Navidad para políticos

RICARDO VERA CALDERÓN

En esta época de Navidad, donde normalmente se vive un ambiente de paz y armonía, podría ser buen momento para que nuestra clase política, y principalmente nuestros gobernantes, hagan un mea culpa de su forma de actuar. Con una especie de acróstico intentaremos proponer algunas breves reflexiones:

(N) No se olviden nunca lo que prometieron en campaña y quiénes los eligieron. Recuerden que el pueblo es la voz de Dios. Quién los puso, los puede sacar.

(A) Actúen priorizando la satisfacción de las necesidades categóricas de la población dentro de sus competencias, y no priorizando sus intereses personales. Olvídense de los cálculos políticos.

(V) Vean el bosque y no solo el árbol. No se encierren en un círculo que hace daño y no les permite visualizar la realidad de lo que sucede en el exterior. Ser subjetivo es la tumba de un político.

(I) Imaginen por un momento que ya no están en el poder. El poder es efímero y cuando se den cuenta serán unos más del montón, pero a lo mejor con menos amigos, con menos prestigio, y con algunos juicios. Bájense de la nube, a la que se sube erróneamente con un cargo público, e intenten ser los mismos de siempre. No es cosa de ser humildes. Es cosa de ser normales.

(D) Dejen la mezquindad y el egoísmo. No se crean caciques, ni crean que son eternos.

(A) Acepten cuando se equivocan y dejen de hacerse las víctimas con el devaluado argumento de las persecuciones. Digan siempre la verdad y dejen de insultar la inteligencia del pueblo.

(D) Discúlpense con todo el pueblo por llevar a la clase política a lo más bajo de la sociedad. Sean sensatos y dejen espacios para que otros puedan hacer mejor el trabajo que ustedes no pudieron.

Ojalá lo lean y reflexionen. Para ellos y para usted amigo lector, Feliz navidad.

[email protected]

RICARDO VERA CALDERÓN

En esta época de Navidad, donde normalmente se vive un ambiente de paz y armonía, podría ser buen momento para que nuestra clase política, y principalmente nuestros gobernantes, hagan un mea culpa de su forma de actuar. Con una especie de acróstico intentaremos proponer algunas breves reflexiones:

(N) No se olviden nunca lo que prometieron en campaña y quiénes los eligieron. Recuerden que el pueblo es la voz de Dios. Quién los puso, los puede sacar.

(A) Actúen priorizando la satisfacción de las necesidades categóricas de la población dentro de sus competencias, y no priorizando sus intereses personales. Olvídense de los cálculos políticos.

(V) Vean el bosque y no solo el árbol. No se encierren en un círculo que hace daño y no les permite visualizar la realidad de lo que sucede en el exterior. Ser subjetivo es la tumba de un político.

(I) Imaginen por un momento que ya no están en el poder. El poder es efímero y cuando se den cuenta serán unos más del montón, pero a lo mejor con menos amigos, con menos prestigio, y con algunos juicios. Bájense de la nube, a la que se sube erróneamente con un cargo público, e intenten ser los mismos de siempre. No es cosa de ser humildes. Es cosa de ser normales.

(D) Dejen la mezquindad y el egoísmo. No se crean caciques, ni crean que son eternos.

(A) Acepten cuando se equivocan y dejen de hacerse las víctimas con el devaluado argumento de las persecuciones. Digan siempre la verdad y dejen de insultar la inteligencia del pueblo.

(D) Discúlpense con todo el pueblo por llevar a la clase política a lo más bajo de la sociedad. Sean sensatos y dejen espacios para que otros puedan hacer mejor el trabajo que ustedes no pudieron.

Ojalá lo lean y reflexionen. Para ellos y para usted amigo lector, Feliz navidad.

[email protected]

RICARDO VERA CALDERÓN

En esta época de Navidad, donde normalmente se vive un ambiente de paz y armonía, podría ser buen momento para que nuestra clase política, y principalmente nuestros gobernantes, hagan un mea culpa de su forma de actuar. Con una especie de acróstico intentaremos proponer algunas breves reflexiones:

(N) No se olviden nunca lo que prometieron en campaña y quiénes los eligieron. Recuerden que el pueblo es la voz de Dios. Quién los puso, los puede sacar.

(A) Actúen priorizando la satisfacción de las necesidades categóricas de la población dentro de sus competencias, y no priorizando sus intereses personales. Olvídense de los cálculos políticos.

(V) Vean el bosque y no solo el árbol. No se encierren en un círculo que hace daño y no les permite visualizar la realidad de lo que sucede en el exterior. Ser subjetivo es la tumba de un político.

(I) Imaginen por un momento que ya no están en el poder. El poder es efímero y cuando se den cuenta serán unos más del montón, pero a lo mejor con menos amigos, con menos prestigio, y con algunos juicios. Bájense de la nube, a la que se sube erróneamente con un cargo público, e intenten ser los mismos de siempre. No es cosa de ser humildes. Es cosa de ser normales.

(D) Dejen la mezquindad y el egoísmo. No se crean caciques, ni crean que son eternos.

(A) Acepten cuando se equivocan y dejen de hacerse las víctimas con el devaluado argumento de las persecuciones. Digan siempre la verdad y dejen de insultar la inteligencia del pueblo.

(D) Discúlpense con todo el pueblo por llevar a la clase política a lo más bajo de la sociedad. Sean sensatos y dejen espacios para que otros puedan hacer mejor el trabajo que ustedes no pudieron.

Ojalá lo lean y reflexionen. Para ellos y para usted amigo lector, Feliz navidad.

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RICARDO VERA CALDERÓN

En esta época de Navidad, donde normalmente se vive un ambiente de paz y armonía, podría ser buen momento para que nuestra clase política, y principalmente nuestros gobernantes, hagan un mea culpa de su forma de actuar. Con una especie de acróstico intentaremos proponer algunas breves reflexiones:

(N) No se olviden nunca lo que prometieron en campaña y quiénes los eligieron. Recuerden que el pueblo es la voz de Dios. Quién los puso, los puede sacar.

(A) Actúen priorizando la satisfacción de las necesidades categóricas de la población dentro de sus competencias, y no priorizando sus intereses personales. Olvídense de los cálculos políticos.

(V) Vean el bosque y no solo el árbol. No se encierren en un círculo que hace daño y no les permite visualizar la realidad de lo que sucede en el exterior. Ser subjetivo es la tumba de un político.

(I) Imaginen por un momento que ya no están en el poder. El poder es efímero y cuando se den cuenta serán unos más del montón, pero a lo mejor con menos amigos, con menos prestigio, y con algunos juicios. Bájense de la nube, a la que se sube erróneamente con un cargo público, e intenten ser los mismos de siempre. No es cosa de ser humildes. Es cosa de ser normales.

(D) Dejen la mezquindad y el egoísmo. No se crean caciques, ni crean que son eternos.

(A) Acepten cuando se equivocan y dejen de hacerse las víctimas con el devaluado argumento de las persecuciones. Digan siempre la verdad y dejen de insultar la inteligencia del pueblo.

(D) Discúlpense con todo el pueblo por llevar a la clase política a lo más bajo de la sociedad. Sean sensatos y dejen espacios para que otros puedan hacer mejor el trabajo que ustedes no pudieron.

Ojalá lo lean y reflexionen. Para ellos y para usted amigo lector, Feliz navidad.

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