Proforma 2020 tendría un déficit entre ingresos y gastos permanentes

PLENO. La Asamblea aprobó enviar recomendaciones de la Proforma al Gobierno.
PLENO. La Asamblea aprobó enviar recomendaciones de la Proforma al Gobierno.
PLENO. La Asamblea aprobó enviar recomendaciones de la Proforma al Gobierno.
PLENO. La Asamblea aprobó enviar recomendaciones de la Proforma al Gobierno.
PLENO. La Asamblea aprobó enviar recomendaciones de la Proforma al Gobierno.
PLENO. La Asamblea aprobó enviar recomendaciones de la Proforma al Gobierno.
PLENO. La Asamblea aprobó enviar recomendaciones de la Proforma al Gobierno.
PLENO. La Asamblea aprobó enviar recomendaciones de la Proforma al Gobierno.

El 28 de noviembre pasado, con el voto de 84 asambleístas se aprobó enviar recomendaciones y preguntas al Ministerio de Economía sobre la proforma 2020 y una de las principales interrogantes se relaciona con la sostenibilidad y veracidad de las cifras sobre ingresos y egresos permanentes, en el contexto de que, por norma constitucional, los primeros deben cubrir a los segundos.

Jaime Carrera, del Observatorio de la Política Fiscal, realizó un análisis que desnuda las contradicciones y vacíos de la proyección presupuestaria. Primero, tal como cuestionaron asambleístas, no se deberían registrar como ingresos permanentes a las posibles concesiones de activos del Estado, debido a que serían un flujo excepcional y único de recursos. El Gobierno proyecta recibir, por ese concepto, 2.000 millones de dólares.

Otra cifra que genera dudas es que en la cuenta de transferencias y donaciones corrientes se netean 788 millones por exportación de crudo y venta interna de derivados con los 4.029 millones por la importación derivados.

Si se hace el ejercicio de quitar esos valores en duda, que hacen que el presupuesto se vuelva “un cálculo arbitrario”, los ingresos permanentes pasan 23.852 millones a 17.034 millones, con lo que, frente a gastos permanentes de 21.805 millones, generarían un déficit de 4.771 millones.

Héctor Muñoz (SUMA) comentó que el mismo problema se presentó en 2018. “No se puede incluir en el presupuesto temas que son expectativas. En 2019 se incorporó 1.000 millones por la monetización activos, y ahora se incluyen 2.000 millones. El peligro de que entren como ingresos permanentes y que si no se concretan, ahonden el déficit fiscal”, dijo.

Hasta ayer, el Gobierno tenía plazo para enviar una respuesta a los cuestionamientos de la Asamblea sobre la proforma, que no solo regirá para el próximo año, sino que se prorrogará hasta 2021. (JS)

El 28 de noviembre pasado, con el voto de 84 asambleístas se aprobó enviar recomendaciones y preguntas al Ministerio de Economía sobre la proforma 2020 y una de las principales interrogantes se relaciona con la sostenibilidad y veracidad de las cifras sobre ingresos y egresos permanentes, en el contexto de que, por norma constitucional, los primeros deben cubrir a los segundos.

Jaime Carrera, del Observatorio de la Política Fiscal, realizó un análisis que desnuda las contradicciones y vacíos de la proyección presupuestaria. Primero, tal como cuestionaron asambleístas, no se deberían registrar como ingresos permanentes a las posibles concesiones de activos del Estado, debido a que serían un flujo excepcional y único de recursos. El Gobierno proyecta recibir, por ese concepto, 2.000 millones de dólares.

Otra cifra que genera dudas es que en la cuenta de transferencias y donaciones corrientes se netean 788 millones por exportación de crudo y venta interna de derivados con los 4.029 millones por la importación derivados.

Si se hace el ejercicio de quitar esos valores en duda, que hacen que el presupuesto se vuelva “un cálculo arbitrario”, los ingresos permanentes pasan 23.852 millones a 17.034 millones, con lo que, frente a gastos permanentes de 21.805 millones, generarían un déficit de 4.771 millones.

Héctor Muñoz (SUMA) comentó que el mismo problema se presentó en 2018. “No se puede incluir en el presupuesto temas que son expectativas. En 2019 se incorporó 1.000 millones por la monetización activos, y ahora se incluyen 2.000 millones. El peligro de que entren como ingresos permanentes y que si no se concretan, ahonden el déficit fiscal”, dijo.

Hasta ayer, el Gobierno tenía plazo para enviar una respuesta a los cuestionamientos de la Asamblea sobre la proforma, que no solo regirá para el próximo año, sino que se prorrogará hasta 2021. (JS)

El 28 de noviembre pasado, con el voto de 84 asambleístas se aprobó enviar recomendaciones y preguntas al Ministerio de Economía sobre la proforma 2020 y una de las principales interrogantes se relaciona con la sostenibilidad y veracidad de las cifras sobre ingresos y egresos permanentes, en el contexto de que, por norma constitucional, los primeros deben cubrir a los segundos.

Jaime Carrera, del Observatorio de la Política Fiscal, realizó un análisis que desnuda las contradicciones y vacíos de la proyección presupuestaria. Primero, tal como cuestionaron asambleístas, no se deberían registrar como ingresos permanentes a las posibles concesiones de activos del Estado, debido a que serían un flujo excepcional y único de recursos. El Gobierno proyecta recibir, por ese concepto, 2.000 millones de dólares.

Otra cifra que genera dudas es que en la cuenta de transferencias y donaciones corrientes se netean 788 millones por exportación de crudo y venta interna de derivados con los 4.029 millones por la importación derivados.

Si se hace el ejercicio de quitar esos valores en duda, que hacen que el presupuesto se vuelva “un cálculo arbitrario”, los ingresos permanentes pasan 23.852 millones a 17.034 millones, con lo que, frente a gastos permanentes de 21.805 millones, generarían un déficit de 4.771 millones.

Héctor Muñoz (SUMA) comentó que el mismo problema se presentó en 2018. “No se puede incluir en el presupuesto temas que son expectativas. En 2019 se incorporó 1.000 millones por la monetización activos, y ahora se incluyen 2.000 millones. El peligro de que entren como ingresos permanentes y que si no se concretan, ahonden el déficit fiscal”, dijo.

Hasta ayer, el Gobierno tenía plazo para enviar una respuesta a los cuestionamientos de la Asamblea sobre la proforma, que no solo regirá para el próximo año, sino que se prorrogará hasta 2021. (JS)

El 28 de noviembre pasado, con el voto de 84 asambleístas se aprobó enviar recomendaciones y preguntas al Ministerio de Economía sobre la proforma 2020 y una de las principales interrogantes se relaciona con la sostenibilidad y veracidad de las cifras sobre ingresos y egresos permanentes, en el contexto de que, por norma constitucional, los primeros deben cubrir a los segundos.

Jaime Carrera, del Observatorio de la Política Fiscal, realizó un análisis que desnuda las contradicciones y vacíos de la proyección presupuestaria. Primero, tal como cuestionaron asambleístas, no se deberían registrar como ingresos permanentes a las posibles concesiones de activos del Estado, debido a que serían un flujo excepcional y único de recursos. El Gobierno proyecta recibir, por ese concepto, 2.000 millones de dólares.

Otra cifra que genera dudas es que en la cuenta de transferencias y donaciones corrientes se netean 788 millones por exportación de crudo y venta interna de derivados con los 4.029 millones por la importación derivados.

Si se hace el ejercicio de quitar esos valores en duda, que hacen que el presupuesto se vuelva “un cálculo arbitrario”, los ingresos permanentes pasan 23.852 millones a 17.034 millones, con lo que, frente a gastos permanentes de 21.805 millones, generarían un déficit de 4.771 millones.

Héctor Muñoz (SUMA) comentó que el mismo problema se presentó en 2018. “No se puede incluir en el presupuesto temas que son expectativas. En 2019 se incorporó 1.000 millones por la monetización activos, y ahora se incluyen 2.000 millones. El peligro de que entren como ingresos permanentes y que si no se concretan, ahonden el déficit fiscal”, dijo.

Hasta ayer, el Gobierno tenía plazo para enviar una respuesta a los cuestionamientos de la Asamblea sobre la proforma, que no solo regirá para el próximo año, sino que se prorrogará hasta 2021. (JS)