Qué compleja realidad

Pablo Ortiz Muñoz

Qué compleja nuestra realidad social, si la observamos con detenimiento, lo heredado es más influyente, que los mismos aportes de nuestro propio legado cultural.

Vivimos en una sociedad adoctrinada, falta de criterio, sin visión de futuro. Si le dicen ¡el azul es rojo!, lo acepta y con tal obediencia, que ni siquiera se molesta en meditarlo y decir está bien o está mal. Queramos o no esto es parte de la herencia. Hemos olvidado tan fácilmente nuestro legado cultural, que se hace tan cómodo asimilar cualquier forma de pensamiento o idea extraña.

Si tan solo analizamos los hijos actuales, ni siquiera saben de dónde provienen, peor aún su historia. Pero este no es un problema solo de la juventud es un problema en general. Por su puesto, resulta más fácil asimilar algo contado, que algo que requiera de una mayor atención intelectual.

Cada individuo está tan confundido en el rol que juega en la sociedad, que su importancia en el desarrollo social no tiene sentido. Se ha vuelto tan indiferente y calculador, que, sobre sus ojos no tiene peso el presente o el futuro de la sociedad en general, mientras él y sus allegados estén bien. La pregunta, ¿pero de dónde viene esto?, esto viene de la herencia española.

Solo conjeturemos a América Latina en la conquista, llego la escoria, ladrones, delincuentes, saqueadores, gente sin ideología, sin principios, regionalistas, demagogos. Cuyo objetivo principal era saquear, robar, lastimar; satisfacer sus propios intereses y los de la corona; sin importar la forma o los medios para conseguirlo. Ahora imaginemos nuestra sociedad actual, no importan los medios, lo importante es conseguirlo. Pensemos solo por un momento en nuestros gloriosos líderes: políticos, sindicalistas, dirigentes, etc., son o no son iguales a los que llegaron por allá, por 1492, verdad no hay forma de diferenciarlos.

Si lo vemos desde otro ángulo, a los grupos de poder les interesa un pueblo ciego, desorientado, lo vuelve vulnerable a la manipulación. Le dicen que la lucha y su servicio es por los intereses de los más desposeídos, qué tamaña mentira. Un pueblo ignorante es conveniente a sus intereses. Pero si el pueblo se educa y piensa, ¿quién votaría por ellos? (O)

[email protected]

Pablo Ortiz Muñoz

Qué compleja nuestra realidad social, si la observamos con detenimiento, lo heredado es más influyente, que los mismos aportes de nuestro propio legado cultural.

Vivimos en una sociedad adoctrinada, falta de criterio, sin visión de futuro. Si le dicen ¡el azul es rojo!, lo acepta y con tal obediencia, que ni siquiera se molesta en meditarlo y decir está bien o está mal. Queramos o no esto es parte de la herencia. Hemos olvidado tan fácilmente nuestro legado cultural, que se hace tan cómodo asimilar cualquier forma de pensamiento o idea extraña.

Si tan solo analizamos los hijos actuales, ni siquiera saben de dónde provienen, peor aún su historia. Pero este no es un problema solo de la juventud es un problema en general. Por su puesto, resulta más fácil asimilar algo contado, que algo que requiera de una mayor atención intelectual.

Cada individuo está tan confundido en el rol que juega en la sociedad, que su importancia en el desarrollo social no tiene sentido. Se ha vuelto tan indiferente y calculador, que, sobre sus ojos no tiene peso el presente o el futuro de la sociedad en general, mientras él y sus allegados estén bien. La pregunta, ¿pero de dónde viene esto?, esto viene de la herencia española.

Solo conjeturemos a América Latina en la conquista, llego la escoria, ladrones, delincuentes, saqueadores, gente sin ideología, sin principios, regionalistas, demagogos. Cuyo objetivo principal era saquear, robar, lastimar; satisfacer sus propios intereses y los de la corona; sin importar la forma o los medios para conseguirlo. Ahora imaginemos nuestra sociedad actual, no importan los medios, lo importante es conseguirlo. Pensemos solo por un momento en nuestros gloriosos líderes: políticos, sindicalistas, dirigentes, etc., son o no son iguales a los que llegaron por allá, por 1492, verdad no hay forma de diferenciarlos.

Si lo vemos desde otro ángulo, a los grupos de poder les interesa un pueblo ciego, desorientado, lo vuelve vulnerable a la manipulación. Le dicen que la lucha y su servicio es por los intereses de los más desposeídos, qué tamaña mentira. Un pueblo ignorante es conveniente a sus intereses. Pero si el pueblo se educa y piensa, ¿quién votaría por ellos? (O)

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Pablo Ortiz Muñoz

Qué compleja nuestra realidad social, si la observamos con detenimiento, lo heredado es más influyente, que los mismos aportes de nuestro propio legado cultural.

Vivimos en una sociedad adoctrinada, falta de criterio, sin visión de futuro. Si le dicen ¡el azul es rojo!, lo acepta y con tal obediencia, que ni siquiera se molesta en meditarlo y decir está bien o está mal. Queramos o no esto es parte de la herencia. Hemos olvidado tan fácilmente nuestro legado cultural, que se hace tan cómodo asimilar cualquier forma de pensamiento o idea extraña.

Si tan solo analizamos los hijos actuales, ni siquiera saben de dónde provienen, peor aún su historia. Pero este no es un problema solo de la juventud es un problema en general. Por su puesto, resulta más fácil asimilar algo contado, que algo que requiera de una mayor atención intelectual.

Cada individuo está tan confundido en el rol que juega en la sociedad, que su importancia en el desarrollo social no tiene sentido. Se ha vuelto tan indiferente y calculador, que, sobre sus ojos no tiene peso el presente o el futuro de la sociedad en general, mientras él y sus allegados estén bien. La pregunta, ¿pero de dónde viene esto?, esto viene de la herencia española.

Solo conjeturemos a América Latina en la conquista, llego la escoria, ladrones, delincuentes, saqueadores, gente sin ideología, sin principios, regionalistas, demagogos. Cuyo objetivo principal era saquear, robar, lastimar; satisfacer sus propios intereses y los de la corona; sin importar la forma o los medios para conseguirlo. Ahora imaginemos nuestra sociedad actual, no importan los medios, lo importante es conseguirlo. Pensemos solo por un momento en nuestros gloriosos líderes: políticos, sindicalistas, dirigentes, etc., son o no son iguales a los que llegaron por allá, por 1492, verdad no hay forma de diferenciarlos.

Si lo vemos desde otro ángulo, a los grupos de poder les interesa un pueblo ciego, desorientado, lo vuelve vulnerable a la manipulación. Le dicen que la lucha y su servicio es por los intereses de los más desposeídos, qué tamaña mentira. Un pueblo ignorante es conveniente a sus intereses. Pero si el pueblo se educa y piensa, ¿quién votaría por ellos? (O)

[email protected]

Pablo Ortiz Muñoz

Qué compleja nuestra realidad social, si la observamos con detenimiento, lo heredado es más influyente, que los mismos aportes de nuestro propio legado cultural.

Vivimos en una sociedad adoctrinada, falta de criterio, sin visión de futuro. Si le dicen ¡el azul es rojo!, lo acepta y con tal obediencia, que ni siquiera se molesta en meditarlo y decir está bien o está mal. Queramos o no esto es parte de la herencia. Hemos olvidado tan fácilmente nuestro legado cultural, que se hace tan cómodo asimilar cualquier forma de pensamiento o idea extraña.

Si tan solo analizamos los hijos actuales, ni siquiera saben de dónde provienen, peor aún su historia. Pero este no es un problema solo de la juventud es un problema en general. Por su puesto, resulta más fácil asimilar algo contado, que algo que requiera de una mayor atención intelectual.

Cada individuo está tan confundido en el rol que juega en la sociedad, que su importancia en el desarrollo social no tiene sentido. Se ha vuelto tan indiferente y calculador, que, sobre sus ojos no tiene peso el presente o el futuro de la sociedad en general, mientras él y sus allegados estén bien. La pregunta, ¿pero de dónde viene esto?, esto viene de la herencia española.

Solo conjeturemos a América Latina en la conquista, llego la escoria, ladrones, delincuentes, saqueadores, gente sin ideología, sin principios, regionalistas, demagogos. Cuyo objetivo principal era saquear, robar, lastimar; satisfacer sus propios intereses y los de la corona; sin importar la forma o los medios para conseguirlo. Ahora imaginemos nuestra sociedad actual, no importan los medios, lo importante es conseguirlo. Pensemos solo por un momento en nuestros gloriosos líderes: políticos, sindicalistas, dirigentes, etc., son o no son iguales a los que llegaron por allá, por 1492, verdad no hay forma de diferenciarlos.

Si lo vemos desde otro ángulo, a los grupos de poder les interesa un pueblo ciego, desorientado, lo vuelve vulnerable a la manipulación. Le dicen que la lucha y su servicio es por los intereses de los más desposeídos, qué tamaña mentira. Un pueblo ignorante es conveniente a sus intereses. Pero si el pueblo se educa y piensa, ¿quién votaría por ellos? (O)

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