Ipiales ya no se da abasto para albergar a migrantes venezolanos

ACOGIDA. AsoPastos se ubica cerca de la carretera que conduce desde Rumichaca a Ipiales, decenas de migrantes están en este sitio.
ACOGIDA. AsoPastos se ubica cerca de la carretera que conduce desde Rumichaca a Ipiales, decenas de migrantes están en este sitio.
ACOGIDA. AsoPastos se ubica cerca de la carretera que conduce desde Rumichaca a Ipiales, decenas de migrantes están en este sitio.
ACOGIDA. AsoPastos se ubica cerca de la carretera que conduce desde Rumichaca a Ipiales, decenas de migrantes están en este sitio.

Redacción IPIALES

El pasado 26 de agosto, entró en vigencia la exigencia de la visa humanitaria para los venezolanos que ingresan a Ecuador. Muchos tenían planificado dirigirse a Chile, otros a Perú y unos cuantos más buscaban situarse en varios sectores del territorio nacional.

Tras regir la disposición migratoria, decenas de migrantes se agolparon en Rumichaca puesto que no contaban con la visa, esto provocó que los mismos se ‘estancaran’ sin tener rumbo fijo a donde ir. Entre tanto Ipiales, en Colombia se declaró en calamidad pública por la cuantiosa presencia de los ciudadanos venezolanos.

Los albergues ubicados en varios sectores de dicha ciudad fronteriza se activaron para recibir a los migrantes, sin embargo estos lugares se coparon de personas resultando tarea ‘titánica’ el brindar atención a todos los que llegaban.

La situación de los albergues

Jacqueline López, secretaria técnica de la Mesa de Coordinación y Atención a los Migrantes del Municipio de Ipiales, indicó que la urbe cuenta con cinco albergues de los cuales cuatro funcionan de manera privada y otro es jurisdicción institucional. En total la capacidad es para 600 personas aproximadamente, y el tiempo de estadía es máximo de tres días.

López manifestó que después el 26 de agosto, los albergues llegaron a recibir más de 900 personas, no obstante con el Instituto Departamental de Salud, se instó a estos sitios para que solamente alojaran a las personas de acuerdo a su capacidad.

Priorización y control de los albergues

Declarada la calamidad pública, la funcionaria del cabildo ipialeño comentó que se activó un Plan de Mando Unificado (PMU) donde se tomó la decisión para que los albergues prioricen la recepción de mujeres, niños o personas en situación de vulnerabilidad. “Se nos sale de las manos evitar que ciudadanos venezolanos lleguen hasta el municipio de Ipiales, a pesar de que se socializó que la medida impuesta por Ecuador no contempla excepciones”, detalló.

Actualmente, la situación de los albergues tiene control en el número de personas alojadas, según López para evitar situaciones de hacinamiento. Cada día a las 16:00 se reúnen los coordinadores de los albergues, quienes reportan el número de personas alojadas.

Colombia pide a Ecuador revisar el visado

Por otra parte, Jacqueline López sostuvo que entre los migrantes comenzaron a circular rumores de que la solicitud de visa se cancelaría o se otorgaría amnistía para que los ciudadanos venezolanos ingresen libremente al Ecuador. Aquí también según su óptica surgieron los tramitadores que aseguraban transportar a los migrantes por los pasos ilegales presentes en Tulcán, ‘aprovechándose’ de los limitados recursos económicos que tienen.

Por su parte, el director de Migración Colombia Christian Krüger Sarmiento, solicitó al Ecuador que revisase la imposición de visa en los migrantes venezolanos, aduciendo que la solicitud migratoria fomentaría la irregularidad y argumentando que la disposición estaría desintegrando familias.

La vida en uno de los albergues de Ipiales

El albergue ‘AsoPastos’, ubicado a 100 metros de Rumichaca por la autopista que lleva hasta Ipiales, es uno de los que acoge a los migrantes venezolanos. En el sitio unos hacían fila para ingresar a las baterías sanitarias, otros descansaban en el piso utilizando sus grandes maletas como almohadas, unos cuantos más cubiertos con sus cobijas buscando resguardarse del viento helado.

El espacio cuenta con una especie de amplia bodega donde se situaron varias literas para que los migrantes pudiesen pernoctar, asimismo se cimentaron baños y duchas para el aseo personal y también un comedor donde se sirve la comida tres veces al día.

Recorriendo el patio estaba Jenny Salazar e Ivonne de Colón, son originarias de Sucre y llegaron hace dos días a este lugar, sin embargo estarían esperando el envío de dinero para regresar a su país, puesto que no cuentan con la visa, solamente disponen de su pasaporte.

En este patio estaba también situada una mesa con tres funcionarias, las cuales entregaban a los migrantes algunos tickets para que pudieran recibir el almuerzo.

Descansando en una pequeña grada de cemento con su hijo encontramos a Jesús Trujano, quien proviene desde Caracas, llegó al albergue hace dos días. “Es feo vivir aquí, no tenemos mucha comida, las raciones son pequeñas y a veces no hay agua. Nosotros hacemos el aseo y cuando no hay agua los baños quedan sucios”, añadió el migrante.

Buscaba ingresar a Ecuador, sin embargo no tiene visa y planea residir en Colombia esperando en algún momento poder llegar a Perú. “Los niños juegan fútbol, nosotros hablamos de lo que pensamos hacer y nos vamos conociendo un poco”, comentó el migrante.

Una pausa a la tristeza

Al puro estilo del fútbol callejero, los migrantes organizaron un partido. No portaban calzado especial pero si sus zapatos, otros preferían jugar con medias y unos más lo hicieron ‘a pie limpio’. Algunos migrantes que veían el juego sirvieron como líneas laterales y la portería era conformada por un par de sandalias.

Faltaba el árbitro que cobrase un penalti que surgió en el juego. El portero se situó en medio de la improvisada portería y el jugador descalzo golpeó con fuerza el balón anotando un gol. Todos celebraban este acto y por un momento el largo viaje, el guarecer entre cuatro paredes las dificultades pasadas se vieron reemplazadas por sonrisas, abrazos y alegría, como si a la mismísima tristeza se le diera pausa.

Iban a ser las 13:00, un funcionario de la Cooperación Internacional ordenó a las mujeres y niños que se formaran para ingresar al comedor, después lo hombres ingresarían de igual manera. En la entrada una funcionaria revisaba el número de tickets.

De esta manera transcurrió el día de los migrantes venezolanos alojados en este albergue, donde con deporte, compañerismo y solidaridad buscaban disipar sus penas y colocar las riendas a su destino. (APRN)

Albergues dispuestos en Ipiales

Según la funcionaria del Municipio de Ipiales, dos albergues se alojan en el sector de Los Chilcos, otro en San Luis, uno más en Alfonso López y finalmente AsoPastos que se sitúa cerca de Rumichaca. También en el sector de San Luis se ubica un albergue para menores migrantes en aldeas S.O.S.

En estos lugares se brinda alimentación tres veces al día, además de alojamiento por tres días. Aquí también oferta su ayuda la Cooperación Internacional brindando servicios psicosociales y también asesorías jurídicas.