Principios no negociables

Gabriela Rosero

Ecuador tiene los indicadores más bajos en Ciencias, Matemáticas y Lectura según el Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes para el Desarrollo.

Mi responsabilidad como ciudadana ecuatoriana, como profesional y como madre es investigar el ¿por qué? Y siento que es la flexibilidad de nuestro sistema educativo, lo que permite que las nuevas generaciones tengan un comportamiento INCONSECUENTE con su formación académica.

En este editorial quiero abordar un aspecto importante que me preocupa grandemente y es la falta de compromiso de los padres de familia en la formación de sus hijos.

Si bien es cierto las instituciones educativas se encargan de impartir conocimientos, los valores básicos de todo ser humano como la responsabilidad, el respeto, la honestidad y la puntualidad son de cuna, eso quiero decir que desde los hogares se forjan la bases para formar buenos seres humanos.

Lamentablemente, hoy por hoy la permisividad de los padres de familia hace que la niñez y juventud crean que no deben dar explicaciones de sus actos, es así que al primer intento de querer orientar el comportamiento de su hijos, incluso amenazan a padres y docentes con denunciarlos, exigiendo sus derechos de niños y adolescentes.

¿Qué esta pasando? ¿Desde cuándo los padres de familia perdimos autoridad? ¿Desde cuándo los niños y jóvenes deben opinar sobre las decisiones de los adultos?

El trabajo formativo es una labor conjunta, es una triada formada por padres de familia, docentes y estudiantes, si este concepto básico no se logra posicionar en la conciencia de las personas solo estaremos caminando hacia la involución.

Tenemos tres oportunidades para pasar el año: supletorio, remedial y de gracia, esto hace que los estudiantes no se hagan responsables de sus tareas, lecciones y obligaciones, como saben que al final perder el año es casi imposible, ocupan su tiempo en otras actividades que están afectando su comportamiento.

No nos hagamos de la vista gorda, nuestros hijos son el reflejo de nuestra casa y deben ser nuestra más grande prioridad y responsabilidad. Dejemos de socapar la vaguería y la falta de responsabilidad, seamos parte del cambio que necesita esta sociedad, empecemos HOY.

Gabriela Rosero

Ecuador tiene los indicadores más bajos en Ciencias, Matemáticas y Lectura según el Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes para el Desarrollo.

Mi responsabilidad como ciudadana ecuatoriana, como profesional y como madre es investigar el ¿por qué? Y siento que es la flexibilidad de nuestro sistema educativo, lo que permite que las nuevas generaciones tengan un comportamiento INCONSECUENTE con su formación académica.

En este editorial quiero abordar un aspecto importante que me preocupa grandemente y es la falta de compromiso de los padres de familia en la formación de sus hijos.

Si bien es cierto las instituciones educativas se encargan de impartir conocimientos, los valores básicos de todo ser humano como la responsabilidad, el respeto, la honestidad y la puntualidad son de cuna, eso quiero decir que desde los hogares se forjan la bases para formar buenos seres humanos.

Lamentablemente, hoy por hoy la permisividad de los padres de familia hace que la niñez y juventud crean que no deben dar explicaciones de sus actos, es así que al primer intento de querer orientar el comportamiento de su hijos, incluso amenazan a padres y docentes con denunciarlos, exigiendo sus derechos de niños y adolescentes.

¿Qué esta pasando? ¿Desde cuándo los padres de familia perdimos autoridad? ¿Desde cuándo los niños y jóvenes deben opinar sobre las decisiones de los adultos?

El trabajo formativo es una labor conjunta, es una triada formada por padres de familia, docentes y estudiantes, si este concepto básico no se logra posicionar en la conciencia de las personas solo estaremos caminando hacia la involución.

Tenemos tres oportunidades para pasar el año: supletorio, remedial y de gracia, esto hace que los estudiantes no se hagan responsables de sus tareas, lecciones y obligaciones, como saben que al final perder el año es casi imposible, ocupan su tiempo en otras actividades que están afectando su comportamiento.

No nos hagamos de la vista gorda, nuestros hijos son el reflejo de nuestra casa y deben ser nuestra más grande prioridad y responsabilidad. Dejemos de socapar la vaguería y la falta de responsabilidad, seamos parte del cambio que necesita esta sociedad, empecemos HOY.

Gabriela Rosero

Ecuador tiene los indicadores más bajos en Ciencias, Matemáticas y Lectura según el Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes para el Desarrollo.

Mi responsabilidad como ciudadana ecuatoriana, como profesional y como madre es investigar el ¿por qué? Y siento que es la flexibilidad de nuestro sistema educativo, lo que permite que las nuevas generaciones tengan un comportamiento INCONSECUENTE con su formación académica.

En este editorial quiero abordar un aspecto importante que me preocupa grandemente y es la falta de compromiso de los padres de familia en la formación de sus hijos.

Si bien es cierto las instituciones educativas se encargan de impartir conocimientos, los valores básicos de todo ser humano como la responsabilidad, el respeto, la honestidad y la puntualidad son de cuna, eso quiero decir que desde los hogares se forjan la bases para formar buenos seres humanos.

Lamentablemente, hoy por hoy la permisividad de los padres de familia hace que la niñez y juventud crean que no deben dar explicaciones de sus actos, es así que al primer intento de querer orientar el comportamiento de su hijos, incluso amenazan a padres y docentes con denunciarlos, exigiendo sus derechos de niños y adolescentes.

¿Qué esta pasando? ¿Desde cuándo los padres de familia perdimos autoridad? ¿Desde cuándo los niños y jóvenes deben opinar sobre las decisiones de los adultos?

El trabajo formativo es una labor conjunta, es una triada formada por padres de familia, docentes y estudiantes, si este concepto básico no se logra posicionar en la conciencia de las personas solo estaremos caminando hacia la involución.

Tenemos tres oportunidades para pasar el año: supletorio, remedial y de gracia, esto hace que los estudiantes no se hagan responsables de sus tareas, lecciones y obligaciones, como saben que al final perder el año es casi imposible, ocupan su tiempo en otras actividades que están afectando su comportamiento.

No nos hagamos de la vista gorda, nuestros hijos son el reflejo de nuestra casa y deben ser nuestra más grande prioridad y responsabilidad. Dejemos de socapar la vaguería y la falta de responsabilidad, seamos parte del cambio que necesita esta sociedad, empecemos HOY.

Gabriela Rosero

Ecuador tiene los indicadores más bajos en Ciencias, Matemáticas y Lectura según el Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes para el Desarrollo.

Mi responsabilidad como ciudadana ecuatoriana, como profesional y como madre es investigar el ¿por qué? Y siento que es la flexibilidad de nuestro sistema educativo, lo que permite que las nuevas generaciones tengan un comportamiento INCONSECUENTE con su formación académica.

En este editorial quiero abordar un aspecto importante que me preocupa grandemente y es la falta de compromiso de los padres de familia en la formación de sus hijos.

Si bien es cierto las instituciones educativas se encargan de impartir conocimientos, los valores básicos de todo ser humano como la responsabilidad, el respeto, la honestidad y la puntualidad son de cuna, eso quiero decir que desde los hogares se forjan la bases para formar buenos seres humanos.

Lamentablemente, hoy por hoy la permisividad de los padres de familia hace que la niñez y juventud crean que no deben dar explicaciones de sus actos, es así que al primer intento de querer orientar el comportamiento de su hijos, incluso amenazan a padres y docentes con denunciarlos, exigiendo sus derechos de niños y adolescentes.

¿Qué esta pasando? ¿Desde cuándo los padres de familia perdimos autoridad? ¿Desde cuándo los niños y jóvenes deben opinar sobre las decisiones de los adultos?

El trabajo formativo es una labor conjunta, es una triada formada por padres de familia, docentes y estudiantes, si este concepto básico no se logra posicionar en la conciencia de las personas solo estaremos caminando hacia la involución.

Tenemos tres oportunidades para pasar el año: supletorio, remedial y de gracia, esto hace que los estudiantes no se hagan responsables de sus tareas, lecciones y obligaciones, como saben que al final perder el año es casi imposible, ocupan su tiempo en otras actividades que están afectando su comportamiento.

No nos hagamos de la vista gorda, nuestros hijos son el reflejo de nuestra casa y deben ser nuestra más grande prioridad y responsabilidad. Dejemos de socapar la vaguería y la falta de responsabilidad, seamos parte del cambio que necesita esta sociedad, empecemos HOY.