Somos o no…

Talía Guerrero Aguirre

Si detectamos, que nos sentimos desilusionados y hasta de cierto modo frustrados, porque cada vez percibimos con más recurrencia entre las personas del medio, la inconsecuencia con lo que dicen, hacen, comentan, defienden o predican; cuestionándonos ¿qué estaba pasado con los seres humanos?, o será que ahora ya no se estila ser auténticos; para pensarlo.

“Cuando el ojo de una persona dice una cosa, la lengua otra y el corazón otra cosa distinta, esa persona no vale nada; entonces le preguntaron a este gran pensador, que le enseño la vida, dijo: que la actitud que tomo frente a la vida es la misma que la vida tomara ante mí, que las cosas son así de simples, si me extrañas llámame, si quieres ver a alguien invítalo, ¿quieres que te comprendan?, explícalo y se paciente, tienes dudas pregunta, no te gusta algo deséchalo, te gusto algo cuídalo, tienes metas cúmplelas; que mucha gente especialmente la ignorante deseara castigarte por decir la verdad, por ser correcto, por ser tú, que nunca te disculpes por hacer lo correcto o por estar años delante de tu tiempo, si estas en lo cierto y lo sabes, que hable tu corazón incluso si eres la minoría de uno solo, la verdad sigue siendo la verdad. Y cuando le preguntaron, cuáles pensaba que eran los factores que destruyen al ser humano, fue contundente para contestar: la política sin principios, el placer sin compromiso, la riqueza sin trabajo, la sabiduría sin carácter, los negocios sin moral, la ciencia sin humanidad y la oración sin caridad”. Esto podría ayudarnos a encontrar la respuesta que buscamos a cerca de lo que nos está pasando, y definir si hay algo, que podríamos hacer para disminuir esta fea costumbre de no practicar lo que predicamos, por no ser conveniente, y empecemos por cambiar nosotros. “Ser autentico implica permanecer fiel a la esencia que te define, sin desviarse un ápice de quien eres”. (O)

Talía Guerrero Aguirre

Si detectamos, que nos sentimos desilusionados y hasta de cierto modo frustrados, porque cada vez percibimos con más recurrencia entre las personas del medio, la inconsecuencia con lo que dicen, hacen, comentan, defienden o predican; cuestionándonos ¿qué estaba pasado con los seres humanos?, o será que ahora ya no se estila ser auténticos; para pensarlo.

“Cuando el ojo de una persona dice una cosa, la lengua otra y el corazón otra cosa distinta, esa persona no vale nada; entonces le preguntaron a este gran pensador, que le enseño la vida, dijo: que la actitud que tomo frente a la vida es la misma que la vida tomara ante mí, que las cosas son así de simples, si me extrañas llámame, si quieres ver a alguien invítalo, ¿quieres que te comprendan?, explícalo y se paciente, tienes dudas pregunta, no te gusta algo deséchalo, te gusto algo cuídalo, tienes metas cúmplelas; que mucha gente especialmente la ignorante deseara castigarte por decir la verdad, por ser correcto, por ser tú, que nunca te disculpes por hacer lo correcto o por estar años delante de tu tiempo, si estas en lo cierto y lo sabes, que hable tu corazón incluso si eres la minoría de uno solo, la verdad sigue siendo la verdad. Y cuando le preguntaron, cuáles pensaba que eran los factores que destruyen al ser humano, fue contundente para contestar: la política sin principios, el placer sin compromiso, la riqueza sin trabajo, la sabiduría sin carácter, los negocios sin moral, la ciencia sin humanidad y la oración sin caridad”. Esto podría ayudarnos a encontrar la respuesta que buscamos a cerca de lo que nos está pasando, y definir si hay algo, que podríamos hacer para disminuir esta fea costumbre de no practicar lo que predicamos, por no ser conveniente, y empecemos por cambiar nosotros. “Ser autentico implica permanecer fiel a la esencia que te define, sin desviarse un ápice de quien eres”. (O)

Talía Guerrero Aguirre

Si detectamos, que nos sentimos desilusionados y hasta de cierto modo frustrados, porque cada vez percibimos con más recurrencia entre las personas del medio, la inconsecuencia con lo que dicen, hacen, comentan, defienden o predican; cuestionándonos ¿qué estaba pasado con los seres humanos?, o será que ahora ya no se estila ser auténticos; para pensarlo.

“Cuando el ojo de una persona dice una cosa, la lengua otra y el corazón otra cosa distinta, esa persona no vale nada; entonces le preguntaron a este gran pensador, que le enseño la vida, dijo: que la actitud que tomo frente a la vida es la misma que la vida tomara ante mí, que las cosas son así de simples, si me extrañas llámame, si quieres ver a alguien invítalo, ¿quieres que te comprendan?, explícalo y se paciente, tienes dudas pregunta, no te gusta algo deséchalo, te gusto algo cuídalo, tienes metas cúmplelas; que mucha gente especialmente la ignorante deseara castigarte por decir la verdad, por ser correcto, por ser tú, que nunca te disculpes por hacer lo correcto o por estar años delante de tu tiempo, si estas en lo cierto y lo sabes, que hable tu corazón incluso si eres la minoría de uno solo, la verdad sigue siendo la verdad. Y cuando le preguntaron, cuáles pensaba que eran los factores que destruyen al ser humano, fue contundente para contestar: la política sin principios, el placer sin compromiso, la riqueza sin trabajo, la sabiduría sin carácter, los negocios sin moral, la ciencia sin humanidad y la oración sin caridad”. Esto podría ayudarnos a encontrar la respuesta que buscamos a cerca de lo que nos está pasando, y definir si hay algo, que podríamos hacer para disminuir esta fea costumbre de no practicar lo que predicamos, por no ser conveniente, y empecemos por cambiar nosotros. “Ser autentico implica permanecer fiel a la esencia que te define, sin desviarse un ápice de quien eres”. (O)

Talía Guerrero Aguirre

Si detectamos, que nos sentimos desilusionados y hasta de cierto modo frustrados, porque cada vez percibimos con más recurrencia entre las personas del medio, la inconsecuencia con lo que dicen, hacen, comentan, defienden o predican; cuestionándonos ¿qué estaba pasado con los seres humanos?, o será que ahora ya no se estila ser auténticos; para pensarlo.

“Cuando el ojo de una persona dice una cosa, la lengua otra y el corazón otra cosa distinta, esa persona no vale nada; entonces le preguntaron a este gran pensador, que le enseño la vida, dijo: que la actitud que tomo frente a la vida es la misma que la vida tomara ante mí, que las cosas son así de simples, si me extrañas llámame, si quieres ver a alguien invítalo, ¿quieres que te comprendan?, explícalo y se paciente, tienes dudas pregunta, no te gusta algo deséchalo, te gusto algo cuídalo, tienes metas cúmplelas; que mucha gente especialmente la ignorante deseara castigarte por decir la verdad, por ser correcto, por ser tú, que nunca te disculpes por hacer lo correcto o por estar años delante de tu tiempo, si estas en lo cierto y lo sabes, que hable tu corazón incluso si eres la minoría de uno solo, la verdad sigue siendo la verdad. Y cuando le preguntaron, cuáles pensaba que eran los factores que destruyen al ser humano, fue contundente para contestar: la política sin principios, el placer sin compromiso, la riqueza sin trabajo, la sabiduría sin carácter, los negocios sin moral, la ciencia sin humanidad y la oración sin caridad”. Esto podría ayudarnos a encontrar la respuesta que buscamos a cerca de lo que nos está pasando, y definir si hay algo, que podríamos hacer para disminuir esta fea costumbre de no practicar lo que predicamos, por no ser conveniente, y empecemos por cambiar nosotros. “Ser autentico implica permanecer fiel a la esencia que te define, sin desviarse un ápice de quien eres”. (O)