Lo ‘líquido’ de Bauman

Karla Jaramillo Puertas

El sociólogo polaco Zygmunt Bauman desarrolló el concepto de “líquido” como concepto de inestabilidad y carencia de una forma definida. De ahí que sus últimas obras sean: Modernidad Líquida, Amor Líquido, Vida Líquida, Tiempo Líquido, Miedo Líquido, Vigilancia Líquida, La cultura en el mundo de la modernidad líquida etc.

Pero, ¿cómo llevamos este concepto a la vida cotidiana? Para resolver esta inquietud es necesario contestar otras: ¿Cuántos empleos ha tenido? ¿Cuántas veces ha cambiado de celular? ¿Cuánto duran los matrimonios? ¿A través de qué dispositivo y aplicaciones se entablan las relaciones sentimentales? Todo se resume a inestabilidad laboral, consumismo, al amor sin compromiso y relacionarse mediante aplicaciones de Internet.

Todo lo contrario a las épocas anteriores en donde lo “sólido” era la característica. De ahí que los trabajos por los que pasaron nuestros ancestros fueron uno o dos; cuya permanencia era reconocida hasta llegar a jubilarse en esa misma institución. O donde tener el teléfono convencional era uno sólo para la familia.

Los factores que han influido para pasar de la modernidad sólida a la líquida se deben a tres aspectos: primero, la globalización de las empresas; su poder es tan grande que son determinantes en las leyes de un país. Segundo, el avance tecnológico que va de la mano del consumismo; es decir, ´obliga´ a cambiarla cada determinado tiempo porque ya está descontinuada o en su defecto deja de funcionar.

La lógica es que las personas consuman no por la utilidad del aparato sino porque está de moda determinado color, modelo o simplemente es apenas mejor que el anterior.

Y por último, están las olas migratorias que tienen la capacidad de cambiar la dinámica interna de las sociedades en el país que toman como su segundo hogar. (O)

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