Pensamiento sin memoria

Con tristeza y vergüenza, pero no con sorpresa, la amnesia histórica por decirlo de una forma políticamente correcta, parecería haber producido un lavado cerebral tanto en la clase política como en la mayoría de ecuatorianos. Hoy, la amnesia se convirtió en una postura política. Todos lo dimensionan y verbalizan. Como efecto secundario la miopía. Con la amnesia como bandera, insistimos en generosos respaldos.

El pasado, un rompecabezas de pedazos, acuñado con saltos y vacíos. Hechos sensacionales que se vuelven demasiado pronto, materia olvidada. Los ejemplos abundan en todos los campos. Desde la vida social y política, el más recurrente, la confianza en figuras políticas que han dado muestras evidentes de ineficacia, traición a los principios y corruptelas.

Hay que despertar de la mansedumbre y cuestionar a los políticos con trapos sucios para evitar se repita el robo en la obra pública, que todos veíamos pero que recordamos con el cuaderno de Pame, las cadenas nacionales y sabatinas que denigraban la libertad de expresión, el uso partidario de los recursos del Estado en programas que vendían una realidad ficticia o propaganda al estilo goebbeliano.

Si no se quiere que las izquierdas ganen elecciones gracias al recuerdo de los años de bonanza y a la amnesia colectiva acerca de la corrupción, es hora de abrir la mente y afinar la intuición para identificar a los políticos que sobresalen por su ética personal y profesional, capacidad intelectual e integridad moral.

La amnesia se apoderó de los ecuatorianos. Las hazañas de nuestros héroes son borradas por el olvido. Memoria, frágil y volátil. Todo se vuelve efímero y fugaz, confirmando la expresión de liquidez de la vida que menciona el filósofo Bauman. Un pensamiento sin memoria no es pensamiento. Pensar es recordar, decía Platón. Es el presente el que hace posible el ejercicio de la memoria y no a la inversa.

¿Somos lo que recordamos? Hay quienes afirman que aquella premisa debe ser reformulada. Quizás nuestra identidad esté más relacionada con lo que olvidamos. Es probable que el reflejo de lo que somos se sustente más en lo que optamos por olvidar; en ocasiones, de manera voluntaria.

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