Ecología sí, fanatismo y violencia no

Alejandro A. Tagliavini*

Noah Rothman escribió una columna titulada “La huelga climática tiene que ver con el adoctrinamiento, no con la ciencia”. Trata de un principio de “histeria colectiva”, también llamada “psicosis en grupo” y de lavado de cerebro: que la “educación integral sobre el cambio climático”, se dirija a niños de 5 a 14 años porque “la capacidad de impresión es alta durante esa etapa de desarrollo”.

Para participar en esta huelga callejera, miles de niños faltaron a la escuela coincidiendo con el discurso de una niña -omito su nombre por discreción, siendo una menor vulnerable- en la sede de la ONU. “Estamos en huelga porque la ciencia dice que tenemos solo unos pocos años para transformar nuestro sistema energético… y prevenir los peores efectos del cambio climático”, dice el manifiesto de Youth Climate Strike (YSC).

Pretenden que los gobiernos, haciendo uso de la violencia, impongan cosas como la creación de bancos estatales, viviendas a precios razonables, cierre de todas las plantas generadoras de combustibles fósiles que deberían eliminarse completamente para 2030. Ahora, por qué es necesaria una estrategia a largo plazo si solo tenemos “11 años” para evitar el desastre. ¿Será que detrás de esto hay solo intereses económicos?

Las decisiones tomadas por los gobiernos, dice YCS, “deberían estar vinculadas a la investigación científica, incluido el informe de 2018 del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático, una entidad “científica” – ¿o propagandística? – creada por la ONU.

El Grupo en 2001 dijo que las temperaturas invernales más suaves disminuirían la severidad de las tormentas de nieve, cosa que no ha sucedido. En 2007 advirtió que el “aumento del estrés hídrico” reduciría el rendimiento de los cultivos, pero resulta que hoy estos rendimientos crecen exponencialmente.

En fin, todos queremos un mundo natural y sano -y optimista- y quizás algo de razón tenga el IPCC, aunque muchos científicos los contradicen; pero no tienen derecho a imponer ideas por la fuerza policial del Estado. Aunque sean ‘dueños de la verdad’, la coacción, la violencia no es el camino.

* Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California @alextagliavini

Alejandro A. Tagliavini*

Noah Rothman escribió una columna titulada “La huelga climática tiene que ver con el adoctrinamiento, no con la ciencia”. Trata de un principio de “histeria colectiva”, también llamada “psicosis en grupo” y de lavado de cerebro: que la “educación integral sobre el cambio climático”, se dirija a niños de 5 a 14 años porque “la capacidad de impresión es alta durante esa etapa de desarrollo”.

Para participar en esta huelga callejera, miles de niños faltaron a la escuela coincidiendo con el discurso de una niña -omito su nombre por discreción, siendo una menor vulnerable- en la sede de la ONU. “Estamos en huelga porque la ciencia dice que tenemos solo unos pocos años para transformar nuestro sistema energético… y prevenir los peores efectos del cambio climático”, dice el manifiesto de Youth Climate Strike (YSC).

Pretenden que los gobiernos, haciendo uso de la violencia, impongan cosas como la creación de bancos estatales, viviendas a precios razonables, cierre de todas las plantas generadoras de combustibles fósiles que deberían eliminarse completamente para 2030. Ahora, por qué es necesaria una estrategia a largo plazo si solo tenemos “11 años” para evitar el desastre. ¿Será que detrás de esto hay solo intereses económicos?

Las decisiones tomadas por los gobiernos, dice YCS, “deberían estar vinculadas a la investigación científica, incluido el informe de 2018 del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático, una entidad “científica” – ¿o propagandística? – creada por la ONU.

El Grupo en 2001 dijo que las temperaturas invernales más suaves disminuirían la severidad de las tormentas de nieve, cosa que no ha sucedido. En 2007 advirtió que el “aumento del estrés hídrico” reduciría el rendimiento de los cultivos, pero resulta que hoy estos rendimientos crecen exponencialmente.

En fin, todos queremos un mundo natural y sano -y optimista- y quizás algo de razón tenga el IPCC, aunque muchos científicos los contradicen; pero no tienen derecho a imponer ideas por la fuerza policial del Estado. Aunque sean ‘dueños de la verdad’, la coacción, la violencia no es el camino.

* Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California @alextagliavini

Alejandro A. Tagliavini*

Noah Rothman escribió una columna titulada “La huelga climática tiene que ver con el adoctrinamiento, no con la ciencia”. Trata de un principio de “histeria colectiva”, también llamada “psicosis en grupo” y de lavado de cerebro: que la “educación integral sobre el cambio climático”, se dirija a niños de 5 a 14 años porque “la capacidad de impresión es alta durante esa etapa de desarrollo”.

Para participar en esta huelga callejera, miles de niños faltaron a la escuela coincidiendo con el discurso de una niña -omito su nombre por discreción, siendo una menor vulnerable- en la sede de la ONU. “Estamos en huelga porque la ciencia dice que tenemos solo unos pocos años para transformar nuestro sistema energético… y prevenir los peores efectos del cambio climático”, dice el manifiesto de Youth Climate Strike (YSC).

Pretenden que los gobiernos, haciendo uso de la violencia, impongan cosas como la creación de bancos estatales, viviendas a precios razonables, cierre de todas las plantas generadoras de combustibles fósiles que deberían eliminarse completamente para 2030. Ahora, por qué es necesaria una estrategia a largo plazo si solo tenemos “11 años” para evitar el desastre. ¿Será que detrás de esto hay solo intereses económicos?

Las decisiones tomadas por los gobiernos, dice YCS, “deberían estar vinculadas a la investigación científica, incluido el informe de 2018 del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático, una entidad “científica” – ¿o propagandística? – creada por la ONU.

El Grupo en 2001 dijo que las temperaturas invernales más suaves disminuirían la severidad de las tormentas de nieve, cosa que no ha sucedido. En 2007 advirtió que el “aumento del estrés hídrico” reduciría el rendimiento de los cultivos, pero resulta que hoy estos rendimientos crecen exponencialmente.

En fin, todos queremos un mundo natural y sano -y optimista- y quizás algo de razón tenga el IPCC, aunque muchos científicos los contradicen; pero no tienen derecho a imponer ideas por la fuerza policial del Estado. Aunque sean ‘dueños de la verdad’, la coacción, la violencia no es el camino.

* Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California @alextagliavini

Alejandro A. Tagliavini*

Noah Rothman escribió una columna titulada “La huelga climática tiene que ver con el adoctrinamiento, no con la ciencia”. Trata de un principio de “histeria colectiva”, también llamada “psicosis en grupo” y de lavado de cerebro: que la “educación integral sobre el cambio climático”, se dirija a niños de 5 a 14 años porque “la capacidad de impresión es alta durante esa etapa de desarrollo”.

Para participar en esta huelga callejera, miles de niños faltaron a la escuela coincidiendo con el discurso de una niña -omito su nombre por discreción, siendo una menor vulnerable- en la sede de la ONU. “Estamos en huelga porque la ciencia dice que tenemos solo unos pocos años para transformar nuestro sistema energético… y prevenir los peores efectos del cambio climático”, dice el manifiesto de Youth Climate Strike (YSC).

Pretenden que los gobiernos, haciendo uso de la violencia, impongan cosas como la creación de bancos estatales, viviendas a precios razonables, cierre de todas las plantas generadoras de combustibles fósiles que deberían eliminarse completamente para 2030. Ahora, por qué es necesaria una estrategia a largo plazo si solo tenemos “11 años” para evitar el desastre. ¿Será que detrás de esto hay solo intereses económicos?

Las decisiones tomadas por los gobiernos, dice YCS, “deberían estar vinculadas a la investigación científica, incluido el informe de 2018 del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático, una entidad “científica” – ¿o propagandística? – creada por la ONU.

El Grupo en 2001 dijo que las temperaturas invernales más suaves disminuirían la severidad de las tormentas de nieve, cosa que no ha sucedido. En 2007 advirtió que el “aumento del estrés hídrico” reduciría el rendimiento de los cultivos, pero resulta que hoy estos rendimientos crecen exponencialmente.

En fin, todos queremos un mundo natural y sano -y optimista- y quizás algo de razón tenga el IPCC, aunque muchos científicos los contradicen; pero no tienen derecho a imponer ideas por la fuerza policial del Estado. Aunque sean ‘dueños de la verdad’, la coacción, la violencia no es el camino.

* Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California @alextagliavini