Los Naranjos, una comuna que mantiene el idioma Tsáfiqui

Visita. El centro Alejandro Aguavil es el único que existe en la zona.
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Redacción SANTO DOMINGO DE LOS TSÁCHILAS

Los Naranjos es una de las comunas tsáchilas donde la lengua tsáfiqui se practica más. Quienes viven en el sector son un poco recelosos cuando ven a personas extrañas, por lo que empiezan a hablar en su lengua nativa para que no descifren lo que quieren decir.

Daniel Aguavil, de 63 años, presidente de este sitio, mencionó que es el único lugar donde no se ha perdido el idioma; a los más pequeños les enseñan a comunicarse con su lengua nativa; no entienden mucho el español.

Una de sus hijas, de 5 años, ya habla en tsáfiqui, y cuando va a la escuela, donde comparte con los mestizos, el español. “Es muy importante que aprenda las dos lenguas, pero ella sabe muy bien cuál es la que debe practicar cuando esté en su casa”.

Redacción SANTO DOMINGO DE LOS TSÁCHILAS

Los Naranjos es una de las comunas tsáchilas donde la lengua tsáfiqui se practica más. Quienes viven en el sector son un poco recelosos cuando ven a personas extrañas, por lo que empiezan a hablar en su lengua nativa para que no descifren lo que quieren decir.

Daniel Aguavil, de 63 años, presidente de este sitio, mencionó que es el único lugar donde no se ha perdido el idioma; a los más pequeños les enseñan a comunicarse con su lengua nativa; no entienden mucho el español.

Una de sus hijas, de 5 años, ya habla en tsáfiqui, y cuando va a la escuela, donde comparte con los mestizos, el español. “Es muy importante que aprenda las dos lenguas, pero ella sabe muy bien cuál es la que debe practicar cuando esté en su casa”.

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Los Naranjos es una de las comunas tsáchilas donde la lengua tsáfiqui se practica más. Quienes viven en el sector son un poco recelosos cuando ven a personas extrañas, por lo que empiezan a hablar en su lengua nativa para que no descifren lo que quieren decir.

Daniel Aguavil, de 63 años, presidente de este sitio, mencionó que es el único lugar donde no se ha perdido el idioma; a los más pequeños les enseñan a comunicarse con su lengua nativa; no entienden mucho el español.

Una de sus hijas, de 5 años, ya habla en tsáfiqui, y cuando va a la escuela, donde comparte con los mestizos, el español. “Es muy importante que aprenda las dos lenguas, pero ella sabe muy bien cuál es la que debe practicar cuando esté en su casa”.

Redacción SANTO DOMINGO DE LOS TSÁCHILAS

Los Naranjos es una de las comunas tsáchilas donde la lengua tsáfiqui se practica más. Quienes viven en el sector son un poco recelosos cuando ven a personas extrañas, por lo que empiezan a hablar en su lengua nativa para que no descifren lo que quieren decir.

Daniel Aguavil, de 63 años, presidente de este sitio, mencionó que es el único lugar donde no se ha perdido el idioma; a los más pequeños les enseñan a comunicarse con su lengua nativa; no entienden mucho el español.

Una de sus hijas, de 5 años, ya habla en tsáfiqui, y cuando va a la escuela, donde comparte con los mestizos, el español. “Es muy importante que aprenda las dos lenguas, pero ella sabe muy bien cuál es la que debe practicar cuando esté en su casa”.

Idioma. A pesar de que no visten como tsáchilas, se los reconoce por su idioma.
Idioma. A pesar de que no visten como tsáchilas, se los reconoce por su idioma.
Idioma. A pesar de que no visten como tsáchilas, se los reconoce por su idioma.
Idioma. A pesar de que no visten como tsáchilas, se los reconoce por su idioma.
Idioma. A pesar de que no visten como tsáchilas, se los reconoce por su idioma.
Idioma. A pesar de que no visten como tsáchilas, se los reconoce por su idioma.
Idioma. A pesar de que no visten como tsáchilas, se los reconoce por su idioma.
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Vestimenta
A pesar de que hablan perfectamente el tsáfiqui, uno de los aspectos que han perdido es su vestimenta original. Daniel indicó que ya casi nadie usa la ropa tsáchila, tal vez porque están más dedicados a la agricultura que a lo turístico.

EL DATO
Los estudiantes deben recorrer largos kilómetros para ir a las escuelas. “Cuando se realizó el Kasama (fiesta tradicional) en nuestra comunidad, nos costó bastante que las personas de aquí se vistieran con la ropa tsáchila; lo hicieron por compromiso”, adujo.

En el lugar existen pocos tsáchilas que todavía se visten con la chumbillina y están con el dorso desnudo. La Hora palpó esta realidad, pero una anciana que habita en el sitio tuvo temor y se ocultó.

Para Fabián, hijo de la señora, sus padres aún mantienen la tradición, pero son muy poco comunicativos con extraños, por eso se esconden.

Mestizos
Daniel sostuvo que Los Naranjos es la comunidad más lejana, y que los tsáchilas empezaron a alquilar sus terrenos, así, la presencia de los mestizos se hizo notar; incluso empezaron a casarse entre personas de las dos nacionalidades.

Algo que también ha ido cambiando es la manera de alimentarse, antes cazaban guatusos, guanta y otros animales que ya han desaparecido. Ahora el plátano es el producto principal de sus comidas. (CT)

De visita
° En Los Naranjos existe un solo centro turístico, a donde llegan varios extranjeros para conocer sus costumbres. Asimismo, hay pocos ponés (sabios). Para ellos las visitas de los viajeros no son de su agrado.

Vestimenta
A pesar de que hablan perfectamente el tsáfiqui, uno de los aspectos que han perdido es su vestimenta original. Daniel indicó que ya casi nadie usa la ropa tsáchila, tal vez porque están más dedicados a la agricultura que a lo turístico.

EL DATO
Los estudiantes deben recorrer largos kilómetros para ir a las escuelas. “Cuando se realizó el Kasama (fiesta tradicional) en nuestra comunidad, nos costó bastante que las personas de aquí se vistieran con la ropa tsáchila; lo hicieron por compromiso”, adujo.

En el lugar existen pocos tsáchilas que todavía se visten con la chumbillina y están con el dorso desnudo. La Hora palpó esta realidad, pero una anciana que habita en el sitio tuvo temor y se ocultó.

Para Fabián, hijo de la señora, sus padres aún mantienen la tradición, pero son muy poco comunicativos con extraños, por eso se esconden.

Mestizos
Daniel sostuvo que Los Naranjos es la comunidad más lejana, y que los tsáchilas empezaron a alquilar sus terrenos, así, la presencia de los mestizos se hizo notar; incluso empezaron a casarse entre personas de las dos nacionalidades.

Algo que también ha ido cambiando es la manera de alimentarse, antes cazaban guatusos, guanta y otros animales que ya han desaparecido. Ahora el plátano es el producto principal de sus comidas. (CT)

De visita
° En Los Naranjos existe un solo centro turístico, a donde llegan varios extranjeros para conocer sus costumbres. Asimismo, hay pocos ponés (sabios). Para ellos las visitas de los viajeros no son de su agrado.

Vestimenta
A pesar de que hablan perfectamente el tsáfiqui, uno de los aspectos que han perdido es su vestimenta original. Daniel indicó que ya casi nadie usa la ropa tsáchila, tal vez porque están más dedicados a la agricultura que a lo turístico.

EL DATO
Los estudiantes deben recorrer largos kilómetros para ir a las escuelas. “Cuando se realizó el Kasama (fiesta tradicional) en nuestra comunidad, nos costó bastante que las personas de aquí se vistieran con la ropa tsáchila; lo hicieron por compromiso”, adujo.

En el lugar existen pocos tsáchilas que todavía se visten con la chumbillina y están con el dorso desnudo. La Hora palpó esta realidad, pero una anciana que habita en el sitio tuvo temor y se ocultó.

Para Fabián, hijo de la señora, sus padres aún mantienen la tradición, pero son muy poco comunicativos con extraños, por eso se esconden.

Mestizos
Daniel sostuvo que Los Naranjos es la comunidad más lejana, y que los tsáchilas empezaron a alquilar sus terrenos, así, la presencia de los mestizos se hizo notar; incluso empezaron a casarse entre personas de las dos nacionalidades.

Algo que también ha ido cambiando es la manera de alimentarse, antes cazaban guatusos, guanta y otros animales que ya han desaparecido. Ahora el plátano es el producto principal de sus comidas. (CT)

De visita
° En Los Naranjos existe un solo centro turístico, a donde llegan varios extranjeros para conocer sus costumbres. Asimismo, hay pocos ponés (sabios). Para ellos las visitas de los viajeros no son de su agrado.

Vestimenta
A pesar de que hablan perfectamente el tsáfiqui, uno de los aspectos que han perdido es su vestimenta original. Daniel indicó que ya casi nadie usa la ropa tsáchila, tal vez porque están más dedicados a la agricultura que a lo turístico.

EL DATO
Los estudiantes deben recorrer largos kilómetros para ir a las escuelas. “Cuando se realizó el Kasama (fiesta tradicional) en nuestra comunidad, nos costó bastante que las personas de aquí se vistieran con la ropa tsáchila; lo hicieron por compromiso”, adujo.

En el lugar existen pocos tsáchilas que todavía se visten con la chumbillina y están con el dorso desnudo. La Hora palpó esta realidad, pero una anciana que habita en el sitio tuvo temor y se ocultó.

Para Fabián, hijo de la señora, sus padres aún mantienen la tradición, pero son muy poco comunicativos con extraños, por eso se esconden.

Mestizos
Daniel sostuvo que Los Naranjos es la comunidad más lejana, y que los tsáchilas empezaron a alquilar sus terrenos, así, la presencia de los mestizos se hizo notar; incluso empezaron a casarse entre personas de las dos nacionalidades.

Algo que también ha ido cambiando es la manera de alimentarse, antes cazaban guatusos, guanta y otros animales que ya han desaparecido. Ahora el plátano es el producto principal de sus comidas. (CT)

De visita
° En Los Naranjos existe un solo centro turístico, a donde llegan varios extranjeros para conocer sus costumbres. Asimismo, hay pocos ponés (sabios). Para ellos las visitas de los viajeros no son de su agrado.