Saldos

Javier Corella Sánchez

Como individuos creemos oportuno a la fecha evaluar y cual jueces dictar sentencia acerca de lo transcurrido dentro del año que fue, buscar el balance anhelado y para sorpresa encontrarnos con rasgos de déficit o superávit que nos llevan a reflexionar, acudir a cambios y reparar.

¿Qué ocurre cuando desde el punto de vista de ciudadanos obtenemos el balance de nuestro entorno social, económico y político? Me convenzo día a día que nuestro espíritu crítico descubrió que solamente el cuestionamiento puede llevarnos a opinar sobre aquellos eventos que no dependen de nosotros más sin embargo afectan nuestro porvenir.

Evaluamos a un gobierno con meses de gestión cuyo arranque fue envidiable y decayó abruptamente para luego captar aceptación por medio del cumplimiento de propuestas que esperamos generen bienestar. ¿Déficit, superávit, equilibrio? Concluyamos.

Frente a nosotros tenemos a un cuerpo legislativo conformado por 137 personas los cuales en medio de debate, apoyo y oposición generaron polémica ante la opinión pública a tal punto de transcurridos siete meses seguir sin dejarnos posturas claras. ¿Déficit, superávit, equilibrio? Concluyamos.

Inmersos en una realidad local que manifiesta desarrollo en infraestructura, rasgos de desarrollo social, constante búsqueda de aceptación a vísperas de un 2022 electoral, han permitido que tengamos altas expectativas acerca de la ciudad que anhelamos. ¿Déficit, superávit, equilibrio? Concluyamos.

Es momento de con “calculadora en mano” definir como iniciamos el nuevo año, cuáles son las cifras que acompañan, velar por la continuidad de números positivos y hacer frente a los números rojos con que nuestras autoridades nos permiten arrancar. Está claro que nuestro balance inicial será dirimente para nuestro porvenir; es momento de ver saldos.

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