Dudas y aciertos

Adolfo Coronel Illescas

El martes primero de octubre, que no era un día cualquiera, quise sondear opiniones del vecindario que habita esta “Pequeñita ciudad” como la significa a Loja el talentoso cantautor Tulio Bustos, sobre una pregunta: ¿Qué celebramos los ecuatorianos el primero de octubre? Las respuestas fueron insólitas y más había dudas que aciertos. En su mayoría se referían, al 30-S y a las medidas económicas del Gobierno, casi nadie acertó a decir que el primero de octubre se celebra el Día Nacional del Pasillo Ecuatoriano. Las respuestas las tomé como una reacción común de los ecuatorianos que en la actualidad están pagando una herencia económica, producto de la insaciable corrupción del correato.

Sin embargo, me extrañó que los medios de comunicación locales se olvidaran de esta fecha, en una ciudad donde viven los herederos de un talento artístico y de un pasillo único. Y no hay para que referirse a las instituciones y más instancias de carácter cultural, allí, contradictoriamente, no se hace honor a lo que somos y tenemos en el arte musical. A los responsables habrá que preguntarles ¿qué pasará si la Unesco en este mes de octubre categoriza a Loja como “Ciudad Creativa de la Música”? Nos haremos bolas sin saber para qué y el cómo motivar esta emoción humana que es la música ecuatoriana, que por falta de apoyo está amenazada a desaparecer, en especial ese “viejo amigo que siempre ha estado junto a nosotros y que sin embargo, curiosamente, es un desconocido para la gran mayoría de ecuatorianos, el pasillo”.

Quién acertó la fecha fue la Casa de la Cultura de Loja. Nos ofreció una noche de alegrías, pesares, risas y lágrimas, que son reacciones del alma y el corazón de un gran público que asistió al teatro Segundo Cueva Celi para aplaudir y apoyar a un joven trío zamorano, el trío Kopal, cuyos integrantes recibieron el visto bueno del lojano que sabe de música, aplaudiendo a cada una de sus interpretaciones.

Alguien dirá que más nos preocupa la música que los ajustes morenistas. Y qué hacer, el ajuste duele, cierto es, pero es el precio de una década de corrupción y despilfarro. La partitura del caos escrita en sol mayor para que brille el retorno de Alí Babá, se quedó en amarga música orquestada por el vandalismo, que son lo mismo. (O)