Cataclismo

Eduardo F. Naranjo C.

Toda decisión conlleva consecuencias, instante crucial para todo ser vivo, más todavía, si esto se relaciona con una comunidad, razón por la que un gobernante debe analizar las potenciales derivas de sus actos.

Nuestro país sufre y es responsabilidad de todos, se dice, pero realmente puede ser responsable socialmente un campesino pobre, subsistiendo dentro de límites mínimos, más aún una mayoría de ciudadanos no tienen el suficiente criterio para discernir entre el bien y el mal, cuando se trata de política, otros con experiencia prefieren no participar, para no sentirse culpables de engaño. A esto se suman intereses regionales, falta de valores, educación y servicios, lo que certifica una sociedad cuarteada y engañada por los “vivos”.

El gran intelectual argentino, Mario Bunge, que dejó su pampa evitando las nefastas dictaduras militares impuestas a nuestra América y se radicó en Canadá, dice en una reciente entrevista, “la política internacional me parece un desastre y los populismos de derecha son alarmantes”, lo vivimos aquí y las consecuencias del consejo “social cristiano”, al mandatario de turno nos han llevado a esta situación de desgaste social.

Bunge señala que todos pretenden resolver “problemas”, pero insiste que primero debemos “analizar el concepto mismo de problema”. Las universidades no han hecho su tarea y no entendemos qué somos. Se lanzan ideas de todo orden, incluida la conspiración, y la prensa televisada y radial sigue igual camino, no hay aportes.

Todas las consecuencias de esta jugada de dados son fruto del azar por desconocimiento de qué somos y qué está atrás, cuál es el problema. Sumados a intereses corporativos que, en todo lugar, siempre quieren todo y nada para el resto, agudizan la conflictividad social en nombre de la democracia.

[email protected]

Eduardo F. Naranjo C.

Toda decisión conlleva consecuencias, instante crucial para todo ser vivo, más todavía, si esto se relaciona con una comunidad, razón por la que un gobernante debe analizar las potenciales derivas de sus actos.

Nuestro país sufre y es responsabilidad de todos, se dice, pero realmente puede ser responsable socialmente un campesino pobre, subsistiendo dentro de límites mínimos, más aún una mayoría de ciudadanos no tienen el suficiente criterio para discernir entre el bien y el mal, cuando se trata de política, otros con experiencia prefieren no participar, para no sentirse culpables de engaño. A esto se suman intereses regionales, falta de valores, educación y servicios, lo que certifica una sociedad cuarteada y engañada por los “vivos”.

El gran intelectual argentino, Mario Bunge, que dejó su pampa evitando las nefastas dictaduras militares impuestas a nuestra América y se radicó en Canadá, dice en una reciente entrevista, “la política internacional me parece un desastre y los populismos de derecha son alarmantes”, lo vivimos aquí y las consecuencias del consejo “social cristiano”, al mandatario de turno nos han llevado a esta situación de desgaste social.

Bunge señala que todos pretenden resolver “problemas”, pero insiste que primero debemos “analizar el concepto mismo de problema”. Las universidades no han hecho su tarea y no entendemos qué somos. Se lanzan ideas de todo orden, incluida la conspiración, y la prensa televisada y radial sigue igual camino, no hay aportes.

Todas las consecuencias de esta jugada de dados son fruto del azar por desconocimiento de qué somos y qué está atrás, cuál es el problema. Sumados a intereses corporativos que, en todo lugar, siempre quieren todo y nada para el resto, agudizan la conflictividad social en nombre de la democracia.

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Toda decisión conlleva consecuencias, instante crucial para todo ser vivo, más todavía, si esto se relaciona con una comunidad, razón por la que un gobernante debe analizar las potenciales derivas de sus actos.

Nuestro país sufre y es responsabilidad de todos, se dice, pero realmente puede ser responsable socialmente un campesino pobre, subsistiendo dentro de límites mínimos, más aún una mayoría de ciudadanos no tienen el suficiente criterio para discernir entre el bien y el mal, cuando se trata de política, otros con experiencia prefieren no participar, para no sentirse culpables de engaño. A esto se suman intereses regionales, falta de valores, educación y servicios, lo que certifica una sociedad cuarteada y engañada por los “vivos”.

El gran intelectual argentino, Mario Bunge, que dejó su pampa evitando las nefastas dictaduras militares impuestas a nuestra América y se radicó en Canadá, dice en una reciente entrevista, “la política internacional me parece un desastre y los populismos de derecha son alarmantes”, lo vivimos aquí y las consecuencias del consejo “social cristiano”, al mandatario de turno nos han llevado a esta situación de desgaste social.

Bunge señala que todos pretenden resolver “problemas”, pero insiste que primero debemos “analizar el concepto mismo de problema”. Las universidades no han hecho su tarea y no entendemos qué somos. Se lanzan ideas de todo orden, incluida la conspiración, y la prensa televisada y radial sigue igual camino, no hay aportes.

Todas las consecuencias de esta jugada de dados son fruto del azar por desconocimiento de qué somos y qué está atrás, cuál es el problema. Sumados a intereses corporativos que, en todo lugar, siempre quieren todo y nada para el resto, agudizan la conflictividad social en nombre de la democracia.

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Eduardo F. Naranjo C.

Toda decisión conlleva consecuencias, instante crucial para todo ser vivo, más todavía, si esto se relaciona con una comunidad, razón por la que un gobernante debe analizar las potenciales derivas de sus actos.

Nuestro país sufre y es responsabilidad de todos, se dice, pero realmente puede ser responsable socialmente un campesino pobre, subsistiendo dentro de límites mínimos, más aún una mayoría de ciudadanos no tienen el suficiente criterio para discernir entre el bien y el mal, cuando se trata de política, otros con experiencia prefieren no participar, para no sentirse culpables de engaño. A esto se suman intereses regionales, falta de valores, educación y servicios, lo que certifica una sociedad cuarteada y engañada por los “vivos”.

El gran intelectual argentino, Mario Bunge, que dejó su pampa evitando las nefastas dictaduras militares impuestas a nuestra América y se radicó en Canadá, dice en una reciente entrevista, “la política internacional me parece un desastre y los populismos de derecha son alarmantes”, lo vivimos aquí y las consecuencias del consejo “social cristiano”, al mandatario de turno nos han llevado a esta situación de desgaste social.

Bunge señala que todos pretenden resolver “problemas”, pero insiste que primero debemos “analizar el concepto mismo de problema”. Las universidades no han hecho su tarea y no entendemos qué somos. Se lanzan ideas de todo orden, incluida la conspiración, y la prensa televisada y radial sigue igual camino, no hay aportes.

Todas las consecuencias de esta jugada de dados son fruto del azar por desconocimiento de qué somos y qué está atrás, cuál es el problema. Sumados a intereses corporativos que, en todo lugar, siempre quieren todo y nada para el resto, agudizan la conflictividad social en nombre de la democracia.

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