¿Quién debe dirigir un hospital?

LUIS COELLO KUON-YENG

Hace escasas semanas se desarrolló en Guayaquil, el primer Congreso Internacional de Administración, Gerencia e Implementación Hospitalaria (Clagih). Dentro de los temas que se abordaron por diversos profesionales inmiscuidos en materia de salud, destacó la eterna pregunta: ¿Quién debe dirigir un hospital? Antes del nacimiento de las especializaciones de administración en salud y hospitalaria, eran los médicos más antiguos y de mayor experiencia los que se encargaban del manejo de los hospitales. Actualmente, hay criterios divididos y varios profesionales destacan que para dirigir un nosocomio es necesario especializarse en profesiones relacionadas a la rama administrativa.

Así es; los criterios son divididos, sin embargo, es menester reconocer que los médicos se preparan para atender personas con dolencias, no se preparan en temas de administración hospitalaria, es decir, no hay cátedra de temas burocráticos en ese sentido. Las experiencias de médicos sin preparación administrativa al frente de un nosocomio, han sido disímiles. Hay periodos muy buenos y bastante aceptables en la conducción hospitalaria, pero los hay del otro extremo, aquellos que dejan mucho que desear y con carencia de resultados en favor de los usuarios y personal a cargo. Me dijeron que lo mejor sería una persona experta que organice actividades administrativas, pero si esa persona no sabe nada de medicina es difícil que su periodo sea exitoso.

Lo que recomiendo es en esta materia, un ‘híbrido’. Esto quiere decir, si es un profesional en la salud quien asumirá el cargo de gerenciar una institución sanitaria, debe contar con la capacitación y entrenamiento en el área administrativa. Para tal efecto hay maestrías, diplomados que son ofertadas por muchas universidades. Si, por el contrario, la administración recaerá sobre algún profesional que no sepa del ámbito de medicina, debe rodearse de personas formadas en salud para que lo sepan aconsejar, orientar y asesorar para que sus acciones lleguen en beneficio de los pacientes y del personal, sobre todo, médico, brindándole lo necesario para que puedan ejercer correcta y eficazmente sus funciones.

Una recomendación final en este último caso, como dije, rodearse de personas formadas en salud, sobre todo que laboren dentro de la institución, debido a que son esas personas quienes conocen más a fondo las necesidades del hospital y de sus trabajadores. Complementariedad entre la medicina y la administración son imprescindibles en el servicio de salud. No esta demás anotar que la labor sea clara y transparente, sin corrupción.

[email protected]

LUIS COELLO KUON-YENG

Hace escasas semanas se desarrolló en Guayaquil, el primer Congreso Internacional de Administración, Gerencia e Implementación Hospitalaria (Clagih). Dentro de los temas que se abordaron por diversos profesionales inmiscuidos en materia de salud, destacó la eterna pregunta: ¿Quién debe dirigir un hospital? Antes del nacimiento de las especializaciones de administración en salud y hospitalaria, eran los médicos más antiguos y de mayor experiencia los que se encargaban del manejo de los hospitales. Actualmente, hay criterios divididos y varios profesionales destacan que para dirigir un nosocomio es necesario especializarse en profesiones relacionadas a la rama administrativa.

Así es; los criterios son divididos, sin embargo, es menester reconocer que los médicos se preparan para atender personas con dolencias, no se preparan en temas de administración hospitalaria, es decir, no hay cátedra de temas burocráticos en ese sentido. Las experiencias de médicos sin preparación administrativa al frente de un nosocomio, han sido disímiles. Hay periodos muy buenos y bastante aceptables en la conducción hospitalaria, pero los hay del otro extremo, aquellos que dejan mucho que desear y con carencia de resultados en favor de los usuarios y personal a cargo. Me dijeron que lo mejor sería una persona experta que organice actividades administrativas, pero si esa persona no sabe nada de medicina es difícil que su periodo sea exitoso.

Lo que recomiendo es en esta materia, un ‘híbrido’. Esto quiere decir, si es un profesional en la salud quien asumirá el cargo de gerenciar una institución sanitaria, debe contar con la capacitación y entrenamiento en el área administrativa. Para tal efecto hay maestrías, diplomados que son ofertadas por muchas universidades. Si, por el contrario, la administración recaerá sobre algún profesional que no sepa del ámbito de medicina, debe rodearse de personas formadas en salud para que lo sepan aconsejar, orientar y asesorar para que sus acciones lleguen en beneficio de los pacientes y del personal, sobre todo, médico, brindándole lo necesario para que puedan ejercer correcta y eficazmente sus funciones.

Una recomendación final en este último caso, como dije, rodearse de personas formadas en salud, sobre todo que laboren dentro de la institución, debido a que son esas personas quienes conocen más a fondo las necesidades del hospital y de sus trabajadores. Complementariedad entre la medicina y la administración son imprescindibles en el servicio de salud. No esta demás anotar que la labor sea clara y transparente, sin corrupción.

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LUIS COELLO KUON-YENG

Hace escasas semanas se desarrolló en Guayaquil, el primer Congreso Internacional de Administración, Gerencia e Implementación Hospitalaria (Clagih). Dentro de los temas que se abordaron por diversos profesionales inmiscuidos en materia de salud, destacó la eterna pregunta: ¿Quién debe dirigir un hospital? Antes del nacimiento de las especializaciones de administración en salud y hospitalaria, eran los médicos más antiguos y de mayor experiencia los que se encargaban del manejo de los hospitales. Actualmente, hay criterios divididos y varios profesionales destacan que para dirigir un nosocomio es necesario especializarse en profesiones relacionadas a la rama administrativa.

Así es; los criterios son divididos, sin embargo, es menester reconocer que los médicos se preparan para atender personas con dolencias, no se preparan en temas de administración hospitalaria, es decir, no hay cátedra de temas burocráticos en ese sentido. Las experiencias de médicos sin preparación administrativa al frente de un nosocomio, han sido disímiles. Hay periodos muy buenos y bastante aceptables en la conducción hospitalaria, pero los hay del otro extremo, aquellos que dejan mucho que desear y con carencia de resultados en favor de los usuarios y personal a cargo. Me dijeron que lo mejor sería una persona experta que organice actividades administrativas, pero si esa persona no sabe nada de medicina es difícil que su periodo sea exitoso.

Lo que recomiendo es en esta materia, un ‘híbrido’. Esto quiere decir, si es un profesional en la salud quien asumirá el cargo de gerenciar una institución sanitaria, debe contar con la capacitación y entrenamiento en el área administrativa. Para tal efecto hay maestrías, diplomados que son ofertadas por muchas universidades. Si, por el contrario, la administración recaerá sobre algún profesional que no sepa del ámbito de medicina, debe rodearse de personas formadas en salud para que lo sepan aconsejar, orientar y asesorar para que sus acciones lleguen en beneficio de los pacientes y del personal, sobre todo, médico, brindándole lo necesario para que puedan ejercer correcta y eficazmente sus funciones.

Una recomendación final en este último caso, como dije, rodearse de personas formadas en salud, sobre todo que laboren dentro de la institución, debido a que son esas personas quienes conocen más a fondo las necesidades del hospital y de sus trabajadores. Complementariedad entre la medicina y la administración son imprescindibles en el servicio de salud. No esta demás anotar que la labor sea clara y transparente, sin corrupción.

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Hace escasas semanas se desarrolló en Guayaquil, el primer Congreso Internacional de Administración, Gerencia e Implementación Hospitalaria (Clagih). Dentro de los temas que se abordaron por diversos profesionales inmiscuidos en materia de salud, destacó la eterna pregunta: ¿Quién debe dirigir un hospital? Antes del nacimiento de las especializaciones de administración en salud y hospitalaria, eran los médicos más antiguos y de mayor experiencia los que se encargaban del manejo de los hospitales. Actualmente, hay criterios divididos y varios profesionales destacan que para dirigir un nosocomio es necesario especializarse en profesiones relacionadas a la rama administrativa.

Así es; los criterios son divididos, sin embargo, es menester reconocer que los médicos se preparan para atender personas con dolencias, no se preparan en temas de administración hospitalaria, es decir, no hay cátedra de temas burocráticos en ese sentido. Las experiencias de médicos sin preparación administrativa al frente de un nosocomio, han sido disímiles. Hay periodos muy buenos y bastante aceptables en la conducción hospitalaria, pero los hay del otro extremo, aquellos que dejan mucho que desear y con carencia de resultados en favor de los usuarios y personal a cargo. Me dijeron que lo mejor sería una persona experta que organice actividades administrativas, pero si esa persona no sabe nada de medicina es difícil que su periodo sea exitoso.

Lo que recomiendo es en esta materia, un ‘híbrido’. Esto quiere decir, si es un profesional en la salud quien asumirá el cargo de gerenciar una institución sanitaria, debe contar con la capacitación y entrenamiento en el área administrativa. Para tal efecto hay maestrías, diplomados que son ofertadas por muchas universidades. Si, por el contrario, la administración recaerá sobre algún profesional que no sepa del ámbito de medicina, debe rodearse de personas formadas en salud para que lo sepan aconsejar, orientar y asesorar para que sus acciones lleguen en beneficio de los pacientes y del personal, sobre todo, médico, brindándole lo necesario para que puedan ejercer correcta y eficazmente sus funciones.

Una recomendación final en este último caso, como dije, rodearse de personas formadas en salud, sobre todo que laboren dentro de la institución, debido a que son esas personas quienes conocen más a fondo las necesidades del hospital y de sus trabajadores. Complementariedad entre la medicina y la administración son imprescindibles en el servicio de salud. No esta demás anotar que la labor sea clara y transparente, sin corrupción.

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