Boris Johnson ve denegado un segundo voto sobre el acuerdo de Brexit

Londres, Reino Unido AFP

El primer ministro Boris Johnson, cuya determinación a sacar al Reino Unido de la UE a final de mes no cesa de chocar con obstáculos, vio denegado su intento de someter el lunes el acuerdo de Brexit al parlamento por segunda vez.

Apoyándose en una convención parlamentaria por la cual un texto no puede ser debatido varias veces sin modificación en una misma sesión, el presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, rechazó el nuevo voto presentado por el gobierno.

«La moción no será debatida», anunció Bercow por considerar que sería «repetitivo».

Tras volver triunfante de Bruselas con un nuevo acuerdo que parecía imposible, Johnson había convocado al parlamento el sábado, reunido por primera vez en fin de semana desde la guerra de las Malvinas en 1982, confiando en lograr la aprobación denegada tres veces a su predecesores Theresa May.

Pero solo consiguió que los diputados pospusieran su decisión hasta que haya sido aprobada la legislación necesaria para implementarlo.

Esto lo obligó, muy a su pesar, a pedir a la UE un nuevo aplazamiento de la fecha del Brexit, inicialmente prevista para el pasado marzo pero retrasada dos veces, actualmente al 31 de octubre.

Por imposición legal Johnson envió una carta a Bruselas con dicha petición, pero no la firmó y la acompañó de una segunda misiva, ésta firmada, en la que consideraba que sería una mala idea.

Y el lunes hubiese querido intentar de nuevo obtener el apoyo de los parlamentarios al acuerdo con la UE, que regula las condiciones del divorcio tras 46 años de membresía, la factura -de unos 39.000 millones de libras- que Londres debe pagar, los derechos de sus respectivos ciudadanos y un periodo de transición hasta finales de 2020 ampliable dos años más.

Enmiendas de la oposición

Tras la decisión de Bercow, el gobierno debería presentar el martes al parlamento la legislación para implementar el acuerdo y, con el objetivo de que sea aprobada antes de final de mes, podría convocar diez días de sesiones parlamentarias por la noche y en fin de semana.

Pero no será tarea fácil. Johnson perdió la mayoría en septiembre tras la rebelión de 21 diputados conservadores opuestos a su estrategia de Brexit y tampoco tiene el apoyo de su socio clave, el pequeño partido unionista norirlandés DUP, a un acuerdo que otorga un estatus excepcional a la provincia británica de Irlanda del Norte.

El ejecutivo afirma que puede reunir el respaldo necesario para sacar al país de la UE a final de mes y cumplir por fin con el mandato del referéndum de 2016 en que 52% de británicos votó por el Brexit.

Pero la oposición está dispuesta a contraatacar con un alud de enmiendas que irán desde la convocatoria de un segundo referéndum hasta la exigencia de una unión aduanera con la UE.

El diario conservador The Daily Telegraph denunciaba el lunes en portada esta previsible «guerrilla» parlamentaria, mientras The Times subrayaba que las enmiendas podrían «aniquilar» el acuerdo cerrado con Bruselas.

«Si no salimos (de la UE) será porque el parlamento impide al gobierno hacer aquello a lo que se comprometió», denunció la ministra de Comercio, Liz Truss, considerando que la única solución sería organizar elecciones legislativas anticipadas.

Si el acuerdo de divorcio no es ratificado en los próximos diez días, estará en manos de los otros 27 países del bloque decidir un nuevo aplazamiento. Previsiblemente esperarán a ver qué sucede en el Reino Unido en los próximos días.

El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Heiko Maas, consideró el lunes posible «una corta postergación técnica» si el gobierno británico necesita más tiempo.

Por su parte, los mercados ya anticipaban un escenario «en que el acuerdo se apruebe esta semana y luego haya una pequeña prórroga para aprobar la legislación necesaria», explicó a la AFP Michael Hewson, analista de CMC Markets, mientras la libra esterlina alcanzaba su máximo nivel en cinco meses, superando 1,30 dólares.

«Si ese optimismo resulta ser prematuro es otra cuestión, solo lo sabremos con el tiempo», agregó.

Londres, Reino Unido AFP

El primer ministro Boris Johnson, cuya determinación a sacar al Reino Unido de la UE a final de mes no cesa de chocar con obstáculos, vio denegado su intento de someter el lunes el acuerdo de Brexit al parlamento por segunda vez.

Apoyándose en una convención parlamentaria por la cual un texto no puede ser debatido varias veces sin modificación en una misma sesión, el presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, rechazó el nuevo voto presentado por el gobierno.

«La moción no será debatida», anunció Bercow por considerar que sería «repetitivo».

Tras volver triunfante de Bruselas con un nuevo acuerdo que parecía imposible, Johnson había convocado al parlamento el sábado, reunido por primera vez en fin de semana desde la guerra de las Malvinas en 1982, confiando en lograr la aprobación denegada tres veces a su predecesores Theresa May.

Pero solo consiguió que los diputados pospusieran su decisión hasta que haya sido aprobada la legislación necesaria para implementarlo.

Esto lo obligó, muy a su pesar, a pedir a la UE un nuevo aplazamiento de la fecha del Brexit, inicialmente prevista para el pasado marzo pero retrasada dos veces, actualmente al 31 de octubre.

Por imposición legal Johnson envió una carta a Bruselas con dicha petición, pero no la firmó y la acompañó de una segunda misiva, ésta firmada, en la que consideraba que sería una mala idea.

Y el lunes hubiese querido intentar de nuevo obtener el apoyo de los parlamentarios al acuerdo con la UE, que regula las condiciones del divorcio tras 46 años de membresía, la factura -de unos 39.000 millones de libras- que Londres debe pagar, los derechos de sus respectivos ciudadanos y un periodo de transición hasta finales de 2020 ampliable dos años más.

Enmiendas de la oposición

Tras la decisión de Bercow, el gobierno debería presentar el martes al parlamento la legislación para implementar el acuerdo y, con el objetivo de que sea aprobada antes de final de mes, podría convocar diez días de sesiones parlamentarias por la noche y en fin de semana.

Pero no será tarea fácil. Johnson perdió la mayoría en septiembre tras la rebelión de 21 diputados conservadores opuestos a su estrategia de Brexit y tampoco tiene el apoyo de su socio clave, el pequeño partido unionista norirlandés DUP, a un acuerdo que otorga un estatus excepcional a la provincia británica de Irlanda del Norte.

El ejecutivo afirma que puede reunir el respaldo necesario para sacar al país de la UE a final de mes y cumplir por fin con el mandato del referéndum de 2016 en que 52% de británicos votó por el Brexit.

Pero la oposición está dispuesta a contraatacar con un alud de enmiendas que irán desde la convocatoria de un segundo referéndum hasta la exigencia de una unión aduanera con la UE.

El diario conservador The Daily Telegraph denunciaba el lunes en portada esta previsible «guerrilla» parlamentaria, mientras The Times subrayaba que las enmiendas podrían «aniquilar» el acuerdo cerrado con Bruselas.

«Si no salimos (de la UE) será porque el parlamento impide al gobierno hacer aquello a lo que se comprometió», denunció la ministra de Comercio, Liz Truss, considerando que la única solución sería organizar elecciones legislativas anticipadas.

Si el acuerdo de divorcio no es ratificado en los próximos diez días, estará en manos de los otros 27 países del bloque decidir un nuevo aplazamiento. Previsiblemente esperarán a ver qué sucede en el Reino Unido en los próximos días.

El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Heiko Maas, consideró el lunes posible «una corta postergación técnica» si el gobierno británico necesita más tiempo.

Por su parte, los mercados ya anticipaban un escenario «en que el acuerdo se apruebe esta semana y luego haya una pequeña prórroga para aprobar la legislación necesaria», explicó a la AFP Michael Hewson, analista de CMC Markets, mientras la libra esterlina alcanzaba su máximo nivel en cinco meses, superando 1,30 dólares.

«Si ese optimismo resulta ser prematuro es otra cuestión, solo lo sabremos con el tiempo», agregó.

Londres, Reino Unido AFP

El primer ministro Boris Johnson, cuya determinación a sacar al Reino Unido de la UE a final de mes no cesa de chocar con obstáculos, vio denegado su intento de someter el lunes el acuerdo de Brexit al parlamento por segunda vez.

Apoyándose en una convención parlamentaria por la cual un texto no puede ser debatido varias veces sin modificación en una misma sesión, el presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, rechazó el nuevo voto presentado por el gobierno.

«La moción no será debatida», anunció Bercow por considerar que sería «repetitivo».

Tras volver triunfante de Bruselas con un nuevo acuerdo que parecía imposible, Johnson había convocado al parlamento el sábado, reunido por primera vez en fin de semana desde la guerra de las Malvinas en 1982, confiando en lograr la aprobación denegada tres veces a su predecesores Theresa May.

Pero solo consiguió que los diputados pospusieran su decisión hasta que haya sido aprobada la legislación necesaria para implementarlo.

Esto lo obligó, muy a su pesar, a pedir a la UE un nuevo aplazamiento de la fecha del Brexit, inicialmente prevista para el pasado marzo pero retrasada dos veces, actualmente al 31 de octubre.

Por imposición legal Johnson envió una carta a Bruselas con dicha petición, pero no la firmó y la acompañó de una segunda misiva, ésta firmada, en la que consideraba que sería una mala idea.

Y el lunes hubiese querido intentar de nuevo obtener el apoyo de los parlamentarios al acuerdo con la UE, que regula las condiciones del divorcio tras 46 años de membresía, la factura -de unos 39.000 millones de libras- que Londres debe pagar, los derechos de sus respectivos ciudadanos y un periodo de transición hasta finales de 2020 ampliable dos años más.

Enmiendas de la oposición

Tras la decisión de Bercow, el gobierno debería presentar el martes al parlamento la legislación para implementar el acuerdo y, con el objetivo de que sea aprobada antes de final de mes, podría convocar diez días de sesiones parlamentarias por la noche y en fin de semana.

Pero no será tarea fácil. Johnson perdió la mayoría en septiembre tras la rebelión de 21 diputados conservadores opuestos a su estrategia de Brexit y tampoco tiene el apoyo de su socio clave, el pequeño partido unionista norirlandés DUP, a un acuerdo que otorga un estatus excepcional a la provincia británica de Irlanda del Norte.

El ejecutivo afirma que puede reunir el respaldo necesario para sacar al país de la UE a final de mes y cumplir por fin con el mandato del referéndum de 2016 en que 52% de británicos votó por el Brexit.

Pero la oposición está dispuesta a contraatacar con un alud de enmiendas que irán desde la convocatoria de un segundo referéndum hasta la exigencia de una unión aduanera con la UE.

El diario conservador The Daily Telegraph denunciaba el lunes en portada esta previsible «guerrilla» parlamentaria, mientras The Times subrayaba que las enmiendas podrían «aniquilar» el acuerdo cerrado con Bruselas.

«Si no salimos (de la UE) será porque el parlamento impide al gobierno hacer aquello a lo que se comprometió», denunció la ministra de Comercio, Liz Truss, considerando que la única solución sería organizar elecciones legislativas anticipadas.

Si el acuerdo de divorcio no es ratificado en los próximos diez días, estará en manos de los otros 27 países del bloque decidir un nuevo aplazamiento. Previsiblemente esperarán a ver qué sucede en el Reino Unido en los próximos días.

El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Heiko Maas, consideró el lunes posible «una corta postergación técnica» si el gobierno británico necesita más tiempo.

Por su parte, los mercados ya anticipaban un escenario «en que el acuerdo se apruebe esta semana y luego haya una pequeña prórroga para aprobar la legislación necesaria», explicó a la AFP Michael Hewson, analista de CMC Markets, mientras la libra esterlina alcanzaba su máximo nivel en cinco meses, superando 1,30 dólares.

«Si ese optimismo resulta ser prematuro es otra cuestión, solo lo sabremos con el tiempo», agregó.

Londres, Reino Unido AFP

El primer ministro Boris Johnson, cuya determinación a sacar al Reino Unido de la UE a final de mes no cesa de chocar con obstáculos, vio denegado su intento de someter el lunes el acuerdo de Brexit al parlamento por segunda vez.

Apoyándose en una convención parlamentaria por la cual un texto no puede ser debatido varias veces sin modificación en una misma sesión, el presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, rechazó el nuevo voto presentado por el gobierno.

«La moción no será debatida», anunció Bercow por considerar que sería «repetitivo».

Tras volver triunfante de Bruselas con un nuevo acuerdo que parecía imposible, Johnson había convocado al parlamento el sábado, reunido por primera vez en fin de semana desde la guerra de las Malvinas en 1982, confiando en lograr la aprobación denegada tres veces a su predecesores Theresa May.

Pero solo consiguió que los diputados pospusieran su decisión hasta que haya sido aprobada la legislación necesaria para implementarlo.

Esto lo obligó, muy a su pesar, a pedir a la UE un nuevo aplazamiento de la fecha del Brexit, inicialmente prevista para el pasado marzo pero retrasada dos veces, actualmente al 31 de octubre.

Por imposición legal Johnson envió una carta a Bruselas con dicha petición, pero no la firmó y la acompañó de una segunda misiva, ésta firmada, en la que consideraba que sería una mala idea.

Y el lunes hubiese querido intentar de nuevo obtener el apoyo de los parlamentarios al acuerdo con la UE, que regula las condiciones del divorcio tras 46 años de membresía, la factura -de unos 39.000 millones de libras- que Londres debe pagar, los derechos de sus respectivos ciudadanos y un periodo de transición hasta finales de 2020 ampliable dos años más.

Enmiendas de la oposición

Tras la decisión de Bercow, el gobierno debería presentar el martes al parlamento la legislación para implementar el acuerdo y, con el objetivo de que sea aprobada antes de final de mes, podría convocar diez días de sesiones parlamentarias por la noche y en fin de semana.

Pero no será tarea fácil. Johnson perdió la mayoría en septiembre tras la rebelión de 21 diputados conservadores opuestos a su estrategia de Brexit y tampoco tiene el apoyo de su socio clave, el pequeño partido unionista norirlandés DUP, a un acuerdo que otorga un estatus excepcional a la provincia británica de Irlanda del Norte.

El ejecutivo afirma que puede reunir el respaldo necesario para sacar al país de la UE a final de mes y cumplir por fin con el mandato del referéndum de 2016 en que 52% de británicos votó por el Brexit.

Pero la oposición está dispuesta a contraatacar con un alud de enmiendas que irán desde la convocatoria de un segundo referéndum hasta la exigencia de una unión aduanera con la UE.

El diario conservador The Daily Telegraph denunciaba el lunes en portada esta previsible «guerrilla» parlamentaria, mientras The Times subrayaba que las enmiendas podrían «aniquilar» el acuerdo cerrado con Bruselas.

«Si no salimos (de la UE) será porque el parlamento impide al gobierno hacer aquello a lo que se comprometió», denunció la ministra de Comercio, Liz Truss, considerando que la única solución sería organizar elecciones legislativas anticipadas.

Si el acuerdo de divorcio no es ratificado en los próximos diez días, estará en manos de los otros 27 países del bloque decidir un nuevo aplazamiento. Previsiblemente esperarán a ver qué sucede en el Reino Unido en los próximos días.

El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Heiko Maas, consideró el lunes posible «una corta postergación técnica» si el gobierno británico necesita más tiempo.

Por su parte, los mercados ya anticipaban un escenario «en que el acuerdo se apruebe esta semana y luego haya una pequeña prórroga para aprobar la legislación necesaria», explicó a la AFP Michael Hewson, analista de CMC Markets, mientras la libra esterlina alcanzaba su máximo nivel en cinco meses, superando 1,30 dólares.

«Si ese optimismo resulta ser prematuro es otra cuestión, solo lo sabremos con el tiempo», agregó.