Educación = felicidad social

Fabián Cueva Jiménez

Según varios analistas, la administración de Milton Luna fue para la alabanza, no entendíamos la razón de su corta estadía. Su mensaje “La educación, campo de lucha”, algo clarifica. Desde su criterio: verdad es que todos creen en la importancia de educar, pero agrega, la tienen únicamente como accesorio para la economía y la política, con intereses que anulan la planificación con pura retórica. Todo gira señala, alrededor de pactos coyunturales electoreros que profundizan la crisis educativa.

Acostumbrados a la falta de transparencia, entramos en las elucubraciones. Ahora hay más incongruencias e incertidumbres, menos certezas y poca credibilidad. Y es que: ¿por qué decimos una cosa y hacemos otra?, simplemente porque no hay una conexión entre nuestros discursos, prácticas y la realidad.

Cierto es que los cambios en educación no pueden ser impuestos o darse de un día a otro; pero, para evitar el fracaso son necesarias autoridades con esquemas de trabajo distintos. Al parecer, o no funcionaron, no funcionan o no hubo propuestas. Esperemos el Acuerdo en marcha.

Tal como están las cosas, dudas e incertidumbre, es difícil pronosticar un mejor futuro , las circunstancias no ayudan, temas que aunque parecen simples o complejos no son analizados y peor solucionados: la concepción misma de lo que es educar, el tipo de ciudadanos que queremos, el escaso presupuesto, la atención y participación real de los padres, la definición y contenidos en textos escolares, la calidad en la formación de maestros cuando los normales se suprimieron, la escasa atracción hacia la profesión docente, la administración centralista impuesta, el irrespeto mutuo entre profesores y alumnos, las exageradas concesiones para evaluar el rendimiento. Y más…

Se necesita una acción administrativa firme y duradera para que no continúe el caos, dosis mayor de voluntad para eliminar intereses politiqueros. Pensar y actuar en lo grande y en lo micro, solo así será la educación “lo fundamental para la felicidad social”.

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