La naturaleza, un medidor del clima

TRABAJO. La siembra y las cosechas tenían su tiempo determinado. No se realizaban en cualquier fecha.
TRABAJO. La siembra y las cosechas tenían su tiempo determinado. No se realizaban en cualquier fecha.
TRABAJO. La siembra y las cosechas tenían su tiempo determinado. No se realizaban en cualquier fecha.
TRABAJO. La siembra y las cosechas tenían su tiempo determinado. No se realizaban en cualquier fecha.
TRABAJO. La siembra y las cosechas tenían su tiempo determinado. No se realizaban en cualquier fecha.
TRABAJO. La siembra y las cosechas tenían su tiempo determinado. No se realizaban en cualquier fecha.
TRABAJO. La siembra y las cosechas tenían su tiempo determinado. No se realizaban en cualquier fecha.
TRABAJO. La siembra y las cosechas tenían su tiempo determinado. No se realizaban en cualquier fecha.

Sin tecnología y guiados por el cosmos, los indígenas predecían el tiempo. Por eso tenían establecido su calendario de cosecha.

Desarrollaron tres tipos de predicciones: saber el comportamiento de las lluvias dentro de uno o varios años, después de 15 días y en un solo día, lo que les permitió organizarse y determinar qué hacer o qué sembrar durante una campaña agrícola, dice el historiador Galo Ramón.

Pero para realizar estas predicciones se fundamentaron en la observación, el aspecto meteorológico y en el cosmos.

En el primer caso, Ramón, especialista en historia andina y latinoamericana, explica que los indicadores biológicos que usaban los pueblos indígenas consistían en la observación del comportamiento de los animales (insectos, anfibios, sapos, lombrices, aves) y en el florecimiento de árboles.

Por ejemplo, cuando las lagartijas ponían sus huevos en aberturas verticales, porque así protegerían y conservarían la temperatura, los habitantes de la Sierra sabían que el año no tendría muchas lluvias.

Sin tecnología y guiados por el cosmos, los indígenas predecían el tiempo. Por eso tenían establecido su calendario de cosecha.

Desarrollaron tres tipos de predicciones: saber el comportamiento de las lluvias dentro de uno o varios años, después de 15 días y en un solo día, lo que les permitió organizarse y determinar qué hacer o qué sembrar durante una campaña agrícola, dice el historiador Galo Ramón.

Pero para realizar estas predicciones se fundamentaron en la observación, el aspecto meteorológico y en el cosmos.

En el primer caso, Ramón, especialista en historia andina y latinoamericana, explica que los indicadores biológicos que usaban los pueblos indígenas consistían en la observación del comportamiento de los animales (insectos, anfibios, sapos, lombrices, aves) y en el florecimiento de árboles.

Por ejemplo, cuando las lagartijas ponían sus huevos en aberturas verticales, porque así protegerían y conservarían la temperatura, los habitantes de la Sierra sabían que el año no tendría muchas lluvias.

Sin tecnología y guiados por el cosmos, los indígenas predecían el tiempo. Por eso tenían establecido su calendario de cosecha.

Desarrollaron tres tipos de predicciones: saber el comportamiento de las lluvias dentro de uno o varios años, después de 15 días y en un solo día, lo que les permitió organizarse y determinar qué hacer o qué sembrar durante una campaña agrícola, dice el historiador Galo Ramón.

Pero para realizar estas predicciones se fundamentaron en la observación, el aspecto meteorológico y en el cosmos.

En el primer caso, Ramón, especialista en historia andina y latinoamericana, explica que los indicadores biológicos que usaban los pueblos indígenas consistían en la observación del comportamiento de los animales (insectos, anfibios, sapos, lombrices, aves) y en el florecimiento de árboles.

Por ejemplo, cuando las lagartijas ponían sus huevos en aberturas verticales, porque así protegerían y conservarían la temperatura, los habitantes de la Sierra sabían que el año no tendría muchas lluvias.

Sin tecnología y guiados por el cosmos, los indígenas predecían el tiempo. Por eso tenían establecido su calendario de cosecha.

Desarrollaron tres tipos de predicciones: saber el comportamiento de las lluvias dentro de uno o varios años, después de 15 días y en un solo día, lo que les permitió organizarse y determinar qué hacer o qué sembrar durante una campaña agrícola, dice el historiador Galo Ramón.

Pero para realizar estas predicciones se fundamentaron en la observación, el aspecto meteorológico y en el cosmos.

En el primer caso, Ramón, especialista en historia andina y latinoamericana, explica que los indicadores biológicos que usaban los pueblos indígenas consistían en la observación del comportamiento de los animales (insectos, anfibios, sapos, lombrices, aves) y en el florecimiento de árboles.

Por ejemplo, cuando las lagartijas ponían sus huevos en aberturas verticales, porque así protegerían y conservarían la temperatura, los habitantes de la Sierra sabían que el año no tendría muchas lluvias.

RITO. Los indígenas siguen rindiendo culto a la naturaleza.
RITO. Los indígenas siguen rindiendo culto a la naturaleza.
RITO. Los indígenas siguen rindiendo culto a la naturaleza.
RITO. Los indígenas siguen rindiendo culto a la naturaleza.
RITO. Los indígenas siguen rindiendo culto a la naturaleza.
RITO. Los indígenas siguen rindiendo culto a la naturaleza.
RITO. Los indígenas siguen rindiendo culto a la naturaleza.
RITO. Los indígenas siguen rindiendo culto a la naturaleza.

Cosmos y meteorología
Ramón dice que en la Costa sabían de la llegada del fenómeno de El Niño, en diciembre, por el aparecimiento abundante de la concha spondylus, que vive solo en mares calientes y de acuerdo con los shamanes era el anuncio de la llegada de las lluvias. La concha spondylus era el ‘muyo’ o alimento de los dioses y su transporte se lo hacía por las grandes rutas que llegaban a Perú.

En la Sierra sabían si habrían lluvias si los vientos y las nubes cargadas llegaban del lado de la Costa como consecuencia de El Niño, pero si venían de la Amazonía significaba que eran lluvias pasajeras.

Los indígenas eran buenos observadores celestes; es decir, se fijaban en la posición de la Luna, en los astros para saber si habría o no presencia de lluvias. Miraban cómo estaba el Sol, la Luna, las estrellas y las Pléyades.

A esos indicadores se suman las revelaciones que recibían los shamanes a través de los sueños. Cuando ellos estaban en alucinación o poseídos por los dioses, recibían mensajes de cómo actuar. Los dioses eran caprichosos y así como se podían enamorar de una mujer y concederle sus deseos, eran capaces de mandar un terremoto, una lluvia, una helada o una granizada. (DLH)

Un culto a la Pachamama
° El Kolla Raymi, una de las cuatro fiestas más importantes de la cosmovisión indígena, se realiza en el segundo equinoccio del año, cuando inicia el florecimiento. Los pueblos indígenas hacen fiestas, dedicadas a la Luna, la principal divinidad femenina. Una de las actividades es el ritual del Guillipun, que consiste en recrear un altar sagrado con los elementos de la naturaleza por los que se agradece a la tierra.

Esta celebración está conectada al calendario agrícola y astronómico que construyeron los pueblos originarios, que también incluyen el Mushuk Nina (21 de marzo), el Inti Raymi (21 de junio) y el Kapak Raymi (21 de diciembre).

Cosmos y meteorología
Ramón dice que en la Costa sabían de la llegada del fenómeno de El Niño, en diciembre, por el aparecimiento abundante de la concha spondylus, que vive solo en mares calientes y de acuerdo con los shamanes era el anuncio de la llegada de las lluvias. La concha spondylus era el ‘muyo’ o alimento de los dioses y su transporte se lo hacía por las grandes rutas que llegaban a Perú.

En la Sierra sabían si habrían lluvias si los vientos y las nubes cargadas llegaban del lado de la Costa como consecuencia de El Niño, pero si venían de la Amazonía significaba que eran lluvias pasajeras.

Los indígenas eran buenos observadores celestes; es decir, se fijaban en la posición de la Luna, en los astros para saber si habría o no presencia de lluvias. Miraban cómo estaba el Sol, la Luna, las estrellas y las Pléyades.

A esos indicadores se suman las revelaciones que recibían los shamanes a través de los sueños. Cuando ellos estaban en alucinación o poseídos por los dioses, recibían mensajes de cómo actuar. Los dioses eran caprichosos y así como se podían enamorar de una mujer y concederle sus deseos, eran capaces de mandar un terremoto, una lluvia, una helada o una granizada. (DLH)

Un culto a la Pachamama
° El Kolla Raymi, una de las cuatro fiestas más importantes de la cosmovisión indígena, se realiza en el segundo equinoccio del año, cuando inicia el florecimiento. Los pueblos indígenas hacen fiestas, dedicadas a la Luna, la principal divinidad femenina. Una de las actividades es el ritual del Guillipun, que consiste en recrear un altar sagrado con los elementos de la naturaleza por los que se agradece a la tierra.

Esta celebración está conectada al calendario agrícola y astronómico que construyeron los pueblos originarios, que también incluyen el Mushuk Nina (21 de marzo), el Inti Raymi (21 de junio) y el Kapak Raymi (21 de diciembre).

Cosmos y meteorología
Ramón dice que en la Costa sabían de la llegada del fenómeno de El Niño, en diciembre, por el aparecimiento abundante de la concha spondylus, que vive solo en mares calientes y de acuerdo con los shamanes era el anuncio de la llegada de las lluvias. La concha spondylus era el ‘muyo’ o alimento de los dioses y su transporte se lo hacía por las grandes rutas que llegaban a Perú.

En la Sierra sabían si habrían lluvias si los vientos y las nubes cargadas llegaban del lado de la Costa como consecuencia de El Niño, pero si venían de la Amazonía significaba que eran lluvias pasajeras.

Los indígenas eran buenos observadores celestes; es decir, se fijaban en la posición de la Luna, en los astros para saber si habría o no presencia de lluvias. Miraban cómo estaba el Sol, la Luna, las estrellas y las Pléyades.

A esos indicadores se suman las revelaciones que recibían los shamanes a través de los sueños. Cuando ellos estaban en alucinación o poseídos por los dioses, recibían mensajes de cómo actuar. Los dioses eran caprichosos y así como se podían enamorar de una mujer y concederle sus deseos, eran capaces de mandar un terremoto, una lluvia, una helada o una granizada. (DLH)

Un culto a la Pachamama
° El Kolla Raymi, una de las cuatro fiestas más importantes de la cosmovisión indígena, se realiza en el segundo equinoccio del año, cuando inicia el florecimiento. Los pueblos indígenas hacen fiestas, dedicadas a la Luna, la principal divinidad femenina. Una de las actividades es el ritual del Guillipun, que consiste en recrear un altar sagrado con los elementos de la naturaleza por los que se agradece a la tierra.

Esta celebración está conectada al calendario agrícola y astronómico que construyeron los pueblos originarios, que también incluyen el Mushuk Nina (21 de marzo), el Inti Raymi (21 de junio) y el Kapak Raymi (21 de diciembre).

Cosmos y meteorología
Ramón dice que en la Costa sabían de la llegada del fenómeno de El Niño, en diciembre, por el aparecimiento abundante de la concha spondylus, que vive solo en mares calientes y de acuerdo con los shamanes era el anuncio de la llegada de las lluvias. La concha spondylus era el ‘muyo’ o alimento de los dioses y su transporte se lo hacía por las grandes rutas que llegaban a Perú.

En la Sierra sabían si habrían lluvias si los vientos y las nubes cargadas llegaban del lado de la Costa como consecuencia de El Niño, pero si venían de la Amazonía significaba que eran lluvias pasajeras.

Los indígenas eran buenos observadores celestes; es decir, se fijaban en la posición de la Luna, en los astros para saber si habría o no presencia de lluvias. Miraban cómo estaba el Sol, la Luna, las estrellas y las Pléyades.

A esos indicadores se suman las revelaciones que recibían los shamanes a través de los sueños. Cuando ellos estaban en alucinación o poseídos por los dioses, recibían mensajes de cómo actuar. Los dioses eran caprichosos y así como se podían enamorar de una mujer y concederle sus deseos, eran capaces de mandar un terremoto, una lluvia, una helada o una granizada. (DLH)

Un culto a la Pachamama
° El Kolla Raymi, una de las cuatro fiestas más importantes de la cosmovisión indígena, se realiza en el segundo equinoccio del año, cuando inicia el florecimiento. Los pueblos indígenas hacen fiestas, dedicadas a la Luna, la principal divinidad femenina. Una de las actividades es el ritual del Guillipun, que consiste en recrear un altar sagrado con los elementos de la naturaleza por los que se agradece a la tierra.

Esta celebración está conectada al calendario agrícola y astronómico que construyeron los pueblos originarios, que también incluyen el Mushuk Nina (21 de marzo), el Inti Raymi (21 de junio) y el Kapak Raymi (21 de diciembre).