Rodrigo Santillán Peralbo
Con pasmosa sangre fría e inmoralidad, se ha habría creado una estructura delincuencial en la Presidencia de la República, para recaudar fondos de manera ilegal para las campañas políticas de Alianza PAIS y para satisfacer ansias económicas de personajes corruptos de alto nivel, según se sostiene en el caso “Sobornos 2012-2016”, conocido como “Arroz Verde” o “Receta de Arroz Verde 502”.
De acuerdo con los testimonios rendidos por Pamela Martínez, exasesora de Rafael Correa Delgado y su exasistente Laura Terán, documentos físicos y otros obtenidos de computadoras y celulares y de declaraciones rendidas ante fiscal y jueces, los jefes de esa organización serían, supuestamente, el expresidente Correa Delgado y el exvicepresidente Jorge Glas. De comprobarse los delitos imputados, todos los implicados deberían estar en una cárcel común, sin privilegios de ninguna especie.
Sólo las elecciones presidenciales de 2006 que ganó Rafael Correa, serían legales y legítimas, e igualmente su primer periodo 2007-2009. De estas elecciones en adelante, persisten dudas ya sea por fraude electoral, según denuncias de analistas especializados, o ya por haber recibido aportes ilegítimos, para las campañas presidenciales, para las elecciones de asambleístas, alcaldes, prefectos, concejales y consejeros de AP.
La trama de corrupción es una vergüenza nacional. Los acusados se auto califican como “perseguidos políticos”. El pueblo mira y escucha los hechos con extraña pasividad. Personas inteligentes y con conocimientos políticos, se declaran correístas y un pequeño sector practica un inexplicable fanatismo. Que se haga justicia con el debido proceso y se castigue cohecho, tráfico de influencias, delincuencia organizada, lavado de activos, sin contemplaciones, ni favoritismos.