El ecuatoriano VI

Patricio Durán

Algunos ecuatorianos, agoreros del desastre, dicen que no hay ciencia en Ecuador, pero los científicos ecuatorianos en seguida salen con lo del satélite Pegaso que fue lanzado en 2013 e hizo debut y despedida al estrellarse con la basura espacial y su señal se perdió a los pocos días del despegue, en todo caso los ecuatorianos ya debutamos como intergalácticos.

Dirigentes deportivos esperan que un equipo ecuatoriano gane un título internacional para inducir al rival argentino a reclamar por la inscripción irregular de un jugador. Es lamentable la falta de solidaridad entre ecuatorianos en el campo deportivo. ¿Qué podemos esperar de los políticos que se oponen ciegamente –por cálculo político-a cualquier Proyecto de Ley y no proponen ninguna alternativa, solamente piensan en las futuras elecciones y no quieren que el pueblo los identifique como que apoyaron a la creación de nuevos impuestos?

El ecuatoriano enseña a sus hijos a mentir desde muy temprana edad. Cuando van a cobrarle las deudas a papá, éste le dice al pequeño: “mijo, diles que no estoy”, y el rapazuelo, muy suelto de huesos corre, va y dice: “que manda a decir mi papá que no está”, y al papá, todo sonrojado, no le queda más remedio que aclararse el gaznate –mirando de soslayo al delator- y salir a enfrentar sus responsabilidades, improvisando alguna excusa pueril.

Los ambientalistas ecuatorianos, que protegen el medio ambiente y el desarrollo sostenible, ahora salen con que defienden los subsidios a los combustibles. ¿Quién los entiende?

El ecuatoriano es cómodo. A pretexto de hacer un poco de ejercicio, saca a la calle a Firulais y este ni corto ni perezoso aprovecha el momento para “abonar” el pavimento, y el amo de Firulais ni se inmuta, menos aún saca una funda para recoger el excremento de su regalón, de su consentido. Continuará.

Patricio Durán

Algunos ecuatorianos, agoreros del desastre, dicen que no hay ciencia en Ecuador, pero los científicos ecuatorianos en seguida salen con lo del satélite Pegaso que fue lanzado en 2013 e hizo debut y despedida al estrellarse con la basura espacial y su señal se perdió a los pocos días del despegue, en todo caso los ecuatorianos ya debutamos como intergalácticos.

Dirigentes deportivos esperan que un equipo ecuatoriano gane un título internacional para inducir al rival argentino a reclamar por la inscripción irregular de un jugador. Es lamentable la falta de solidaridad entre ecuatorianos en el campo deportivo. ¿Qué podemos esperar de los políticos que se oponen ciegamente –por cálculo político-a cualquier Proyecto de Ley y no proponen ninguna alternativa, solamente piensan en las futuras elecciones y no quieren que el pueblo los identifique como que apoyaron a la creación de nuevos impuestos?

El ecuatoriano enseña a sus hijos a mentir desde muy temprana edad. Cuando van a cobrarle las deudas a papá, éste le dice al pequeño: “mijo, diles que no estoy”, y el rapazuelo, muy suelto de huesos corre, va y dice: “que manda a decir mi papá que no está”, y al papá, todo sonrojado, no le queda más remedio que aclararse el gaznate –mirando de soslayo al delator- y salir a enfrentar sus responsabilidades, improvisando alguna excusa pueril.

Los ambientalistas ecuatorianos, que protegen el medio ambiente y el desarrollo sostenible, ahora salen con que defienden los subsidios a los combustibles. ¿Quién los entiende?

El ecuatoriano es cómodo. A pretexto de hacer un poco de ejercicio, saca a la calle a Firulais y este ni corto ni perezoso aprovecha el momento para “abonar” el pavimento, y el amo de Firulais ni se inmuta, menos aún saca una funda para recoger el excremento de su regalón, de su consentido. Continuará.

Patricio Durán

Algunos ecuatorianos, agoreros del desastre, dicen que no hay ciencia en Ecuador, pero los científicos ecuatorianos en seguida salen con lo del satélite Pegaso que fue lanzado en 2013 e hizo debut y despedida al estrellarse con la basura espacial y su señal se perdió a los pocos días del despegue, en todo caso los ecuatorianos ya debutamos como intergalácticos.

Dirigentes deportivos esperan que un equipo ecuatoriano gane un título internacional para inducir al rival argentino a reclamar por la inscripción irregular de un jugador. Es lamentable la falta de solidaridad entre ecuatorianos en el campo deportivo. ¿Qué podemos esperar de los políticos que se oponen ciegamente –por cálculo político-a cualquier Proyecto de Ley y no proponen ninguna alternativa, solamente piensan en las futuras elecciones y no quieren que el pueblo los identifique como que apoyaron a la creación de nuevos impuestos?

El ecuatoriano enseña a sus hijos a mentir desde muy temprana edad. Cuando van a cobrarle las deudas a papá, éste le dice al pequeño: “mijo, diles que no estoy”, y el rapazuelo, muy suelto de huesos corre, va y dice: “que manda a decir mi papá que no está”, y al papá, todo sonrojado, no le queda más remedio que aclararse el gaznate –mirando de soslayo al delator- y salir a enfrentar sus responsabilidades, improvisando alguna excusa pueril.

Los ambientalistas ecuatorianos, que protegen el medio ambiente y el desarrollo sostenible, ahora salen con que defienden los subsidios a los combustibles. ¿Quién los entiende?

El ecuatoriano es cómodo. A pretexto de hacer un poco de ejercicio, saca a la calle a Firulais y este ni corto ni perezoso aprovecha el momento para “abonar” el pavimento, y el amo de Firulais ni se inmuta, menos aún saca una funda para recoger el excremento de su regalón, de su consentido. Continuará.

Patricio Durán

Algunos ecuatorianos, agoreros del desastre, dicen que no hay ciencia en Ecuador, pero los científicos ecuatorianos en seguida salen con lo del satélite Pegaso que fue lanzado en 2013 e hizo debut y despedida al estrellarse con la basura espacial y su señal se perdió a los pocos días del despegue, en todo caso los ecuatorianos ya debutamos como intergalácticos.

Dirigentes deportivos esperan que un equipo ecuatoriano gane un título internacional para inducir al rival argentino a reclamar por la inscripción irregular de un jugador. Es lamentable la falta de solidaridad entre ecuatorianos en el campo deportivo. ¿Qué podemos esperar de los políticos que se oponen ciegamente –por cálculo político-a cualquier Proyecto de Ley y no proponen ninguna alternativa, solamente piensan en las futuras elecciones y no quieren que el pueblo los identifique como que apoyaron a la creación de nuevos impuestos?

El ecuatoriano enseña a sus hijos a mentir desde muy temprana edad. Cuando van a cobrarle las deudas a papá, éste le dice al pequeño: “mijo, diles que no estoy”, y el rapazuelo, muy suelto de huesos corre, va y dice: “que manda a decir mi papá que no está”, y al papá, todo sonrojado, no le queda más remedio que aclararse el gaznate –mirando de soslayo al delator- y salir a enfrentar sus responsabilidades, improvisando alguna excusa pueril.

Los ambientalistas ecuatorianos, que protegen el medio ambiente y el desarrollo sostenible, ahora salen con que defienden los subsidios a los combustibles. ¿Quién los entiende?

El ecuatoriano es cómodo. A pretexto de hacer un poco de ejercicio, saca a la calle a Firulais y este ni corto ni perezoso aprovecha el momento para “abonar” el pavimento, y el amo de Firulais ni se inmuta, menos aún saca una funda para recoger el excremento de su regalón, de su consentido. Continuará.