Hospital para Pedernales

LUIS COELLO KUON-YENG

Pedernales es el cantón más norteño de la provincia de Manabí. Fue el epicentro del fatídico terremoto del 16 de abril de 2016. Las consecuencias fueron enormes, infraestructura dañada, incomunicación y sobre todo una estela de insalubridad que hasta el día de hoy no ha sido solventada, mas con la inexistencia de un centro hospitalario digno, bien equipado y diseñado acorde con las necesidades de los más de 60.000 habitantes que posee Pedernales.

Es una lástima y hasta sin misericordia que luego de tres años y de dos gobiernos no haya una respuesta al clamor de la ciudadanía que anhela un hospital que sirva de referencia en temas sanitarios. Han pasado desde carpas hasta hospitales móviles, pero un edificio hospitalario es hasta el día de hoy una utopía. En un reporte noticioso reciente, se supo que a la empresa mexicana Tippmann S.A., se le adjudicó la construcción de un hospital para Pedernales de 30 camas por parte del Servicio de Contratación de Obras (Secob) por un monto de $15.7 millones.

Sin embargo, el Gobierno ecuatoriano anunció la terminación unilateral del contrato con la firma mexicana, debido a que entregó garantías falsas para la adjudicación de la obra. Esto quiere decir que ese cantón manabita debe esperar más por ver dentro de su jurisdicción un hospital aunque sea básico. El punto esencial de todo esto es la corrupción. Lo que se recaudó para reconstruir lo que el terremoto dejó, no cumplió su cometido, hasta hay denuncias de desaparición del dinero y lo que hizo esta empresa al dar firmas falsas de garantías es una muestra más de lo descompuesto del sistema político y social de nuestro país.

Usurpar el dinero que todos dimos para levantar a las provincias más afectadas (Manabí y Esmeraldas) es maquiavélico. Nada sensible con la realidad de lo que muchos siguen pasando siendo víctimas del temblor. Es hora de poner en marcha lo prometido por el presidente Moreno en campaña, un hospital para Pedernales, eso es una necesidad justa y una espera necesaria que debe convertirse en realidad. La corrupción es una plaga que asola y no permite el desarrollo de los pueblos.

Lástima que, por esta perversa acción de corrupción, no existan centros hospitalarios decentes, equipados con instrumental y con servidores profesionales de la salud. En el tiempo que le resta a este gobierno y el que vendrá, deben no solo ofrecer, sino cumplir con el pueblo.

[email protected]

LUIS COELLO KUON-YENG

Pedernales es el cantón más norteño de la provincia de Manabí. Fue el epicentro del fatídico terremoto del 16 de abril de 2016. Las consecuencias fueron enormes, infraestructura dañada, incomunicación y sobre todo una estela de insalubridad que hasta el día de hoy no ha sido solventada, mas con la inexistencia de un centro hospitalario digno, bien equipado y diseñado acorde con las necesidades de los más de 60.000 habitantes que posee Pedernales.

Es una lástima y hasta sin misericordia que luego de tres años y de dos gobiernos no haya una respuesta al clamor de la ciudadanía que anhela un hospital que sirva de referencia en temas sanitarios. Han pasado desde carpas hasta hospitales móviles, pero un edificio hospitalario es hasta el día de hoy una utopía. En un reporte noticioso reciente, se supo que a la empresa mexicana Tippmann S.A., se le adjudicó la construcción de un hospital para Pedernales de 30 camas por parte del Servicio de Contratación de Obras (Secob) por un monto de $15.7 millones.

Sin embargo, el Gobierno ecuatoriano anunció la terminación unilateral del contrato con la firma mexicana, debido a que entregó garantías falsas para la adjudicación de la obra. Esto quiere decir que ese cantón manabita debe esperar más por ver dentro de su jurisdicción un hospital aunque sea básico. El punto esencial de todo esto es la corrupción. Lo que se recaudó para reconstruir lo que el terremoto dejó, no cumplió su cometido, hasta hay denuncias de desaparición del dinero y lo que hizo esta empresa al dar firmas falsas de garantías es una muestra más de lo descompuesto del sistema político y social de nuestro país.

Usurpar el dinero que todos dimos para levantar a las provincias más afectadas (Manabí y Esmeraldas) es maquiavélico. Nada sensible con la realidad de lo que muchos siguen pasando siendo víctimas del temblor. Es hora de poner en marcha lo prometido por el presidente Moreno en campaña, un hospital para Pedernales, eso es una necesidad justa y una espera necesaria que debe convertirse en realidad. La corrupción es una plaga que asola y no permite el desarrollo de los pueblos.

Lástima que, por esta perversa acción de corrupción, no existan centros hospitalarios decentes, equipados con instrumental y con servidores profesionales de la salud. En el tiempo que le resta a este gobierno y el que vendrá, deben no solo ofrecer, sino cumplir con el pueblo.

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LUIS COELLO KUON-YENG

Pedernales es el cantón más norteño de la provincia de Manabí. Fue el epicentro del fatídico terremoto del 16 de abril de 2016. Las consecuencias fueron enormes, infraestructura dañada, incomunicación y sobre todo una estela de insalubridad que hasta el día de hoy no ha sido solventada, mas con la inexistencia de un centro hospitalario digno, bien equipado y diseñado acorde con las necesidades de los más de 60.000 habitantes que posee Pedernales.

Es una lástima y hasta sin misericordia que luego de tres años y de dos gobiernos no haya una respuesta al clamor de la ciudadanía que anhela un hospital que sirva de referencia en temas sanitarios. Han pasado desde carpas hasta hospitales móviles, pero un edificio hospitalario es hasta el día de hoy una utopía. En un reporte noticioso reciente, se supo que a la empresa mexicana Tippmann S.A., se le adjudicó la construcción de un hospital para Pedernales de 30 camas por parte del Servicio de Contratación de Obras (Secob) por un monto de $15.7 millones.

Sin embargo, el Gobierno ecuatoriano anunció la terminación unilateral del contrato con la firma mexicana, debido a que entregó garantías falsas para la adjudicación de la obra. Esto quiere decir que ese cantón manabita debe esperar más por ver dentro de su jurisdicción un hospital aunque sea básico. El punto esencial de todo esto es la corrupción. Lo que se recaudó para reconstruir lo que el terremoto dejó, no cumplió su cometido, hasta hay denuncias de desaparición del dinero y lo que hizo esta empresa al dar firmas falsas de garantías es una muestra más de lo descompuesto del sistema político y social de nuestro país.

Usurpar el dinero que todos dimos para levantar a las provincias más afectadas (Manabí y Esmeraldas) es maquiavélico. Nada sensible con la realidad de lo que muchos siguen pasando siendo víctimas del temblor. Es hora de poner en marcha lo prometido por el presidente Moreno en campaña, un hospital para Pedernales, eso es una necesidad justa y una espera necesaria que debe convertirse en realidad. La corrupción es una plaga que asola y no permite el desarrollo de los pueblos.

Lástima que, por esta perversa acción de corrupción, no existan centros hospitalarios decentes, equipados con instrumental y con servidores profesionales de la salud. En el tiempo que le resta a este gobierno y el que vendrá, deben no solo ofrecer, sino cumplir con el pueblo.

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LUIS COELLO KUON-YENG

Pedernales es el cantón más norteño de la provincia de Manabí. Fue el epicentro del fatídico terremoto del 16 de abril de 2016. Las consecuencias fueron enormes, infraestructura dañada, incomunicación y sobre todo una estela de insalubridad que hasta el día de hoy no ha sido solventada, mas con la inexistencia de un centro hospitalario digno, bien equipado y diseñado acorde con las necesidades de los más de 60.000 habitantes que posee Pedernales.

Es una lástima y hasta sin misericordia que luego de tres años y de dos gobiernos no haya una respuesta al clamor de la ciudadanía que anhela un hospital que sirva de referencia en temas sanitarios. Han pasado desde carpas hasta hospitales móviles, pero un edificio hospitalario es hasta el día de hoy una utopía. En un reporte noticioso reciente, se supo que a la empresa mexicana Tippmann S.A., se le adjudicó la construcción de un hospital para Pedernales de 30 camas por parte del Servicio de Contratación de Obras (Secob) por un monto de $15.7 millones.

Sin embargo, el Gobierno ecuatoriano anunció la terminación unilateral del contrato con la firma mexicana, debido a que entregó garantías falsas para la adjudicación de la obra. Esto quiere decir que ese cantón manabita debe esperar más por ver dentro de su jurisdicción un hospital aunque sea básico. El punto esencial de todo esto es la corrupción. Lo que se recaudó para reconstruir lo que el terremoto dejó, no cumplió su cometido, hasta hay denuncias de desaparición del dinero y lo que hizo esta empresa al dar firmas falsas de garantías es una muestra más de lo descompuesto del sistema político y social de nuestro país.

Usurpar el dinero que todos dimos para levantar a las provincias más afectadas (Manabí y Esmeraldas) es maquiavélico. Nada sensible con la realidad de lo que muchos siguen pasando siendo víctimas del temblor. Es hora de poner en marcha lo prometido por el presidente Moreno en campaña, un hospital para Pedernales, eso es una necesidad justa y una espera necesaria que debe convertirse en realidad. La corrupción es una plaga que asola y no permite el desarrollo de los pueblos.

Lástima que, por esta perversa acción de corrupción, no existan centros hospitalarios decentes, equipados con instrumental y con servidores profesionales de la salud. En el tiempo que le resta a este gobierno y el que vendrá, deben no solo ofrecer, sino cumplir con el pueblo.

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