Una historia solo para ver

SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.
SEXY. Su imponente figura atrajo al público adolescente masculino, pese a que estaba destinada al adulto.

DAVID ALMEIDA GARCÍA
En septiembre, hace 50 años, cuando finalizaba la década de 1960, un personaje apareció en los puestos de revistas de Estados Unidos. Su nombre: Vampirella, una sensual ‘chupasangre’ que era la invitada en una serie de aventuras que se publicaba para Warren Publishing.

Creada por Archie Goodwin con los artistas Frank Frazetta, Tom Sutton, José González y Zesar Álvarez, esta atractiva vampiresa tuvo su serie propia de cómics a partir del 8 de noviembre de 1970, gracias a Forrest J. Ackerman. Desde ese año, hasta la fecha, se han hecho algunas reinvenciones del personaje (ver recuadro).

Una chica buena
Si hacemos una revisión de Vampirella, pues diremos que se trata de un cómic ‘inocente’, absurdo, incluso tonto, pero queremos ir más allá. En realidad, debemos contextualizar el tiempo en que fue creado este personaje.

Para empezar, Vampirella es una alienígena que pertenece al planeta Drakulon, donde sus ríos eran de sangre y alimentaban a sus habitantes, quienes podían transformarse en murciélagos. Pero este mundo era víctima de grandes sequías. Un día, una nave de la Tierra aterrizó en ese lugar y una chica fue la encargada de investigar.

Por cosas del destino, esa chica viaja con los humanos a la Tierra, pero se trata de un mundo donde también habitan demonios y extrañas criaturas. Ante esto, esa mujer a quien se la conoce como Vampirella, se transforma en una superheroína, pues es dueña de grandes poderes, entre ellos la inmortalidad y la fuerza sobrehumana (y no le afecta la luz del día, la cruz, ni el ajo o el agua bendita), y lucha en favor de los humanos.

Entre los villanos está Drácula, quien también viene de Drakulon y tomó el nombre de su planeta -seguramente en esta parte Bram Stoker (1847-1912), autor de la famosa novela, se hubiera pegado un tiro-. Otros personajes recurrentes en la historia son Conrad van Helsing y su hijo Adam (interés amoroso de la protagonista), además de Lilith, Tristan, Pantha, Caos, Madek, Magdalena e incluso Dios.

¿Para chicos agrandes?
En su momento se dijo que Vampirella era pura magia destinada los adultos, pero en realidad era consumida por el público púber, quien se dejaba alborotar las hormonas ante la sensualidad de la vampiresa (gracias al arte del español José ‘Pepe’ González), quien vestía un eterno bikini rojo, eso sí, con unas lindas botas negras de taco, que incluso crearon moda en su época.

Y bueno, era 1969 y EE.UU., cuna de la cultura cinéfila comercial y de los cómics, vivía cambios significativos, entre ellos el inicio del fin de la supremacía del hombre blanco, la música era psicodélica (producto de la marihuana y otras sustancias, como el LSD, por ejemplo), la libertad sexual, el ‘blaxploitation’ y más que nada, en lo que a historietas se refiere, hubo una especie de catársis ante el conservadurismo moral y estético implantado por el ‘Macartismo’ (persecución anticomunista impulsada por el senador Joseph McCarthy) en los años 1950.

En ese arrebato de creaciones y de experimentos surgió Vampirella, una chica fuera de las propuestas de DC o Marvel, pues se supone que lo suyo era el terror y así las temáticas podían ser crueles.

Y con esto el ‘terror’ volvió a ser popular y era mucho mejor si enseñaba mucha piel y curvas femeninas, pese a que la trama era hueca, llena de inconsistencias y con ciertos personajes que son muy estúpidos.

Pero no por eso dejamos de lado toda la estética que encierra Vampirella. Hay paisajes tétricos, castillos preñados de telarañas, demonios horribles y trazados con detalle. Y también estaba ella y eso era lo más importante.

La sexy vampiresa
Reinvenciones del personaje

° La primera aparición fue en una serie de historias que se publicaron en Warren Publishing. A partir del número 8, sus creadores y editor Forrest J. Ackerman la lanzaron a protagonizar sus propias aventuras que duraron 112 números, de 1969 hasta 1983.

° Harris Comics la revivió en la miniserie ‘Morning in America’, escrita por Kurt Busiek. Poco después se reveló que los hermanos de Vampirella habían manipulado sus recuerdos (en la historia ‘Mistery Walk’) y la habían llevado a creer que era una extraterrestre del planeta Drakulon. Ella descubrió que era la hija de la vampiresa Lilith, que según la mitología judía había sido la primera mujer de Adan (o sea, no era Eva).

° Su origen fue revisado en ‘Vampirella Lives’ y desarrollado en ‘Blood Lust’. Drakulon era real, pero era un lugar en el Infierno. Vampirella fue traída al Edén, no nació allí.

° Vampirella se relanzó con ‘Our Lady of Shadows’ como agente del Vaticano.

° En 2001 se creó una versión futurista y un manga (cómic al estilo japonés) que se tituló ‘Vampi’.

DAVID ALMEIDA GARCÍA
En septiembre, hace 50 años, cuando finalizaba la década de 1960, un personaje apareció en los puestos de revistas de Estados Unidos. Su nombre: Vampirella, una sensual ‘chupasangre’ que era la invitada en una serie de aventuras que se publicaba para Warren Publishing.

Creada por Archie Goodwin con los artistas Frank Frazetta, Tom Sutton, José González y Zesar Álvarez, esta atractiva vampiresa tuvo su serie propia de cómics a partir del 8 de noviembre de 1970, gracias a Forrest J. Ackerman. Desde ese año, hasta la fecha, se han hecho algunas reinvenciones del personaje (ver recuadro).

Una chica buena
Si hacemos una revisión de Vampirella, pues diremos que se trata de un cómic ‘inocente’, absurdo, incluso tonto, pero queremos ir más allá. En realidad, debemos contextualizar el tiempo en que fue creado este personaje.

Para empezar, Vampirella es una alienígena que pertenece al planeta Drakulon, donde sus ríos eran de sangre y alimentaban a sus habitantes, quienes podían transformarse en murciélagos. Pero este mundo era víctima de grandes sequías. Un día, una nave de la Tierra aterrizó en ese lugar y una chica fue la encargada de investigar.

Por cosas del destino, esa chica viaja con los humanos a la Tierra, pero se trata de un mundo donde también habitan demonios y extrañas criaturas. Ante esto, esa mujer a quien se la conoce como Vampirella, se transforma en una superheroína, pues es dueña de grandes poderes, entre ellos la inmortalidad y la fuerza sobrehumana (y no le afecta la luz del día, la cruz, ni el ajo o el agua bendita), y lucha en favor de los humanos.

Entre los villanos está Drácula, quien también viene de Drakulon y tomó el nombre de su planeta -seguramente en esta parte Bram Stoker (1847-1912), autor de la famosa novela, se hubiera pegado un tiro-. Otros personajes recurrentes en la historia son Conrad van Helsing y su hijo Adam (interés amoroso de la protagonista), además de Lilith, Tristan, Pantha, Caos, Madek, Magdalena e incluso Dios.

¿Para chicos agrandes?
En su momento se dijo que Vampirella era pura magia destinada los adultos, pero en realidad era consumida por el público púber, quien se dejaba alborotar las hormonas ante la sensualidad de la vampiresa (gracias al arte del español José ‘Pepe’ González), quien vestía un eterno bikini rojo, eso sí, con unas lindas botas negras de taco, que incluso crearon moda en su época.

Y bueno, era 1969 y EE.UU., cuna de la cultura cinéfila comercial y de los cómics, vivía cambios significativos, entre ellos el inicio del fin de la supremacía del hombre blanco, la música era psicodélica (producto de la marihuana y otras sustancias, como el LSD, por ejemplo), la libertad sexual, el ‘blaxploitation’ y más que nada, en lo que a historietas se refiere, hubo una especie de catársis ante el conservadurismo moral y estético implantado por el ‘Macartismo’ (persecución anticomunista impulsada por el senador Joseph McCarthy) en los años 1950.

En ese arrebato de creaciones y de experimentos surgió Vampirella, una chica fuera de las propuestas de DC o Marvel, pues se supone que lo suyo era el terror y así las temáticas podían ser crueles.

Y con esto el ‘terror’ volvió a ser popular y era mucho mejor si enseñaba mucha piel y curvas femeninas, pese a que la trama era hueca, llena de inconsistencias y con ciertos personajes que son muy estúpidos.

Pero no por eso dejamos de lado toda la estética que encierra Vampirella. Hay paisajes tétricos, castillos preñados de telarañas, demonios horribles y trazados con detalle. Y también estaba ella y eso era lo más importante.

La sexy vampiresa
Reinvenciones del personaje

° La primera aparición fue en una serie de historias que se publicaron en Warren Publishing. A partir del número 8, sus creadores y editor Forrest J. Ackerman la lanzaron a protagonizar sus propias aventuras que duraron 112 números, de 1969 hasta 1983.

° Harris Comics la revivió en la miniserie ‘Morning in America’, escrita por Kurt Busiek. Poco después se reveló que los hermanos de Vampirella habían manipulado sus recuerdos (en la historia ‘Mistery Walk’) y la habían llevado a creer que era una extraterrestre del planeta Drakulon. Ella descubrió que era la hija de la vampiresa Lilith, que según la mitología judía había sido la primera mujer de Adan (o sea, no era Eva).

° Su origen fue revisado en ‘Vampirella Lives’ y desarrollado en ‘Blood Lust’. Drakulon era real, pero era un lugar en el Infierno. Vampirella fue traída al Edén, no nació allí.

° Vampirella se relanzó con ‘Our Lady of Shadows’ como agente del Vaticano.

° En 2001 se creó una versión futurista y un manga (cómic al estilo japonés) que se tituló ‘Vampi’.

DAVID ALMEIDA GARCÍA
En septiembre, hace 50 años, cuando finalizaba la década de 1960, un personaje apareció en los puestos de revistas de Estados Unidos. Su nombre: Vampirella, una sensual ‘chupasangre’ que era la invitada en una serie de aventuras que se publicaba para Warren Publishing.

Creada por Archie Goodwin con los artistas Frank Frazetta, Tom Sutton, José González y Zesar Álvarez, esta atractiva vampiresa tuvo su serie propia de cómics a partir del 8 de noviembre de 1970, gracias a Forrest J. Ackerman. Desde ese año, hasta la fecha, se han hecho algunas reinvenciones del personaje (ver recuadro).

Una chica buena
Si hacemos una revisión de Vampirella, pues diremos que se trata de un cómic ‘inocente’, absurdo, incluso tonto, pero queremos ir más allá. En realidad, debemos contextualizar el tiempo en que fue creado este personaje.

Para empezar, Vampirella es una alienígena que pertenece al planeta Drakulon, donde sus ríos eran de sangre y alimentaban a sus habitantes, quienes podían transformarse en murciélagos. Pero este mundo era víctima de grandes sequías. Un día, una nave de la Tierra aterrizó en ese lugar y una chica fue la encargada de investigar.

Por cosas del destino, esa chica viaja con los humanos a la Tierra, pero se trata de un mundo donde también habitan demonios y extrañas criaturas. Ante esto, esa mujer a quien se la conoce como Vampirella, se transforma en una superheroína, pues es dueña de grandes poderes, entre ellos la inmortalidad y la fuerza sobrehumana (y no le afecta la luz del día, la cruz, ni el ajo o el agua bendita), y lucha en favor de los humanos.

Entre los villanos está Drácula, quien también viene de Drakulon y tomó el nombre de su planeta -seguramente en esta parte Bram Stoker (1847-1912), autor de la famosa novela, se hubiera pegado un tiro-. Otros personajes recurrentes en la historia son Conrad van Helsing y su hijo Adam (interés amoroso de la protagonista), además de Lilith, Tristan, Pantha, Caos, Madek, Magdalena e incluso Dios.

¿Para chicos agrandes?
En su momento se dijo que Vampirella era pura magia destinada los adultos, pero en realidad era consumida por el público púber, quien se dejaba alborotar las hormonas ante la sensualidad de la vampiresa (gracias al arte del español José ‘Pepe’ González), quien vestía un eterno bikini rojo, eso sí, con unas lindas botas negras de taco, que incluso crearon moda en su época.

Y bueno, era 1969 y EE.UU., cuna de la cultura cinéfila comercial y de los cómics, vivía cambios significativos, entre ellos el inicio del fin de la supremacía del hombre blanco, la música era psicodélica (producto de la marihuana y otras sustancias, como el LSD, por ejemplo), la libertad sexual, el ‘blaxploitation’ y más que nada, en lo que a historietas se refiere, hubo una especie de catársis ante el conservadurismo moral y estético implantado por el ‘Macartismo’ (persecución anticomunista impulsada por el senador Joseph McCarthy) en los años 1950.

En ese arrebato de creaciones y de experimentos surgió Vampirella, una chica fuera de las propuestas de DC o Marvel, pues se supone que lo suyo era el terror y así las temáticas podían ser crueles.

Y con esto el ‘terror’ volvió a ser popular y era mucho mejor si enseñaba mucha piel y curvas femeninas, pese a que la trama era hueca, llena de inconsistencias y con ciertos personajes que son muy estúpidos.

Pero no por eso dejamos de lado toda la estética que encierra Vampirella. Hay paisajes tétricos, castillos preñados de telarañas, demonios horribles y trazados con detalle. Y también estaba ella y eso era lo más importante.

La sexy vampiresa
Reinvenciones del personaje

° La primera aparición fue en una serie de historias que se publicaron en Warren Publishing. A partir del número 8, sus creadores y editor Forrest J. Ackerman la lanzaron a protagonizar sus propias aventuras que duraron 112 números, de 1969 hasta 1983.

° Harris Comics la revivió en la miniserie ‘Morning in America’, escrita por Kurt Busiek. Poco después se reveló que los hermanos de Vampirella habían manipulado sus recuerdos (en la historia ‘Mistery Walk’) y la habían llevado a creer que era una extraterrestre del planeta Drakulon. Ella descubrió que era la hija de la vampiresa Lilith, que según la mitología judía había sido la primera mujer de Adan (o sea, no era Eva).

° Su origen fue revisado en ‘Vampirella Lives’ y desarrollado en ‘Blood Lust’. Drakulon era real, pero era un lugar en el Infierno. Vampirella fue traída al Edén, no nació allí.

° Vampirella se relanzó con ‘Our Lady of Shadows’ como agente del Vaticano.

° En 2001 se creó una versión futurista y un manga (cómic al estilo japonés) que se tituló ‘Vampi’.

DAVID ALMEIDA GARCÍA
En septiembre, hace 50 años, cuando finalizaba la década de 1960, un personaje apareció en los puestos de revistas de Estados Unidos. Su nombre: Vampirella, una sensual ‘chupasangre’ que era la invitada en una serie de aventuras que se publicaba para Warren Publishing.

Creada por Archie Goodwin con los artistas Frank Frazetta, Tom Sutton, José González y Zesar Álvarez, esta atractiva vampiresa tuvo su serie propia de cómics a partir del 8 de noviembre de 1970, gracias a Forrest J. Ackerman. Desde ese año, hasta la fecha, se han hecho algunas reinvenciones del personaje (ver recuadro).

Una chica buena
Si hacemos una revisión de Vampirella, pues diremos que se trata de un cómic ‘inocente’, absurdo, incluso tonto, pero queremos ir más allá. En realidad, debemos contextualizar el tiempo en que fue creado este personaje.

Para empezar, Vampirella es una alienígena que pertenece al planeta Drakulon, donde sus ríos eran de sangre y alimentaban a sus habitantes, quienes podían transformarse en murciélagos. Pero este mundo era víctima de grandes sequías. Un día, una nave de la Tierra aterrizó en ese lugar y una chica fue la encargada de investigar.

Por cosas del destino, esa chica viaja con los humanos a la Tierra, pero se trata de un mundo donde también habitan demonios y extrañas criaturas. Ante esto, esa mujer a quien se la conoce como Vampirella, se transforma en una superheroína, pues es dueña de grandes poderes, entre ellos la inmortalidad y la fuerza sobrehumana (y no le afecta la luz del día, la cruz, ni el ajo o el agua bendita), y lucha en favor de los humanos.

Entre los villanos está Drácula, quien también viene de Drakulon y tomó el nombre de su planeta -seguramente en esta parte Bram Stoker (1847-1912), autor de la famosa novela, se hubiera pegado un tiro-. Otros personajes recurrentes en la historia son Conrad van Helsing y su hijo Adam (interés amoroso de la protagonista), además de Lilith, Tristan, Pantha, Caos, Madek, Magdalena e incluso Dios.

¿Para chicos agrandes?
En su momento se dijo que Vampirella era pura magia destinada los adultos, pero en realidad era consumida por el público púber, quien se dejaba alborotar las hormonas ante la sensualidad de la vampiresa (gracias al arte del español José ‘Pepe’ González), quien vestía un eterno bikini rojo, eso sí, con unas lindas botas negras de taco, que incluso crearon moda en su época.

Y bueno, era 1969 y EE.UU., cuna de la cultura cinéfila comercial y de los cómics, vivía cambios significativos, entre ellos el inicio del fin de la supremacía del hombre blanco, la música era psicodélica (producto de la marihuana y otras sustancias, como el LSD, por ejemplo), la libertad sexual, el ‘blaxploitation’ y más que nada, en lo que a historietas se refiere, hubo una especie de catársis ante el conservadurismo moral y estético implantado por el ‘Macartismo’ (persecución anticomunista impulsada por el senador Joseph McCarthy) en los años 1950.

En ese arrebato de creaciones y de experimentos surgió Vampirella, una chica fuera de las propuestas de DC o Marvel, pues se supone que lo suyo era el terror y así las temáticas podían ser crueles.

Y con esto el ‘terror’ volvió a ser popular y era mucho mejor si enseñaba mucha piel y curvas femeninas, pese a que la trama era hueca, llena de inconsistencias y con ciertos personajes que son muy estúpidos.

Pero no por eso dejamos de lado toda la estética que encierra Vampirella. Hay paisajes tétricos, castillos preñados de telarañas, demonios horribles y trazados con detalle. Y también estaba ella y eso era lo más importante.

La sexy vampiresa
Reinvenciones del personaje

° La primera aparición fue en una serie de historias que se publicaron en Warren Publishing. A partir del número 8, sus creadores y editor Forrest J. Ackerman la lanzaron a protagonizar sus propias aventuras que duraron 112 números, de 1969 hasta 1983.

° Harris Comics la revivió en la miniserie ‘Morning in America’, escrita por Kurt Busiek. Poco después se reveló que los hermanos de Vampirella habían manipulado sus recuerdos (en la historia ‘Mistery Walk’) y la habían llevado a creer que era una extraterrestre del planeta Drakulon. Ella descubrió que era la hija de la vampiresa Lilith, que según la mitología judía había sido la primera mujer de Adan (o sea, no era Eva).

° Su origen fue revisado en ‘Vampirella Lives’ y desarrollado en ‘Blood Lust’. Drakulon era real, pero era un lugar en el Infierno. Vampirella fue traída al Edén, no nació allí.

° Vampirella se relanzó con ‘Our Lady of Shadows’ como agente del Vaticano.

° En 2001 se creó una versión futurista y un manga (cómic al estilo japonés) que se tituló ‘Vampi’.