‘Yo no fui’

Esta es la exclamación del delincuente de baja estofa cuando es sorprendido en sus fechorías. Pero cuando el pícaro es de alto perfil y deambula en política, generalmente por impropia ambición delictiva se justifican pregonando: “linchamiento mediático”, “error de buena fe”, “acuerdo entre privados”, etc. Indigna ver tanta impunidad, porque pese a las pruebas o claros indicios, todavía hay ingenuos, (¿o serán cómplices y encubridores?), que creen en la inocencia de esta enorme turba de mafiosos que nos han gobernado. Es tan obvio el problema, y de tal magnitud, que los aliados han creado un Frente de Transparencia que tendrá como función diagnosticar el problema de la corrupción y provocar recomendaciones. En lugar de tanto devaneo, los afanosos nuevos moralistas deberían entender que lo único que se requiere es: respetar la Constitución y las leyes, como la Ley de Contratación Pública, y nombrar jueces y personal para los entes de control a personas independientes al partido gobernante, honestas, capaces y decididas, y no a los entrañables “compañeritos”.

Fabián Chacón Cobo
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