El Estado al servicio de…

JOFFRE DAZA QUIÑÓNEZ

La clase dominante y su poder económico; esta es la historia de la humanidad desde el aparecimiento de la agricultura, los medios de producción, fundamentalmente la utilización de la tierra como medio productivo agrícola, sectores que se dieron por su propia cuenta linaje y con ello un poder especial que a la postre dividió a la humanidad en clases sociales; los ricos y la de los pobres.

El ser pobre, en la práctica, es un delito, por ser pobres han sido sometidos a la esclavitud, a la explotación, con lo cual la gran masa de seres humanos que solo tiene sus manos y su fuerza de trabajo, ha servido para producir riqueza para reyes, monarcas, apoyados por los estados esclavistas de la época y a partir de la Revolución Francesa, pasamos a una artificiosa libertad, que apenas cambió las cadenas, símbolo de la esclavitud, por un neo liberalismo que cambió un sistema elegante de explotación, llamado capitalismo.

En definitiva, los mismos monarcas, reyes y sus familiares que reclaman hasta ahora sus linajes y prebendas, pasaron a ser la clase dominante, ahora ya no, favorecidos por la Iglesia, ahora favorecidos por un estado que miserable y lacayo obedece las órdenes de su patrón los capitalistas, banqueros e industriales, que insaciables de riqueza siempre buscan amasar más fortuna, para lo cual no tienen el menor reparo en cargar de impuestos y tributos a los más pobres.

¡Hasta cuando carajo! digo estos miserables quieren más dinero, ganan en la sobre explotación laboral quedándose con la mayor parte de la riqueza creada por la fuerza de los trabajadores; ganan en el comercio con sus grandes cadenas e industrias, sea de alimentos o línea blanca; ganan en la banca con sus intereses de usura del 16%, cuando en el exterior el interés es de 3%; ganan en el cobro ilegal por los servicios bancarios de retiros, por pago de los servicios de luz o agua.

Mas, no contentos con toda esta carga impositiva, ahora nos suben la gasolina para enriquecer más a un estado obeso insaciable y derrochador, también a los industriales y comerciantes. Les recordamos a estos inicuos, que la falta de trigo en 1.789 provocó la ira popular de los parisinos, que se tomaron la Bastilla casa del Rey, quienes fueron a parar a la guillotina. ¡Hasta cuando carajo! paren ya su voracidad, el pueblo se muere de hambre.

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