Mele lukupi, el plato tsáchila por excelencia

PREPARACIÓN. El plato se sirve ahumado para que los ingredientes no pierdan sus nutrientes.
PREPARACIÓN. El plato se sirve ahumado para que los ingredientes no pierdan sus nutrientes.
PREPARACIÓN. El plato se sirve ahumado para que los ingredientes no pierdan sus nutrientes.
PREPARACIÓN. El plato se sirve ahumado para que los ingredientes no pierdan sus nutrientes.
PREPARACIÓN. El plato se sirve ahumado para que los ingredientes no pierdan sus nutrientes.
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PREPARACIÓN. El plato se sirve ahumado para que los ingredientes no pierdan sus nutrientes.
PREPARACIÓN. El plato se sirve ahumado para que los ingredientes no pierdan sus nutrientes.

Las comunidades tsáchilas celebran la tradicional Kasama (‘nuevo día’ en tsafiki) para marcar el inicio de un nuevo año. Esta festividad implica una gran reunión a la que asisten todos los miembros de las diversas comunas para reencontrase con sus raíces, saludar a su familia, intercambiar sentimientos de prosperidad y amistad y compartir la alegría del nuevo periodo.

Celebrada en los jueves y viernes de la Semana Santa, la Kasama es popular también por el platillo típico que se sirve en estas fechas: el ‘mele lukupi’

Receta milenaria
El mele lukupi es muy apetecido por los tsáchilas debido a su preparación con ingredientes naturales. Algunos nativos comentan que su elaboración se remonta a la época en que estas comunidades eran nómadas. Es una tradición que se ha conservado por varias generaciones.

El platillo consiste de un caldo cuyo principal ingrediente es el puerco saíno, animal silvestre que antiguamente los tsáchilas consumían. En la actualidad su ingesta es menor, porque la especie es escasa en esta región.

Para prepararlo, la carne debe pasar por un proceso de secado de dos a tres días, en la braza del carbón. Luego se la cocina para hacer un caldo al que se le añade verde rallado, sal y manteca. El resultado es una sopa con un espesor. A esta receta la acompañan con su bebida tradicional que es el malá (jugo de caña) o con el pascó (maíz molido), más conocido como chicha.

Los Tsáchilas consideran que el plato es muy beneficioso para la salud, pues previene la hipertensión arterial al poseer una alta cantidad de potasio. Además, en la sopa se encuentran las vitaminas del grupo B, esenciales para que el músculo del corazón produzca la suficiente energía que necesita el cuerpo durante el día. (DLH)

Las comunidades tsáchilas celebran la tradicional Kasama (‘nuevo día’ en tsafiki) para marcar el inicio de un nuevo año. Esta festividad implica una gran reunión a la que asisten todos los miembros de las diversas comunas para reencontrase con sus raíces, saludar a su familia, intercambiar sentimientos de prosperidad y amistad y compartir la alegría del nuevo periodo.

Celebrada en los jueves y viernes de la Semana Santa, la Kasama es popular también por el platillo típico que se sirve en estas fechas: el ‘mele lukupi’

Receta milenaria
El mele lukupi es muy apetecido por los tsáchilas debido a su preparación con ingredientes naturales. Algunos nativos comentan que su elaboración se remonta a la época en que estas comunidades eran nómadas. Es una tradición que se ha conservado por varias generaciones.

El platillo consiste de un caldo cuyo principal ingrediente es el puerco saíno, animal silvestre que antiguamente los tsáchilas consumían. En la actualidad su ingesta es menor, porque la especie es escasa en esta región.

Para prepararlo, la carne debe pasar por un proceso de secado de dos a tres días, en la braza del carbón. Luego se la cocina para hacer un caldo al que se le añade verde rallado, sal y manteca. El resultado es una sopa con un espesor. A esta receta la acompañan con su bebida tradicional que es el malá (jugo de caña) o con el pascó (maíz molido), más conocido como chicha.

Los Tsáchilas consideran que el plato es muy beneficioso para la salud, pues previene la hipertensión arterial al poseer una alta cantidad de potasio. Además, en la sopa se encuentran las vitaminas del grupo B, esenciales para que el músculo del corazón produzca la suficiente energía que necesita el cuerpo durante el día. (DLH)

Las comunidades tsáchilas celebran la tradicional Kasama (‘nuevo día’ en tsafiki) para marcar el inicio de un nuevo año. Esta festividad implica una gran reunión a la que asisten todos los miembros de las diversas comunas para reencontrase con sus raíces, saludar a su familia, intercambiar sentimientos de prosperidad y amistad y compartir la alegría del nuevo periodo.

Celebrada en los jueves y viernes de la Semana Santa, la Kasama es popular también por el platillo típico que se sirve en estas fechas: el ‘mele lukupi’

Receta milenaria
El mele lukupi es muy apetecido por los tsáchilas debido a su preparación con ingredientes naturales. Algunos nativos comentan que su elaboración se remonta a la época en que estas comunidades eran nómadas. Es una tradición que se ha conservado por varias generaciones.

El platillo consiste de un caldo cuyo principal ingrediente es el puerco saíno, animal silvestre que antiguamente los tsáchilas consumían. En la actualidad su ingesta es menor, porque la especie es escasa en esta región.

Para prepararlo, la carne debe pasar por un proceso de secado de dos a tres días, en la braza del carbón. Luego se la cocina para hacer un caldo al que se le añade verde rallado, sal y manteca. El resultado es una sopa con un espesor. A esta receta la acompañan con su bebida tradicional que es el malá (jugo de caña) o con el pascó (maíz molido), más conocido como chicha.

Los Tsáchilas consideran que el plato es muy beneficioso para la salud, pues previene la hipertensión arterial al poseer una alta cantidad de potasio. Además, en la sopa se encuentran las vitaminas del grupo B, esenciales para que el músculo del corazón produzca la suficiente energía que necesita el cuerpo durante el día. (DLH)

Las comunidades tsáchilas celebran la tradicional Kasama (‘nuevo día’ en tsafiki) para marcar el inicio de un nuevo año. Esta festividad implica una gran reunión a la que asisten todos los miembros de las diversas comunas para reencontrase con sus raíces, saludar a su familia, intercambiar sentimientos de prosperidad y amistad y compartir la alegría del nuevo periodo.

Celebrada en los jueves y viernes de la Semana Santa, la Kasama es popular también por el platillo típico que se sirve en estas fechas: el ‘mele lukupi’

Receta milenaria
El mele lukupi es muy apetecido por los tsáchilas debido a su preparación con ingredientes naturales. Algunos nativos comentan que su elaboración se remonta a la época en que estas comunidades eran nómadas. Es una tradición que se ha conservado por varias generaciones.

El platillo consiste de un caldo cuyo principal ingrediente es el puerco saíno, animal silvestre que antiguamente los tsáchilas consumían. En la actualidad su ingesta es menor, porque la especie es escasa en esta región.

Para prepararlo, la carne debe pasar por un proceso de secado de dos a tres días, en la braza del carbón. Luego se la cocina para hacer un caldo al que se le añade verde rallado, sal y manteca. El resultado es una sopa con un espesor. A esta receta la acompañan con su bebida tradicional que es el malá (jugo de caña) o con el pascó (maíz molido), más conocido como chicha.

Los Tsáchilas consideran que el plato es muy beneficioso para la salud, pues previene la hipertensión arterial al poseer una alta cantidad de potasio. Además, en la sopa se encuentran las vitaminas del grupo B, esenciales para que el músculo del corazón produzca la suficiente energía que necesita el cuerpo durante el día. (DLH)