciones y desmedidas exigencias que este anuncio de las FARC trae consigo, lo que es una perdida para Colombia y Latinoamérica.