La política en el Ecuador

POR: Manuel Báez R.

Uno de los elementos para que un país pueda ejercer la democracia es el funcionamiento activo de los partidos políticos.

En el Ecuador parece que dichas agrupaciones tomaron un largo descanso en los diez años de correato. Partidos políticos tradicionales ya no hacen presencia como antes.

Ahora se han puesto de moda los “movimientos políticos” venidos del otro mundo; porque nuestros actuales partidos políticos anticuados en su estructura como en su ideología, semejan borrosas imágenes, todos ellos, aunque pugnando por conquistar el poder, se hallan básicamente empeñados y casi agonizantes.

La verdad es que las líneas en este campo político no están nítidamente dibujadas; los problemas se aparecen confusos e interconectados, así persiguen la consecución de sus propios intereses.

Lo que pasa es que el término movimiento puede ser engañoso, en parte porque implica un nivel más elevado de conciencia compartida o desconfianza. Sin embargo, ya constituyen una clase en movimiento o, simplemente, una variante de individuos y grupos transitorios.

Por lo tanto, la superlucha entre estas fuerzas, en las próximas elecciones será una línea dentada a través de clase y partido.

Esta superlucha, será cada vez más violenta, influirá decisivamente en la política del mañana. En otras palabras, estas fuerzas políticas que se han creado será una línea confusa a través del movimiento y partidos, cada uno desempeñará un papel destructivo o constructivo.

Así las cosas, nos esperan inciertos días en el campo ecuatoriano.