El festival ad portas

Adolfo Coronel Illescas

Ahora que Ecuador está con achaques políticos, no hay mejor oportunidad para provocar una leal amistad entre lojanos y turistas que el IV Festival Internacional de Artes Vivas 2019, que está ad portas (a puertas), esperando tan solo subir el telón de esta gran cita de la cultura nacional e internacional.

Aunque la división del festival en “In” y en “Off” que nos confunde era “in-necesaria”, hay que aceptarla porque es la forma de optimizar la “off-erta” de una diversidad de espectáculos que se presentarán, unos “hacia adentro” en los teatros por ejemplo, esos serían “In” cuyo costo nos “im-ponen” desde Quito; mientras los que se presentan “afuera” en las calles o escenarios públicos, organizados por el Municipio, serían los “Off”, según nuestra “in-trusa” percepción porque definición oficial no hay.

Con motivo de esta “transición del arte en vivo”, habíamos sugerido más de una vez, la necesidad de preparar un recuerdo o souvenir también en “vivo” para el turista que venga al festival, un recuerdo que diga “Yo estuve en Loja”. No estoy sugiriendo bocadillos, quesadillas, roscones o “puercas”. Si vienen a la ciudad de las sinfónicas, de la música, de los artistas y escritores, lo ideal sería un disco, un libro, pero aún no se consigue la producción de tan artística cosecha. Sin embargo, como las ideas no prescriben, ya se han elaborado llamativos recuerdos del festival “off” incluidas unas camisetas “chintolas” para “chontear” en los días del evento. Y con diferente sintonía aparece el emprendimiento del diario La Hora, cuyos trabajadores han tenido la feliz y aplaudida iniciativa de hacer realidad un proyecto, “Loja en miniatura” con la réplica de las 8 iglesias características y patrimoniales de la ciudad, que sin lugar a dudas constituye una oferta turística y cultural para propios y visitantes que lleguen a Loja atraídos por el Fiavl.

Estamos por subir el telón del festival y la expectativa crece sobretodo en el escenario mayor, la ciudad, donde sus habitantes se aprestan a dar autenticidad de su identidad profunda. Preparados para ejercitar con celo anfitrión su amistad y respeto, una hospitalidad anchurosa y buena, para que el visitante recuerde a Loja siempre e inolvidablemente. (O)

Adolfo Coronel Illescas

Ahora que Ecuador está con achaques políticos, no hay mejor oportunidad para provocar una leal amistad entre lojanos y turistas que el IV Festival Internacional de Artes Vivas 2019, que está ad portas (a puertas), esperando tan solo subir el telón de esta gran cita de la cultura nacional e internacional.

Aunque la división del festival en “In” y en “Off” que nos confunde era “in-necesaria”, hay que aceptarla porque es la forma de optimizar la “off-erta” de una diversidad de espectáculos que se presentarán, unos “hacia adentro” en los teatros por ejemplo, esos serían “In” cuyo costo nos “im-ponen” desde Quito; mientras los que se presentan “afuera” en las calles o escenarios públicos, organizados por el Municipio, serían los “Off”, según nuestra “in-trusa” percepción porque definición oficial no hay.

Con motivo de esta “transición del arte en vivo”, habíamos sugerido más de una vez, la necesidad de preparar un recuerdo o souvenir también en “vivo” para el turista que venga al festival, un recuerdo que diga “Yo estuve en Loja”. No estoy sugiriendo bocadillos, quesadillas, roscones o “puercas”. Si vienen a la ciudad de las sinfónicas, de la música, de los artistas y escritores, lo ideal sería un disco, un libro, pero aún no se consigue la producción de tan artística cosecha. Sin embargo, como las ideas no prescriben, ya se han elaborado llamativos recuerdos del festival “off” incluidas unas camisetas “chintolas” para “chontear” en los días del evento. Y con diferente sintonía aparece el emprendimiento del diario La Hora, cuyos trabajadores han tenido la feliz y aplaudida iniciativa de hacer realidad un proyecto, “Loja en miniatura” con la réplica de las 8 iglesias características y patrimoniales de la ciudad, que sin lugar a dudas constituye una oferta turística y cultural para propios y visitantes que lleguen a Loja atraídos por el Fiavl.

Estamos por subir el telón del festival y la expectativa crece sobretodo en el escenario mayor, la ciudad, donde sus habitantes se aprestan a dar autenticidad de su identidad profunda. Preparados para ejercitar con celo anfitrión su amistad y respeto, una hospitalidad anchurosa y buena, para que el visitante recuerde a Loja siempre e inolvidablemente. (O)

Adolfo Coronel Illescas

Ahora que Ecuador está con achaques políticos, no hay mejor oportunidad para provocar una leal amistad entre lojanos y turistas que el IV Festival Internacional de Artes Vivas 2019, que está ad portas (a puertas), esperando tan solo subir el telón de esta gran cita de la cultura nacional e internacional.

Aunque la división del festival en “In” y en “Off” que nos confunde era “in-necesaria”, hay que aceptarla porque es la forma de optimizar la “off-erta” de una diversidad de espectáculos que se presentarán, unos “hacia adentro” en los teatros por ejemplo, esos serían “In” cuyo costo nos “im-ponen” desde Quito; mientras los que se presentan “afuera” en las calles o escenarios públicos, organizados por el Municipio, serían los “Off”, según nuestra “in-trusa” percepción porque definición oficial no hay.

Con motivo de esta “transición del arte en vivo”, habíamos sugerido más de una vez, la necesidad de preparar un recuerdo o souvenir también en “vivo” para el turista que venga al festival, un recuerdo que diga “Yo estuve en Loja”. No estoy sugiriendo bocadillos, quesadillas, roscones o “puercas”. Si vienen a la ciudad de las sinfónicas, de la música, de los artistas y escritores, lo ideal sería un disco, un libro, pero aún no se consigue la producción de tan artística cosecha. Sin embargo, como las ideas no prescriben, ya se han elaborado llamativos recuerdos del festival “off” incluidas unas camisetas “chintolas” para “chontear” en los días del evento. Y con diferente sintonía aparece el emprendimiento del diario La Hora, cuyos trabajadores han tenido la feliz y aplaudida iniciativa de hacer realidad un proyecto, “Loja en miniatura” con la réplica de las 8 iglesias características y patrimoniales de la ciudad, que sin lugar a dudas constituye una oferta turística y cultural para propios y visitantes que lleguen a Loja atraídos por el Fiavl.

Estamos por subir el telón del festival y la expectativa crece sobretodo en el escenario mayor, la ciudad, donde sus habitantes se aprestan a dar autenticidad de su identidad profunda. Preparados para ejercitar con celo anfitrión su amistad y respeto, una hospitalidad anchurosa y buena, para que el visitante recuerde a Loja siempre e inolvidablemente. (O)

Adolfo Coronel Illescas

Ahora que Ecuador está con achaques políticos, no hay mejor oportunidad para provocar una leal amistad entre lojanos y turistas que el IV Festival Internacional de Artes Vivas 2019, que está ad portas (a puertas), esperando tan solo subir el telón de esta gran cita de la cultura nacional e internacional.

Aunque la división del festival en “In” y en “Off” que nos confunde era “in-necesaria”, hay que aceptarla porque es la forma de optimizar la “off-erta” de una diversidad de espectáculos que se presentarán, unos “hacia adentro” en los teatros por ejemplo, esos serían “In” cuyo costo nos “im-ponen” desde Quito; mientras los que se presentan “afuera” en las calles o escenarios públicos, organizados por el Municipio, serían los “Off”, según nuestra “in-trusa” percepción porque definición oficial no hay.

Con motivo de esta “transición del arte en vivo”, habíamos sugerido más de una vez, la necesidad de preparar un recuerdo o souvenir también en “vivo” para el turista que venga al festival, un recuerdo que diga “Yo estuve en Loja”. No estoy sugiriendo bocadillos, quesadillas, roscones o “puercas”. Si vienen a la ciudad de las sinfónicas, de la música, de los artistas y escritores, lo ideal sería un disco, un libro, pero aún no se consigue la producción de tan artística cosecha. Sin embargo, como las ideas no prescriben, ya se han elaborado llamativos recuerdos del festival “off” incluidas unas camisetas “chintolas” para “chontear” en los días del evento. Y con diferente sintonía aparece el emprendimiento del diario La Hora, cuyos trabajadores han tenido la feliz y aplaudida iniciativa de hacer realidad un proyecto, “Loja en miniatura” con la réplica de las 8 iglesias características y patrimoniales de la ciudad, que sin lugar a dudas constituye una oferta turística y cultural para propios y visitantes que lleguen a Loja atraídos por el Fiavl.

Estamos por subir el telón del festival y la expectativa crece sobretodo en el escenario mayor, la ciudad, donde sus habitantes se aprestan a dar autenticidad de su identidad profunda. Preparados para ejercitar con celo anfitrión su amistad y respeto, una hospitalidad anchurosa y buena, para que el visitante recuerde a Loja siempre e inolvidablemente. (O)