El solsticio de los hombres se celebró en Salasaka

Fe. Varios personajes le rinden tributo al patrono San Buenaventura.
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Fe. Varios personajes le rinden tributo al patrono San Buenaventura.
Fe. Varios personajes le rinden tributo al patrono San Buenaventura.
Fe. Varios personajes le rinden tributo al patrono San Buenaventura.
Fe. Varios personajes le rinden tributo al patrono San Buenaventura.
Fe. Varios personajes le rinden tributo al patrono San Buenaventura.

Redacción TUNGURAHUA

El Kapay Raymi o ‘solsticio de los hombres’ es una festividad ancestral desarrollada por el pueblo Salasaka, perteneciente a Tungurahua, durante los primeros días de diciembre.

La comunidad Jatun Salazka Chilkapamba, una de las más antiguas de la parroquia Salasaca, recibió a más de 15 mil personas durante los tres días de festividad, en los cuales se llevaron a cabo alrededor de 10 actividades culturales, artísticas y religiosas.

Durante la celebración, los participantes interpretaron a capitanes, pajes, pindoneros, soldados, mamas capitanas, mamas pajes, diputados, entre otros personajes que le rindieron tributo al patrono San Buenaventura, conocido como el santo de las actividades agrícolas.

Cada día de la conmemoración se hizo el ingreso de capitanes a la plaza de la comunidad, como es la costumbre, donde se personificó una batalla entre las comunidades indígenas y los conquistadores españoles.

Tradición
Danilo Masaquiza, organizador del Kapay Raymi de este año, mencionó que esta festividad no se desarrollaba de forma completa hace más de 20 años y esto hizo que la tradición empezara a perderse, ya que los jóvenes del pueblo Salasaka no sabían el origen.

“Durante los tres días del Kapay Raymi llevamos a cabo tres festividades por cada uno de los personajes: el capitán, el pindonero y el diputado”, contó el organizador, quien mencionó que se pretende crear una celebración más grande con el paso de los años, para que se convierta en un referente cultural y turístico del país.

Uno de los pajes que participó en esta edición fue el actual prefecto de la provincia, Manuel Caizabanda, quien pertenece al pueblo Salasaka, así como también otras autoridades de la provincia.

El personaje del Prefecto hace referencia al gran cacique de Salasaka, encargado de tomar el mando de las festividades luego del capitán. Sus acompañantes son los soldados y mama pajes, priostes que, de acuerdo con su capacidad económica, colaboran en los gastos de alimentación y estadía, entre otros que se realizan durante el Kapay Raymi.

El organizador de las festividades mencionó que para su pueblo es un orgullo tener a una autoridad provincial en estas actividades, ya que a través de ellos se puede llegar a los jóvenes para que no abandonen la tradición.

“Para conocer todo lo que significa esta fiesta, que tiene más de 300 años, tuve que hacer una gran investigación, en la que pudimos constatar que la celebración es 50% religiosa y 50% ancestral”, contó.

Uno de los pindoneros más antiguos de la comunidad es Jorge Masaquiza Espín, quien actualmente tiene 89 años.

Comentó que volver a ver este jolgorio, tal y como se hacía en su juventud, le llenó de nostalgia, pues pudo observar a varios jóvenes participando y colaborando.

“Ojalá ese apoyo de las nuevas generaciones sea para siempre”, indicó el adulto mayor, quien aseguró también que la participación del prefecto hace que el Kapay Raymi sea conocido en todo el país.

Organización
Danilo Masaquiza dijo que para el desarrollo de las festividades se invirtió alrededor de 9 mil dólares, dinero que se consiguió a través de autogestión con la empresa privada.

Destacó la participación de toda la comunidad, del teniente político, del Consejo de Gobierno del pueblo Salasaka y del Consejo Comunitario, quienes estuvieron encargados de la seguridad de los asistentes, así como de la logística.

En esta representación de la batalla y durante los tres días, estuvieron alrededor de 350 personas.

Antes, ellos se organizan por tres meses para determinar la vestimenta que utilizarán; también la banda de pueblo que los acompañará y la ruta que recorrerán antes de llegar a la plaza de la comunidad Jatun Salazka Chilkapamba. (RMC)

Redacción TUNGURAHUA

El Kapay Raymi o ‘solsticio de los hombres’ es una festividad ancestral desarrollada por el pueblo Salasaka, perteneciente a Tungurahua, durante los primeros días de diciembre.

La comunidad Jatun Salazka Chilkapamba, una de las más antiguas de la parroquia Salasaca, recibió a más de 15 mil personas durante los tres días de festividad, en los cuales se llevaron a cabo alrededor de 10 actividades culturales, artísticas y religiosas.

Durante la celebración, los participantes interpretaron a capitanes, pajes, pindoneros, soldados, mamas capitanas, mamas pajes, diputados, entre otros personajes que le rindieron tributo al patrono San Buenaventura, conocido como el santo de las actividades agrícolas.

Cada día de la conmemoración se hizo el ingreso de capitanes a la plaza de la comunidad, como es la costumbre, donde se personificó una batalla entre las comunidades indígenas y los conquistadores españoles.

Tradición
Danilo Masaquiza, organizador del Kapay Raymi de este año, mencionó que esta festividad no se desarrollaba de forma completa hace más de 20 años y esto hizo que la tradición empezara a perderse, ya que los jóvenes del pueblo Salasaka no sabían el origen.

“Durante los tres días del Kapay Raymi llevamos a cabo tres festividades por cada uno de los personajes: el capitán, el pindonero y el diputado”, contó el organizador, quien mencionó que se pretende crear una celebración más grande con el paso de los años, para que se convierta en un referente cultural y turístico del país.

Uno de los pajes que participó en esta edición fue el actual prefecto de la provincia, Manuel Caizabanda, quien pertenece al pueblo Salasaka, así como también otras autoridades de la provincia.

El personaje del Prefecto hace referencia al gran cacique de Salasaka, encargado de tomar el mando de las festividades luego del capitán. Sus acompañantes son los soldados y mama pajes, priostes que, de acuerdo con su capacidad económica, colaboran en los gastos de alimentación y estadía, entre otros que se realizan durante el Kapay Raymi.

El organizador de las festividades mencionó que para su pueblo es un orgullo tener a una autoridad provincial en estas actividades, ya que a través de ellos se puede llegar a los jóvenes para que no abandonen la tradición.

“Para conocer todo lo que significa esta fiesta, que tiene más de 300 años, tuve que hacer una gran investigación, en la que pudimos constatar que la celebración es 50% religiosa y 50% ancestral”, contó.

Uno de los pindoneros más antiguos de la comunidad es Jorge Masaquiza Espín, quien actualmente tiene 89 años.

Comentó que volver a ver este jolgorio, tal y como se hacía en su juventud, le llenó de nostalgia, pues pudo observar a varios jóvenes participando y colaborando.

“Ojalá ese apoyo de las nuevas generaciones sea para siempre”, indicó el adulto mayor, quien aseguró también que la participación del prefecto hace que el Kapay Raymi sea conocido en todo el país.

Organización
Danilo Masaquiza dijo que para el desarrollo de las festividades se invirtió alrededor de 9 mil dólares, dinero que se consiguió a través de autogestión con la empresa privada.

Destacó la participación de toda la comunidad, del teniente político, del Consejo de Gobierno del pueblo Salasaka y del Consejo Comunitario, quienes estuvieron encargados de la seguridad de los asistentes, así como de la logística.

En esta representación de la batalla y durante los tres días, estuvieron alrededor de 350 personas.

Antes, ellos se organizan por tres meses para determinar la vestimenta que utilizarán; también la banda de pueblo que los acompañará y la ruta que recorrerán antes de llegar a la plaza de la comunidad Jatun Salazka Chilkapamba. (RMC)

Redacción TUNGURAHUA

El Kapay Raymi o ‘solsticio de los hombres’ es una festividad ancestral desarrollada por el pueblo Salasaka, perteneciente a Tungurahua, durante los primeros días de diciembre.

La comunidad Jatun Salazka Chilkapamba, una de las más antiguas de la parroquia Salasaca, recibió a más de 15 mil personas durante los tres días de festividad, en los cuales se llevaron a cabo alrededor de 10 actividades culturales, artísticas y religiosas.

Durante la celebración, los participantes interpretaron a capitanes, pajes, pindoneros, soldados, mamas capitanas, mamas pajes, diputados, entre otros personajes que le rindieron tributo al patrono San Buenaventura, conocido como el santo de las actividades agrícolas.

Cada día de la conmemoración se hizo el ingreso de capitanes a la plaza de la comunidad, como es la costumbre, donde se personificó una batalla entre las comunidades indígenas y los conquistadores españoles.

Tradición
Danilo Masaquiza, organizador del Kapay Raymi de este año, mencionó que esta festividad no se desarrollaba de forma completa hace más de 20 años y esto hizo que la tradición empezara a perderse, ya que los jóvenes del pueblo Salasaka no sabían el origen.

“Durante los tres días del Kapay Raymi llevamos a cabo tres festividades por cada uno de los personajes: el capitán, el pindonero y el diputado”, contó el organizador, quien mencionó que se pretende crear una celebración más grande con el paso de los años, para que se convierta en un referente cultural y turístico del país.

Uno de los pajes que participó en esta edición fue el actual prefecto de la provincia, Manuel Caizabanda, quien pertenece al pueblo Salasaka, así como también otras autoridades de la provincia.

El personaje del Prefecto hace referencia al gran cacique de Salasaka, encargado de tomar el mando de las festividades luego del capitán. Sus acompañantes son los soldados y mama pajes, priostes que, de acuerdo con su capacidad económica, colaboran en los gastos de alimentación y estadía, entre otros que se realizan durante el Kapay Raymi.

El organizador de las festividades mencionó que para su pueblo es un orgullo tener a una autoridad provincial en estas actividades, ya que a través de ellos se puede llegar a los jóvenes para que no abandonen la tradición.

“Para conocer todo lo que significa esta fiesta, que tiene más de 300 años, tuve que hacer una gran investigación, en la que pudimos constatar que la celebración es 50% religiosa y 50% ancestral”, contó.

Uno de los pindoneros más antiguos de la comunidad es Jorge Masaquiza Espín, quien actualmente tiene 89 años.

Comentó que volver a ver este jolgorio, tal y como se hacía en su juventud, le llenó de nostalgia, pues pudo observar a varios jóvenes participando y colaborando.

“Ojalá ese apoyo de las nuevas generaciones sea para siempre”, indicó el adulto mayor, quien aseguró también que la participación del prefecto hace que el Kapay Raymi sea conocido en todo el país.

Organización
Danilo Masaquiza dijo que para el desarrollo de las festividades se invirtió alrededor de 9 mil dólares, dinero que se consiguió a través de autogestión con la empresa privada.

Destacó la participación de toda la comunidad, del teniente político, del Consejo de Gobierno del pueblo Salasaka y del Consejo Comunitario, quienes estuvieron encargados de la seguridad de los asistentes, así como de la logística.

En esta representación de la batalla y durante los tres días, estuvieron alrededor de 350 personas.

Antes, ellos se organizan por tres meses para determinar la vestimenta que utilizarán; también la banda de pueblo que los acompañará y la ruta que recorrerán antes de llegar a la plaza de la comunidad Jatun Salazka Chilkapamba. (RMC)

Redacción TUNGURAHUA

El Kapay Raymi o ‘solsticio de los hombres’ es una festividad ancestral desarrollada por el pueblo Salasaka, perteneciente a Tungurahua, durante los primeros días de diciembre.

La comunidad Jatun Salazka Chilkapamba, una de las más antiguas de la parroquia Salasaca, recibió a más de 15 mil personas durante los tres días de festividad, en los cuales se llevaron a cabo alrededor de 10 actividades culturales, artísticas y religiosas.

Durante la celebración, los participantes interpretaron a capitanes, pajes, pindoneros, soldados, mamas capitanas, mamas pajes, diputados, entre otros personajes que le rindieron tributo al patrono San Buenaventura, conocido como el santo de las actividades agrícolas.

Cada día de la conmemoración se hizo el ingreso de capitanes a la plaza de la comunidad, como es la costumbre, donde se personificó una batalla entre las comunidades indígenas y los conquistadores españoles.

Tradición
Danilo Masaquiza, organizador del Kapay Raymi de este año, mencionó que esta festividad no se desarrollaba de forma completa hace más de 20 años y esto hizo que la tradición empezara a perderse, ya que los jóvenes del pueblo Salasaka no sabían el origen.

“Durante los tres días del Kapay Raymi llevamos a cabo tres festividades por cada uno de los personajes: el capitán, el pindonero y el diputado”, contó el organizador, quien mencionó que se pretende crear una celebración más grande con el paso de los años, para que se convierta en un referente cultural y turístico del país.

Uno de los pajes que participó en esta edición fue el actual prefecto de la provincia, Manuel Caizabanda, quien pertenece al pueblo Salasaka, así como también otras autoridades de la provincia.

El personaje del Prefecto hace referencia al gran cacique de Salasaka, encargado de tomar el mando de las festividades luego del capitán. Sus acompañantes son los soldados y mama pajes, priostes que, de acuerdo con su capacidad económica, colaboran en los gastos de alimentación y estadía, entre otros que se realizan durante el Kapay Raymi.

El organizador de las festividades mencionó que para su pueblo es un orgullo tener a una autoridad provincial en estas actividades, ya que a través de ellos se puede llegar a los jóvenes para que no abandonen la tradición.

“Para conocer todo lo que significa esta fiesta, que tiene más de 300 años, tuve que hacer una gran investigación, en la que pudimos constatar que la celebración es 50% religiosa y 50% ancestral”, contó.

Uno de los pindoneros más antiguos de la comunidad es Jorge Masaquiza Espín, quien actualmente tiene 89 años.

Comentó que volver a ver este jolgorio, tal y como se hacía en su juventud, le llenó de nostalgia, pues pudo observar a varios jóvenes participando y colaborando.

“Ojalá ese apoyo de las nuevas generaciones sea para siempre”, indicó el adulto mayor, quien aseguró también que la participación del prefecto hace que el Kapay Raymi sea conocido en todo el país.

Organización
Danilo Masaquiza dijo que para el desarrollo de las festividades se invirtió alrededor de 9 mil dólares, dinero que se consiguió a través de autogestión con la empresa privada.

Destacó la participación de toda la comunidad, del teniente político, del Consejo de Gobierno del pueblo Salasaka y del Consejo Comunitario, quienes estuvieron encargados de la seguridad de los asistentes, así como de la logística.

En esta representación de la batalla y durante los tres días, estuvieron alrededor de 350 personas.

Antes, ellos se organizan por tres meses para determinar la vestimenta que utilizarán; también la banda de pueblo que los acompañará y la ruta que recorrerán antes de llegar a la plaza de la comunidad Jatun Salazka Chilkapamba. (RMC)

Fe. Varios personajes le rinden tributo al patrono San Buenaventura.
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Fe. Varios personajes le rinden tributo al patrono San Buenaventura.
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