Los medios alternativos

César Sandoya Valdiviezo

La horizontalidad de la información y la participación ciudadana son las dos grandes bases que sostienen a los medios de comunicación alternativos. Además, la agenda informativa que tratan de construir está enfocada a potenciar el sentido crítico de la gente, la discusión y el intercambio de ideas como elemento que promueve el desarrollo del conocimiento.

Dada la gran capacidad tecnológica y cobertura geográfica que tienen los medios tradicionales, deberían ser los abanderados de dar a conocer las necesidades que viven los habitantes de los sectores menos favorecidos, así como las inequidades que permiten acentuar más la brecha social; sin embargo, los que se encargan de aquello son los medios de comunicación alternativos que en el día a día de alguna manera informan, previenen, advierten y comunican la problemática de las comunidades vulnerables.

No hay duda que la existencia de los medios de comunicación alternativos es vital en la construcción de una sociedad más justa y solidaria. Su apuesta organizativa y comunicativa es fundamental en momentos de crisis, como la que vivió nuestro país producto de la movilización indígena y el cerco mediático que se construyó en defensa del discurso oficial.

La mayoría de ciudadanos se enteró de lo que estaba sucediendo con la protesta social en Quito a través de los medios alternativos, puesto que los medios tradicionales mantuvieron un ‘prudente’ silencio y se limitaron a informar de la movilización indígena desde el ángulo de la insurrección, vandalismo, anarquía, saqueos, atentados contra la propiedad privada y ataques a los edificios de instituciones públicas.

En cambio, los reporteros de los medios alternativos realizaron una cobertura sin precedentes, desde el lugar de los hechos, en medio de los gases lacrimógenos, bajo sol, frío y Lluvia, y hasta amedrentados y amenazados por los elementos de la fuerza pública. Y algo más importante, transmitían los hechos tal como estaban ocurriendo, sin pasar por procesos de edición, donde muchas de las veces se mutila parte del contenido.

En definitiva, los medios de comunicación alternativos rompieron el cerco mediático. (O)

César Sandoya Valdiviezo

La horizontalidad de la información y la participación ciudadana son las dos grandes bases que sostienen a los medios de comunicación alternativos. Además, la agenda informativa que tratan de construir está enfocada a potenciar el sentido crítico de la gente, la discusión y el intercambio de ideas como elemento que promueve el desarrollo del conocimiento.

Dada la gran capacidad tecnológica y cobertura geográfica que tienen los medios tradicionales, deberían ser los abanderados de dar a conocer las necesidades que viven los habitantes de los sectores menos favorecidos, así como las inequidades que permiten acentuar más la brecha social; sin embargo, los que se encargan de aquello son los medios de comunicación alternativos que en el día a día de alguna manera informan, previenen, advierten y comunican la problemática de las comunidades vulnerables.

No hay duda que la existencia de los medios de comunicación alternativos es vital en la construcción de una sociedad más justa y solidaria. Su apuesta organizativa y comunicativa es fundamental en momentos de crisis, como la que vivió nuestro país producto de la movilización indígena y el cerco mediático que se construyó en defensa del discurso oficial.

La mayoría de ciudadanos se enteró de lo que estaba sucediendo con la protesta social en Quito a través de los medios alternativos, puesto que los medios tradicionales mantuvieron un ‘prudente’ silencio y se limitaron a informar de la movilización indígena desde el ángulo de la insurrección, vandalismo, anarquía, saqueos, atentados contra la propiedad privada y ataques a los edificios de instituciones públicas.

En cambio, los reporteros de los medios alternativos realizaron una cobertura sin precedentes, desde el lugar de los hechos, en medio de los gases lacrimógenos, bajo sol, frío y Lluvia, y hasta amedrentados y amenazados por los elementos de la fuerza pública. Y algo más importante, transmitían los hechos tal como estaban ocurriendo, sin pasar por procesos de edición, donde muchas de las veces se mutila parte del contenido.

En definitiva, los medios de comunicación alternativos rompieron el cerco mediático. (O)

César Sandoya Valdiviezo

La horizontalidad de la información y la participación ciudadana son las dos grandes bases que sostienen a los medios de comunicación alternativos. Además, la agenda informativa que tratan de construir está enfocada a potenciar el sentido crítico de la gente, la discusión y el intercambio de ideas como elemento que promueve el desarrollo del conocimiento.

Dada la gran capacidad tecnológica y cobertura geográfica que tienen los medios tradicionales, deberían ser los abanderados de dar a conocer las necesidades que viven los habitantes de los sectores menos favorecidos, así como las inequidades que permiten acentuar más la brecha social; sin embargo, los que se encargan de aquello son los medios de comunicación alternativos que en el día a día de alguna manera informan, previenen, advierten y comunican la problemática de las comunidades vulnerables.

No hay duda que la existencia de los medios de comunicación alternativos es vital en la construcción de una sociedad más justa y solidaria. Su apuesta organizativa y comunicativa es fundamental en momentos de crisis, como la que vivió nuestro país producto de la movilización indígena y el cerco mediático que se construyó en defensa del discurso oficial.

La mayoría de ciudadanos se enteró de lo que estaba sucediendo con la protesta social en Quito a través de los medios alternativos, puesto que los medios tradicionales mantuvieron un ‘prudente’ silencio y se limitaron a informar de la movilización indígena desde el ángulo de la insurrección, vandalismo, anarquía, saqueos, atentados contra la propiedad privada y ataques a los edificios de instituciones públicas.

En cambio, los reporteros de los medios alternativos realizaron una cobertura sin precedentes, desde el lugar de los hechos, en medio de los gases lacrimógenos, bajo sol, frío y Lluvia, y hasta amedrentados y amenazados por los elementos de la fuerza pública. Y algo más importante, transmitían los hechos tal como estaban ocurriendo, sin pasar por procesos de edición, donde muchas de las veces se mutila parte del contenido.

En definitiva, los medios de comunicación alternativos rompieron el cerco mediático. (O)

César Sandoya Valdiviezo

La horizontalidad de la información y la participación ciudadana son las dos grandes bases que sostienen a los medios de comunicación alternativos. Además, la agenda informativa que tratan de construir está enfocada a potenciar el sentido crítico de la gente, la discusión y el intercambio de ideas como elemento que promueve el desarrollo del conocimiento.

Dada la gran capacidad tecnológica y cobertura geográfica que tienen los medios tradicionales, deberían ser los abanderados de dar a conocer las necesidades que viven los habitantes de los sectores menos favorecidos, así como las inequidades que permiten acentuar más la brecha social; sin embargo, los que se encargan de aquello son los medios de comunicación alternativos que en el día a día de alguna manera informan, previenen, advierten y comunican la problemática de las comunidades vulnerables.

No hay duda que la existencia de los medios de comunicación alternativos es vital en la construcción de una sociedad más justa y solidaria. Su apuesta organizativa y comunicativa es fundamental en momentos de crisis, como la que vivió nuestro país producto de la movilización indígena y el cerco mediático que se construyó en defensa del discurso oficial.

La mayoría de ciudadanos se enteró de lo que estaba sucediendo con la protesta social en Quito a través de los medios alternativos, puesto que los medios tradicionales mantuvieron un ‘prudente’ silencio y se limitaron a informar de la movilización indígena desde el ángulo de la insurrección, vandalismo, anarquía, saqueos, atentados contra la propiedad privada y ataques a los edificios de instituciones públicas.

En cambio, los reporteros de los medios alternativos realizaron una cobertura sin precedentes, desde el lugar de los hechos, en medio de los gases lacrimógenos, bajo sol, frío y Lluvia, y hasta amedrentados y amenazados por los elementos de la fuerza pública. Y algo más importante, transmitían los hechos tal como estaban ocurriendo, sin pasar por procesos de edición, donde muchas de las veces se mutila parte del contenido.

En definitiva, los medios de comunicación alternativos rompieron el cerco mediático. (O)