La cafeína está en nuestra sangre

BEBIDA. La sangre no es necesariamente pura, tiene cafeína.
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BEBIDA. La sangre no es necesariamente pura, tiene cafeína.
BEBIDA. La sangre no es necesariamente pura, tiene cafeína.
BEBIDA. La sangre no es necesariamente pura, tiene cafeína.

AGENCIA NCYT

Científicos de la universidad estatal de Oregón (EE.UU.) podrían haber puesto de manifiesto cuánto nos gusta a las personas el café, el té, el chocolate y las bebidas refrescantes y energéticas, al validar su nuevo método para estudiar cómo interactúan diferentes drogas en el cuerpo.

Richard van Breemen y Luying Chen estaban haciendo investigaciones de espectrometría de masas y adquirieron 18 lotes de suero de sangre humana supuestamente pura a diferentes suministradores biomédicos, y procedente de distintos donantes. Los suministradores obtuvieron la sangre de bancos que entregaron los lotes debido a la cercanía de su fecha de caducidad.

Una vez analizados, los 18 lotes dieron positivo en contenido de cafeína. En muchas de las muestras también se hallaron rastros de medicina para el resfriado y para combatir la ansiedad. Ello pone de manifiesto el potencial peligro de que se produzcan transfusiones de sangre contaminada y el hecho de que la sangre utilizada para investigaciones científicas no es necesariamente pura.

Desde el punto de vista de los pacientes, una contaminación por cafeína no es una gran preocupación, pero habla mucho de las costumbres de nuestra sociedad. La presencia de otras drogas y fármacos es un problema mucho más grave.

El estudio se publicó en la revista Journal of Pharmaceutical and Biomedical Analysis. Según este trabajo, si recibimos una transfusión sanguínea, las posibilidades son altas de que recibamos también cafeína y los otros fármacos antes mencionados.

El citado estudio realizado por Chen y van Breemen tenía como objetivo ensayar un nuevo método para evaluar el potencial de que se produzcan interacciones entre ciertos suplementos dietéticos botánicos y el metabolismo de los fármacos.

El método implica precipitación rápida de proteínas y cromatografía líquida de alta presión, y se usa para ayudar a realizar estudios clínicos. En dichos estudios, los participantes toman un cóctel de fármacos junto con un suplemento botánico para ver si este último provoca que alguno de los fármacos sea metabolizado de una manera diferente a la que de otro modo sucedería.

Tuvieron que reclutar a dos donantes que se abstuvieran de tomar alimentos y bebidas con cafeína para poder completar el trabajo, dado que todas las muestras de sangre disponibles tenían ese problema.

AGENCIA NCYT

Científicos de la universidad estatal de Oregón (EE.UU.) podrían haber puesto de manifiesto cuánto nos gusta a las personas el café, el té, el chocolate y las bebidas refrescantes y energéticas, al validar su nuevo método para estudiar cómo interactúan diferentes drogas en el cuerpo.

Richard van Breemen y Luying Chen estaban haciendo investigaciones de espectrometría de masas y adquirieron 18 lotes de suero de sangre humana supuestamente pura a diferentes suministradores biomédicos, y procedente de distintos donantes. Los suministradores obtuvieron la sangre de bancos que entregaron los lotes debido a la cercanía de su fecha de caducidad.

Una vez analizados, los 18 lotes dieron positivo en contenido de cafeína. En muchas de las muestras también se hallaron rastros de medicina para el resfriado y para combatir la ansiedad. Ello pone de manifiesto el potencial peligro de que se produzcan transfusiones de sangre contaminada y el hecho de que la sangre utilizada para investigaciones científicas no es necesariamente pura.

Desde el punto de vista de los pacientes, una contaminación por cafeína no es una gran preocupación, pero habla mucho de las costumbres de nuestra sociedad. La presencia de otras drogas y fármacos es un problema mucho más grave.

El estudio se publicó en la revista Journal of Pharmaceutical and Biomedical Analysis. Según este trabajo, si recibimos una transfusión sanguínea, las posibilidades son altas de que recibamos también cafeína y los otros fármacos antes mencionados.

El citado estudio realizado por Chen y van Breemen tenía como objetivo ensayar un nuevo método para evaluar el potencial de que se produzcan interacciones entre ciertos suplementos dietéticos botánicos y el metabolismo de los fármacos.

El método implica precipitación rápida de proteínas y cromatografía líquida de alta presión, y se usa para ayudar a realizar estudios clínicos. En dichos estudios, los participantes toman un cóctel de fármacos junto con un suplemento botánico para ver si este último provoca que alguno de los fármacos sea metabolizado de una manera diferente a la que de otro modo sucedería.

Tuvieron que reclutar a dos donantes que se abstuvieran de tomar alimentos y bebidas con cafeína para poder completar el trabajo, dado que todas las muestras de sangre disponibles tenían ese problema.

AGENCIA NCYT

Científicos de la universidad estatal de Oregón (EE.UU.) podrían haber puesto de manifiesto cuánto nos gusta a las personas el café, el té, el chocolate y las bebidas refrescantes y energéticas, al validar su nuevo método para estudiar cómo interactúan diferentes drogas en el cuerpo.

Richard van Breemen y Luying Chen estaban haciendo investigaciones de espectrometría de masas y adquirieron 18 lotes de suero de sangre humana supuestamente pura a diferentes suministradores biomédicos, y procedente de distintos donantes. Los suministradores obtuvieron la sangre de bancos que entregaron los lotes debido a la cercanía de su fecha de caducidad.

Una vez analizados, los 18 lotes dieron positivo en contenido de cafeína. En muchas de las muestras también se hallaron rastros de medicina para el resfriado y para combatir la ansiedad. Ello pone de manifiesto el potencial peligro de que se produzcan transfusiones de sangre contaminada y el hecho de que la sangre utilizada para investigaciones científicas no es necesariamente pura.

Desde el punto de vista de los pacientes, una contaminación por cafeína no es una gran preocupación, pero habla mucho de las costumbres de nuestra sociedad. La presencia de otras drogas y fármacos es un problema mucho más grave.

El estudio se publicó en la revista Journal of Pharmaceutical and Biomedical Analysis. Según este trabajo, si recibimos una transfusión sanguínea, las posibilidades son altas de que recibamos también cafeína y los otros fármacos antes mencionados.

El citado estudio realizado por Chen y van Breemen tenía como objetivo ensayar un nuevo método para evaluar el potencial de que se produzcan interacciones entre ciertos suplementos dietéticos botánicos y el metabolismo de los fármacos.

El método implica precipitación rápida de proteínas y cromatografía líquida de alta presión, y se usa para ayudar a realizar estudios clínicos. En dichos estudios, los participantes toman un cóctel de fármacos junto con un suplemento botánico para ver si este último provoca que alguno de los fármacos sea metabolizado de una manera diferente a la que de otro modo sucedería.

Tuvieron que reclutar a dos donantes que se abstuvieran de tomar alimentos y bebidas con cafeína para poder completar el trabajo, dado que todas las muestras de sangre disponibles tenían ese problema.

AGENCIA NCYT

Científicos de la universidad estatal de Oregón (EE.UU.) podrían haber puesto de manifiesto cuánto nos gusta a las personas el café, el té, el chocolate y las bebidas refrescantes y energéticas, al validar su nuevo método para estudiar cómo interactúan diferentes drogas en el cuerpo.

Richard van Breemen y Luying Chen estaban haciendo investigaciones de espectrometría de masas y adquirieron 18 lotes de suero de sangre humana supuestamente pura a diferentes suministradores biomédicos, y procedente de distintos donantes. Los suministradores obtuvieron la sangre de bancos que entregaron los lotes debido a la cercanía de su fecha de caducidad.

Una vez analizados, los 18 lotes dieron positivo en contenido de cafeína. En muchas de las muestras también se hallaron rastros de medicina para el resfriado y para combatir la ansiedad. Ello pone de manifiesto el potencial peligro de que se produzcan transfusiones de sangre contaminada y el hecho de que la sangre utilizada para investigaciones científicas no es necesariamente pura.

Desde el punto de vista de los pacientes, una contaminación por cafeína no es una gran preocupación, pero habla mucho de las costumbres de nuestra sociedad. La presencia de otras drogas y fármacos es un problema mucho más grave.

El estudio se publicó en la revista Journal of Pharmaceutical and Biomedical Analysis. Según este trabajo, si recibimos una transfusión sanguínea, las posibilidades son altas de que recibamos también cafeína y los otros fármacos antes mencionados.

El citado estudio realizado por Chen y van Breemen tenía como objetivo ensayar un nuevo método para evaluar el potencial de que se produzcan interacciones entre ciertos suplementos dietéticos botánicos y el metabolismo de los fármacos.

El método implica precipitación rápida de proteínas y cromatografía líquida de alta presión, y se usa para ayudar a realizar estudios clínicos. En dichos estudios, los participantes toman un cóctel de fármacos junto con un suplemento botánico para ver si este último provoca que alguno de los fármacos sea metabolizado de una manera diferente a la que de otro modo sucedería.

Tuvieron que reclutar a dos donantes que se abstuvieran de tomar alimentos y bebidas con cafeína para poder completar el trabajo, dado que todas las muestras de sangre disponibles tenían ese problema.