En medio de todo, el pueblo

Después de mucho conjeturar y de un ir y venir de rumores las reformas económicas y laborales están sobre la mesa del debate. Toca a la Asamblea Nacional examinarlas y tramitarlas según la voluntad de la mayoría de sus miembros. El plazo es corto y las posiciones a favor y en contra se han venido perfilando en el transcurso de las últimas semanas. Los que se dicen de derecha coinciden extrañamente con el bloque correísta, lo cual nos da la medida de la respectiva consistencia ideológica de ambos bloques.

Todos piden que se adelgace el Estado y esperan que no aumenten los impuestos. Sobre la cabeza de casi todos pende una suerte de “espada de Damocles”: el año próximo es preelectoral. La cosecha de votos de los partidos y movimientos representados en el parlamento, depende de la reforma ante la que nadie puede quedar indiferente. Todos están contra la pared. Se juegan su futuro político.

El Gobierno carga con la culpa de la tibieza y demora con la que enfrentó el desastre presupuestario que le legó el correísmo. También con un Estado que se fue engordando, de acuerdo a como le iban las cosas a ese régimen populista. A más aplausos, más funcionarios adentro. Si los aplausos flaqueaban, también. Todo era trabajar para contar con un voto duro en cada elección en la que su movimiento se “jugaba la vida” y seguir adelante con un líder victorioso, desafiante, mal educado y, la mayoría de las veces, grosero.

En medio de todo, el pueblo. Y a padecer y aguantar, el mismo pueblo. Es lo de siempre.


Creer que un enemigo débil no puede dañarnos, es creer que una chispa no puede incendiar el bosque”. Muslih-Ud-Din Saadi Poeta persa (1184-1291)

La debilidad de actitud se vuelve debilidad de carácter”. Albert Einstein Científico alemán (1879-1955)