Separatistas catalanes cortan la frontera entre España y Francia

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La Jonquera, España AFP

El aviso «cortada por manifestación» se encendió el lunes por la mañana en los paneles de la autopista que une Barcelona con Francia. Cientos de independentistas catalanes ocuparon sus carriles en otra acción de protesta contra la condena de sus líderes.

En una AP7 cortada en ambos sentidos por decenas de vehículos, a la altura de la frontera, los manifestantes se taparon los rostros antes de posar frente a los fotógrafos con una misma pancarta: «Todos a La Jonquera», la ciudad española fronteriza.

El bloqueo busca la atención internacional hacia las protestas contra las penas de 9 a 13 años de cárcel contra nueve dirigentes separatistas condenados a mediados de octubre por el Tribunal Supremo por el intento de secesión de 2017.

Fogones, caldo y un escenario

Cientos de automovilistas salieron de sus coches y otros iban llegando a pie a lo largo de las horas, respondiendo a los llamados de la plataforma «Tsunami Democrático» y los Comités de Defensa de la República (CDR), ambos de corte radical.

Sobre el asfalto, los manifestantes sacaban sus bártulos para estarse, según ellos, tres días: cacerolas, fogones portables, garrafas con caldo, mesas o cajas de frutas.

Incluso montaron un escenario, con altavoces y luces, donde está prevista la actuación del célebre cantautor catalán Lluís Llach, firme defensor de la independencia.

Entre los manifestantes, reacios a revelar su identidad, un hombre de 72 años decía haber llegado de Reus, a 250 kilómetros.

«Estamos luchando por nuestro derechos. Queremos la libertad, la autodeterminación y la amnistía» para los separatistas condenados, dijo.

«Esta movilización quiere ser un grito a la comunidad internacional para que haga entender al Estado español que el único camino es sentarse y hablar», dijo en su convocatoria la Tsunami Democrático.

Pero el gobierno español del socialista Pedro Sánchez, como su antecesor conservador Mariano Rajoy, asegura que la Constitución no permite un referéndum sobre la secesión en esta región nororiental.

El bloqueo de la frontera se produce justo después de las elecciones legislativas en España marcadas por una victoria menguante de los socialistas y un auge de la extrema derecha que complica más la formación de un gobierno.

En Cataluña, las formaciones separatistas consiguieron casi la mitad de escaños en liza, 23 de 48, y pueden influir en la investidura.

La Jonquera, España AFP

El aviso «cortada por manifestación» se encendió el lunes por la mañana en los paneles de la autopista que une Barcelona con Francia. Cientos de independentistas catalanes ocuparon sus carriles en otra acción de protesta contra la condena de sus líderes.

En una AP7 cortada en ambos sentidos por decenas de vehículos, a la altura de la frontera, los manifestantes se taparon los rostros antes de posar frente a los fotógrafos con una misma pancarta: «Todos a La Jonquera», la ciudad española fronteriza.

El bloqueo busca la atención internacional hacia las protestas contra las penas de 9 a 13 años de cárcel contra nueve dirigentes separatistas condenados a mediados de octubre por el Tribunal Supremo por el intento de secesión de 2017.

Fogones, caldo y un escenario

Cientos de automovilistas salieron de sus coches y otros iban llegando a pie a lo largo de las horas, respondiendo a los llamados de la plataforma «Tsunami Democrático» y los Comités de Defensa de la República (CDR), ambos de corte radical.

Sobre el asfalto, los manifestantes sacaban sus bártulos para estarse, según ellos, tres días: cacerolas, fogones portables, garrafas con caldo, mesas o cajas de frutas.

Incluso montaron un escenario, con altavoces y luces, donde está prevista la actuación del célebre cantautor catalán Lluís Llach, firme defensor de la independencia.

Entre los manifestantes, reacios a revelar su identidad, un hombre de 72 años decía haber llegado de Reus, a 250 kilómetros.

«Estamos luchando por nuestro derechos. Queremos la libertad, la autodeterminación y la amnistía» para los separatistas condenados, dijo.

«Esta movilización quiere ser un grito a la comunidad internacional para que haga entender al Estado español que el único camino es sentarse y hablar», dijo en su convocatoria la Tsunami Democrático.

Pero el gobierno español del socialista Pedro Sánchez, como su antecesor conservador Mariano Rajoy, asegura que la Constitución no permite un referéndum sobre la secesión en esta región nororiental.

El bloqueo de la frontera se produce justo después de las elecciones legislativas en España marcadas por una victoria menguante de los socialistas y un auge de la extrema derecha que complica más la formación de un gobierno.

En Cataluña, las formaciones separatistas consiguieron casi la mitad de escaños en liza, 23 de 48, y pueden influir en la investidura.

La Jonquera, España AFP

El aviso «cortada por manifestación» se encendió el lunes por la mañana en los paneles de la autopista que une Barcelona con Francia. Cientos de independentistas catalanes ocuparon sus carriles en otra acción de protesta contra la condena de sus líderes.

En una AP7 cortada en ambos sentidos por decenas de vehículos, a la altura de la frontera, los manifestantes se taparon los rostros antes de posar frente a los fotógrafos con una misma pancarta: «Todos a La Jonquera», la ciudad española fronteriza.

El bloqueo busca la atención internacional hacia las protestas contra las penas de 9 a 13 años de cárcel contra nueve dirigentes separatistas condenados a mediados de octubre por el Tribunal Supremo por el intento de secesión de 2017.

Fogones, caldo y un escenario

Cientos de automovilistas salieron de sus coches y otros iban llegando a pie a lo largo de las horas, respondiendo a los llamados de la plataforma «Tsunami Democrático» y los Comités de Defensa de la República (CDR), ambos de corte radical.

Sobre el asfalto, los manifestantes sacaban sus bártulos para estarse, según ellos, tres días: cacerolas, fogones portables, garrafas con caldo, mesas o cajas de frutas.

Incluso montaron un escenario, con altavoces y luces, donde está prevista la actuación del célebre cantautor catalán Lluís Llach, firme defensor de la independencia.

Entre los manifestantes, reacios a revelar su identidad, un hombre de 72 años decía haber llegado de Reus, a 250 kilómetros.

«Estamos luchando por nuestro derechos. Queremos la libertad, la autodeterminación y la amnistía» para los separatistas condenados, dijo.

«Esta movilización quiere ser un grito a la comunidad internacional para que haga entender al Estado español que el único camino es sentarse y hablar», dijo en su convocatoria la Tsunami Democrático.

Pero el gobierno español del socialista Pedro Sánchez, como su antecesor conservador Mariano Rajoy, asegura que la Constitución no permite un referéndum sobre la secesión en esta región nororiental.

El bloqueo de la frontera se produce justo después de las elecciones legislativas en España marcadas por una victoria menguante de los socialistas y un auge de la extrema derecha que complica más la formación de un gobierno.

En Cataluña, las formaciones separatistas consiguieron casi la mitad de escaños en liza, 23 de 48, y pueden influir en la investidura.

La Jonquera, España AFP

El aviso «cortada por manifestación» se encendió el lunes por la mañana en los paneles de la autopista que une Barcelona con Francia. Cientos de independentistas catalanes ocuparon sus carriles en otra acción de protesta contra la condena de sus líderes.

En una AP7 cortada en ambos sentidos por decenas de vehículos, a la altura de la frontera, los manifestantes se taparon los rostros antes de posar frente a los fotógrafos con una misma pancarta: «Todos a La Jonquera», la ciudad española fronteriza.

El bloqueo busca la atención internacional hacia las protestas contra las penas de 9 a 13 años de cárcel contra nueve dirigentes separatistas condenados a mediados de octubre por el Tribunal Supremo por el intento de secesión de 2017.

Fogones, caldo y un escenario

Cientos de automovilistas salieron de sus coches y otros iban llegando a pie a lo largo de las horas, respondiendo a los llamados de la plataforma «Tsunami Democrático» y los Comités de Defensa de la República (CDR), ambos de corte radical.

Sobre el asfalto, los manifestantes sacaban sus bártulos para estarse, según ellos, tres días: cacerolas, fogones portables, garrafas con caldo, mesas o cajas de frutas.

Incluso montaron un escenario, con altavoces y luces, donde está prevista la actuación del célebre cantautor catalán Lluís Llach, firme defensor de la independencia.

Entre los manifestantes, reacios a revelar su identidad, un hombre de 72 años decía haber llegado de Reus, a 250 kilómetros.

«Estamos luchando por nuestro derechos. Queremos la libertad, la autodeterminación y la amnistía» para los separatistas condenados, dijo.

«Esta movilización quiere ser un grito a la comunidad internacional para que haga entender al Estado español que el único camino es sentarse y hablar», dijo en su convocatoria la Tsunami Democrático.

Pero el gobierno español del socialista Pedro Sánchez, como su antecesor conservador Mariano Rajoy, asegura que la Constitución no permite un referéndum sobre la secesión en esta región nororiental.

El bloqueo de la frontera se produce justo después de las elecciones legislativas en España marcadas por una victoria menguante de los socialistas y un auge de la extrema derecha que complica más la formación de un gobierno.

En Cataluña, las formaciones separatistas consiguieron casi la mitad de escaños en liza, 23 de 48, y pueden influir en la investidura.

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«Cataluña a la ruina»

La AP7 es una conexión estratégica entre España y el resto de Europa, transitada por unos 20.000 camiones al día según la confederación de transportistas española, que calcula en 15 millones de euros el coste diario del corte.

«Llueve sobre mojado», dijo a la AFP el director de comunicación de esta confederación, Dulse Díaz, recordando los numerosos cortes viarios practicados por los manifestantes separatistas.

Una veintena de kilómetros quedaron inutilizados y había problemas de circulación en las carreteras secundarias, informó el servicio regional de tráfico.

Sin embargo, el presidente separatista catalán, Quim Torra, apadrinó el eslógan de la protesta que, según los CDR, busca afectar la economía y las infraestructuras de España.

«Ahora es el momento, más que nunca, del ‘sit and talk’ (sentarse y hablar). Y este es el reto del presidente Sánchez», dijo Torra, criticado por su connivencia con la ola de movilizaciones en esta región dividida sobre la secesión.

El independentismo «pretende llevar a Cataluña a la ruina y hay que actuar con contundencia cuanto antes», protestó en Twitter la asociación unionista Sociedad Civil Catalana (SCC).

La región es escenario de constantes protestas desde el 14 de octubre, cuando se publicó la sentencia y Tsunami Democrático se dio a conocer llamando al bloqueo del aeropuerto de Barcelona, que terminó con enfrentamientos con la policía.

Otras manifestaciones desencadenaron nuevos disturbios que, con un balance de más de 600 heridos, marcaron la campaña electoral y alimentaron a la extrema derecha de Vox, según los analistas.

Tsunami Democrático reclamó esta vez una «actitud tenazmente no violenta». Aun así, en la tarde, hubo escenas de tensión entre manifestantes y gendarmes franceses.

«Cataluña a la ruina»

La AP7 es una conexión estratégica entre España y el resto de Europa, transitada por unos 20.000 camiones al día según la confederación de transportistas española, que calcula en 15 millones de euros el coste diario del corte.

«Llueve sobre mojado», dijo a la AFP el director de comunicación de esta confederación, Dulse Díaz, recordando los numerosos cortes viarios practicados por los manifestantes separatistas.

Una veintena de kilómetros quedaron inutilizados y había problemas de circulación en las carreteras secundarias, informó el servicio regional de tráfico.

Sin embargo, el presidente separatista catalán, Quim Torra, apadrinó el eslógan de la protesta que, según los CDR, busca afectar la economía y las infraestructuras de España.

«Ahora es el momento, más que nunca, del ‘sit and talk’ (sentarse y hablar). Y este es el reto del presidente Sánchez», dijo Torra, criticado por su connivencia con la ola de movilizaciones en esta región dividida sobre la secesión.

El independentismo «pretende llevar a Cataluña a la ruina y hay que actuar con contundencia cuanto antes», protestó en Twitter la asociación unionista Sociedad Civil Catalana (SCC).

La región es escenario de constantes protestas desde el 14 de octubre, cuando se publicó la sentencia y Tsunami Democrático se dio a conocer llamando al bloqueo del aeropuerto de Barcelona, que terminó con enfrentamientos con la policía.

Otras manifestaciones desencadenaron nuevos disturbios que, con un balance de más de 600 heridos, marcaron la campaña electoral y alimentaron a la extrema derecha de Vox, según los analistas.

Tsunami Democrático reclamó esta vez una «actitud tenazmente no violenta». Aun así, en la tarde, hubo escenas de tensión entre manifestantes y gendarmes franceses.

«Cataluña a la ruina»

La AP7 es una conexión estratégica entre España y el resto de Europa, transitada por unos 20.000 camiones al día según la confederación de transportistas española, que calcula en 15 millones de euros el coste diario del corte.

«Llueve sobre mojado», dijo a la AFP el director de comunicación de esta confederación, Dulse Díaz, recordando los numerosos cortes viarios practicados por los manifestantes separatistas.

Una veintena de kilómetros quedaron inutilizados y había problemas de circulación en las carreteras secundarias, informó el servicio regional de tráfico.

Sin embargo, el presidente separatista catalán, Quim Torra, apadrinó el eslógan de la protesta que, según los CDR, busca afectar la economía y las infraestructuras de España.

«Ahora es el momento, más que nunca, del ‘sit and talk’ (sentarse y hablar). Y este es el reto del presidente Sánchez», dijo Torra, criticado por su connivencia con la ola de movilizaciones en esta región dividida sobre la secesión.

El independentismo «pretende llevar a Cataluña a la ruina y hay que actuar con contundencia cuanto antes», protestó en Twitter la asociación unionista Sociedad Civil Catalana (SCC).

La región es escenario de constantes protestas desde el 14 de octubre, cuando se publicó la sentencia y Tsunami Democrático se dio a conocer llamando al bloqueo del aeropuerto de Barcelona, que terminó con enfrentamientos con la policía.

Otras manifestaciones desencadenaron nuevos disturbios que, con un balance de más de 600 heridos, marcaron la campaña electoral y alimentaron a la extrema derecha de Vox, según los analistas.

Tsunami Democrático reclamó esta vez una «actitud tenazmente no violenta». Aun así, en la tarde, hubo escenas de tensión entre manifestantes y gendarmes franceses.

«Cataluña a la ruina»

La AP7 es una conexión estratégica entre España y el resto de Europa, transitada por unos 20.000 camiones al día según la confederación de transportistas española, que calcula en 15 millones de euros el coste diario del corte.

«Llueve sobre mojado», dijo a la AFP el director de comunicación de esta confederación, Dulse Díaz, recordando los numerosos cortes viarios practicados por los manifestantes separatistas.

Una veintena de kilómetros quedaron inutilizados y había problemas de circulación en las carreteras secundarias, informó el servicio regional de tráfico.

Sin embargo, el presidente separatista catalán, Quim Torra, apadrinó el eslógan de la protesta que, según los CDR, busca afectar la economía y las infraestructuras de España.

«Ahora es el momento, más que nunca, del ‘sit and talk’ (sentarse y hablar). Y este es el reto del presidente Sánchez», dijo Torra, criticado por su connivencia con la ola de movilizaciones en esta región dividida sobre la secesión.

El independentismo «pretende llevar a Cataluña a la ruina y hay que actuar con contundencia cuanto antes», protestó en Twitter la asociación unionista Sociedad Civil Catalana (SCC).

La región es escenario de constantes protestas desde el 14 de octubre, cuando se publicó la sentencia y Tsunami Democrático se dio a conocer llamando al bloqueo del aeropuerto de Barcelona, que terminó con enfrentamientos con la policía.

Otras manifestaciones desencadenaron nuevos disturbios que, con un balance de más de 600 heridos, marcaron la campaña electoral y alimentaron a la extrema derecha de Vox, según los analistas.

Tsunami Democrático reclamó esta vez una «actitud tenazmente no violenta». Aun así, en la tarde, hubo escenas de tensión entre manifestantes y gendarmes franceses.