Envidio a los morenistas

Salvatore Foti

Ha llegado el momento de confesar que envidio a los morenistas. Ven cosas que no logro ver y entienden cosas que no puedo entender; pues solo así puedo explicar su encanto y apego hacía el mandatario. Donde no veo nada, ellos ven obras; donde ellos ven lucha contra la corrupción, yo veo demagogia, y donde ven buen manejo económico, veo desempleo y paquetazos.

Los morenistas ven también, gracias a este Gobierno, la garantía a la libertad de expresión, mientras que recientemente se dio el caso de un periodista que tuvo fuertes presiones por discrepar con el Ejecutivo. No digo que conozco de muchos casos similares para que no me vengan a presionar después.

Los morenistas, además, ven y alaban el diálogo y conciliación del actual mandatario, mientras que los menos inteligentes y que aún se resisten al actual Gobierno, ven que se acaba de vivir una de las mayores confrontaciones de las últimas décadas y que, además de heridos, muertos, presos y violencia, ha dejado al país seria y profundamente dividido.

Tampoco logro ver mejorías en la salud pública. A los enfermos de cáncer, por ejemplo, el Estado les “debe” muchísimo en sentido de atención, medicinas y responsabilidad social. Además, los morenistas entienden y saben con certeza que todo lo que pasa y pasará de malo se lo deben al expresidente Correa. Esto yo tampoco lo logro entender. Creo que si alguien es Presidente desde hace tres años, debe empezar a aceptar responsabilidades y mostrar eficiencia.

En esta misma línea, los morenistas tienen también el súper poder de tener siempre la razón y de saber identificar a los correístas, mientras que yo lo único que logro ver es a periodistas y gente intelectualmente honesta que opina e interpreta la realidad sin compromisos o complicidad.

Pero lo que más envidio de los morenistas es su optimismo y confianza de que el país está bien y de que se está haciendo un buen trabajo, pero esto yo no podré entenderlo jamás. Por todo esto y porque la justicia sigue siendo manipulada por el Gobierno de turno, sigo envidiando a los morenistas.

[email protected]

Salvatore Foti

Ha llegado el momento de confesar que envidio a los morenistas. Ven cosas que no logro ver y entienden cosas que no puedo entender; pues solo así puedo explicar su encanto y apego hacía el mandatario. Donde no veo nada, ellos ven obras; donde ellos ven lucha contra la corrupción, yo veo demagogia, y donde ven buen manejo económico, veo desempleo y paquetazos.

Los morenistas ven también, gracias a este Gobierno, la garantía a la libertad de expresión, mientras que recientemente se dio el caso de un periodista que tuvo fuertes presiones por discrepar con el Ejecutivo. No digo que conozco de muchos casos similares para que no me vengan a presionar después.

Los morenistas, además, ven y alaban el diálogo y conciliación del actual mandatario, mientras que los menos inteligentes y que aún se resisten al actual Gobierno, ven que se acaba de vivir una de las mayores confrontaciones de las últimas décadas y que, además de heridos, muertos, presos y violencia, ha dejado al país seria y profundamente dividido.

Tampoco logro ver mejorías en la salud pública. A los enfermos de cáncer, por ejemplo, el Estado les “debe” muchísimo en sentido de atención, medicinas y responsabilidad social. Además, los morenistas entienden y saben con certeza que todo lo que pasa y pasará de malo se lo deben al expresidente Correa. Esto yo tampoco lo logro entender. Creo que si alguien es Presidente desde hace tres años, debe empezar a aceptar responsabilidades y mostrar eficiencia.

En esta misma línea, los morenistas tienen también el súper poder de tener siempre la razón y de saber identificar a los correístas, mientras que yo lo único que logro ver es a periodistas y gente intelectualmente honesta que opina e interpreta la realidad sin compromisos o complicidad.

Pero lo que más envidio de los morenistas es su optimismo y confianza de que el país está bien y de que se está haciendo un buen trabajo, pero esto yo no podré entenderlo jamás. Por todo esto y porque la justicia sigue siendo manipulada por el Gobierno de turno, sigo envidiando a los morenistas.

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Salvatore Foti

Ha llegado el momento de confesar que envidio a los morenistas. Ven cosas que no logro ver y entienden cosas que no puedo entender; pues solo así puedo explicar su encanto y apego hacía el mandatario. Donde no veo nada, ellos ven obras; donde ellos ven lucha contra la corrupción, yo veo demagogia, y donde ven buen manejo económico, veo desempleo y paquetazos.

Los morenistas ven también, gracias a este Gobierno, la garantía a la libertad de expresión, mientras que recientemente se dio el caso de un periodista que tuvo fuertes presiones por discrepar con el Ejecutivo. No digo que conozco de muchos casos similares para que no me vengan a presionar después.

Los morenistas, además, ven y alaban el diálogo y conciliación del actual mandatario, mientras que los menos inteligentes y que aún se resisten al actual Gobierno, ven que se acaba de vivir una de las mayores confrontaciones de las últimas décadas y que, además de heridos, muertos, presos y violencia, ha dejado al país seria y profundamente dividido.

Tampoco logro ver mejorías en la salud pública. A los enfermos de cáncer, por ejemplo, el Estado les “debe” muchísimo en sentido de atención, medicinas y responsabilidad social. Además, los morenistas entienden y saben con certeza que todo lo que pasa y pasará de malo se lo deben al expresidente Correa. Esto yo tampoco lo logro entender. Creo que si alguien es Presidente desde hace tres años, debe empezar a aceptar responsabilidades y mostrar eficiencia.

En esta misma línea, los morenistas tienen también el súper poder de tener siempre la razón y de saber identificar a los correístas, mientras que yo lo único que logro ver es a periodistas y gente intelectualmente honesta que opina e interpreta la realidad sin compromisos o complicidad.

Pero lo que más envidio de los morenistas es su optimismo y confianza de que el país está bien y de que se está haciendo un buen trabajo, pero esto yo no podré entenderlo jamás. Por todo esto y porque la justicia sigue siendo manipulada por el Gobierno de turno, sigo envidiando a los morenistas.

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Salvatore Foti

Ha llegado el momento de confesar que envidio a los morenistas. Ven cosas que no logro ver y entienden cosas que no puedo entender; pues solo así puedo explicar su encanto y apego hacía el mandatario. Donde no veo nada, ellos ven obras; donde ellos ven lucha contra la corrupción, yo veo demagogia, y donde ven buen manejo económico, veo desempleo y paquetazos.

Los morenistas ven también, gracias a este Gobierno, la garantía a la libertad de expresión, mientras que recientemente se dio el caso de un periodista que tuvo fuertes presiones por discrepar con el Ejecutivo. No digo que conozco de muchos casos similares para que no me vengan a presionar después.

Los morenistas, además, ven y alaban el diálogo y conciliación del actual mandatario, mientras que los menos inteligentes y que aún se resisten al actual Gobierno, ven que se acaba de vivir una de las mayores confrontaciones de las últimas décadas y que, además de heridos, muertos, presos y violencia, ha dejado al país seria y profundamente dividido.

Tampoco logro ver mejorías en la salud pública. A los enfermos de cáncer, por ejemplo, el Estado les “debe” muchísimo en sentido de atención, medicinas y responsabilidad social. Además, los morenistas entienden y saben con certeza que todo lo que pasa y pasará de malo se lo deben al expresidente Correa. Esto yo tampoco lo logro entender. Creo que si alguien es Presidente desde hace tres años, debe empezar a aceptar responsabilidades y mostrar eficiencia.

En esta misma línea, los morenistas tienen también el súper poder de tener siempre la razón y de saber identificar a los correístas, mientras que yo lo único que logro ver es a periodistas y gente intelectualmente honesta que opina e interpreta la realidad sin compromisos o complicidad.

Pero lo que más envidio de los morenistas es su optimismo y confianza de que el país está bien y de que se está haciendo un buen trabajo, pero esto yo no podré entenderlo jamás. Por todo esto y porque la justicia sigue siendo manipulada por el Gobierno de turno, sigo envidiando a los morenistas.

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