Moscas

CARLOS TRUJILLO SIERRA

Las moscas son las mismas, hijas de las hijas de las hijas, el potaje es el que cambia. Todavía no había televisión en el Ecuador pero sí cine (hoy en número menor y no precisamente en el barrio) y se utilizaban unos enormes equipos proyectores con cientos de piezas.

Revisando unos asientos contables hallé que una arandela (de frecuente recambio) ingresaba al país con el valor de 13 centavos cada una y se vendía a los cines necesitados de ella por 19 sucres – el dólar en esa época debía estar entre los 10 y 15 sucres (nuestra moneda soberana hasta el final de Jamil). Antes ya hablé de los arriendos en Quito tan caros como en Washington D.C.

Así se mantienen nuestros precios con distorsiones tan aberrantes como las propuestas de aumento de sueldo básico propuesto por los comensales criollos de Maduro, Maduro devalúa su bolívar sin entender el valor de los ceros a la derecha, los nuestros no entienden que gozan de muchos y seguros dólares, esas babosadas están en boca de dirigentes sindicales casi vitalicios.

Deje su comodidad, apague la TV, piense un ratito y compare, 50 Latin Kings viajan a China en el avión presidencial (de Rafael, el único). ¿Quién se inmutó? Nada menos que de Quito y Guayaquil a Pekín, más de 20 horas y ahora, la Ministra de Gobierno viaja de Salinas a Atacames en un helicóptero policial y es llamada a juicio político y como no logran condenarla, allí mismo, calientito, voces histéricas le amenazan con otro juicio por cualquier nadería.

Y las moscas siguen felices en su protegido hábitat: canales de TV sin ningún derecho, con permisos chimbos pero respaldados por millones de dólares, les importa un pepino los gemidos débiles de un presidente tímido y acoquinado. Sabíamos que había jueces Penales (venal, es decir, que se compra y se vende como un costal de papas).

[email protected]

CARLOS TRUJILLO SIERRA

Las moscas son las mismas, hijas de las hijas de las hijas, el potaje es el que cambia. Todavía no había televisión en el Ecuador pero sí cine (hoy en número menor y no precisamente en el barrio) y se utilizaban unos enormes equipos proyectores con cientos de piezas.

Revisando unos asientos contables hallé que una arandela (de frecuente recambio) ingresaba al país con el valor de 13 centavos cada una y se vendía a los cines necesitados de ella por 19 sucres – el dólar en esa época debía estar entre los 10 y 15 sucres (nuestra moneda soberana hasta el final de Jamil). Antes ya hablé de los arriendos en Quito tan caros como en Washington D.C.

Así se mantienen nuestros precios con distorsiones tan aberrantes como las propuestas de aumento de sueldo básico propuesto por los comensales criollos de Maduro, Maduro devalúa su bolívar sin entender el valor de los ceros a la derecha, los nuestros no entienden que gozan de muchos y seguros dólares, esas babosadas están en boca de dirigentes sindicales casi vitalicios.

Deje su comodidad, apague la TV, piense un ratito y compare, 50 Latin Kings viajan a China en el avión presidencial (de Rafael, el único). ¿Quién se inmutó? Nada menos que de Quito y Guayaquil a Pekín, más de 20 horas y ahora, la Ministra de Gobierno viaja de Salinas a Atacames en un helicóptero policial y es llamada a juicio político y como no logran condenarla, allí mismo, calientito, voces histéricas le amenazan con otro juicio por cualquier nadería.

Y las moscas siguen felices en su protegido hábitat: canales de TV sin ningún derecho, con permisos chimbos pero respaldados por millones de dólares, les importa un pepino los gemidos débiles de un presidente tímido y acoquinado. Sabíamos que había jueces Penales (venal, es decir, que se compra y se vende como un costal de papas).

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Las moscas son las mismas, hijas de las hijas de las hijas, el potaje es el que cambia. Todavía no había televisión en el Ecuador pero sí cine (hoy en número menor y no precisamente en el barrio) y se utilizaban unos enormes equipos proyectores con cientos de piezas.

Revisando unos asientos contables hallé que una arandela (de frecuente recambio) ingresaba al país con el valor de 13 centavos cada una y se vendía a los cines necesitados de ella por 19 sucres – el dólar en esa época debía estar entre los 10 y 15 sucres (nuestra moneda soberana hasta el final de Jamil). Antes ya hablé de los arriendos en Quito tan caros como en Washington D.C.

Así se mantienen nuestros precios con distorsiones tan aberrantes como las propuestas de aumento de sueldo básico propuesto por los comensales criollos de Maduro, Maduro devalúa su bolívar sin entender el valor de los ceros a la derecha, los nuestros no entienden que gozan de muchos y seguros dólares, esas babosadas están en boca de dirigentes sindicales casi vitalicios.

Deje su comodidad, apague la TV, piense un ratito y compare, 50 Latin Kings viajan a China en el avión presidencial (de Rafael, el único). ¿Quién se inmutó? Nada menos que de Quito y Guayaquil a Pekín, más de 20 horas y ahora, la Ministra de Gobierno viaja de Salinas a Atacames en un helicóptero policial y es llamada a juicio político y como no logran condenarla, allí mismo, calientito, voces histéricas le amenazan con otro juicio por cualquier nadería.

Y las moscas siguen felices en su protegido hábitat: canales de TV sin ningún derecho, con permisos chimbos pero respaldados por millones de dólares, les importa un pepino los gemidos débiles de un presidente tímido y acoquinado. Sabíamos que había jueces Penales (venal, es decir, que se compra y se vende como un costal de papas).

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Las moscas son las mismas, hijas de las hijas de las hijas, el potaje es el que cambia. Todavía no había televisión en el Ecuador pero sí cine (hoy en número menor y no precisamente en el barrio) y se utilizaban unos enormes equipos proyectores con cientos de piezas.

Revisando unos asientos contables hallé que una arandela (de frecuente recambio) ingresaba al país con el valor de 13 centavos cada una y se vendía a los cines necesitados de ella por 19 sucres – el dólar en esa época debía estar entre los 10 y 15 sucres (nuestra moneda soberana hasta el final de Jamil). Antes ya hablé de los arriendos en Quito tan caros como en Washington D.C.

Así se mantienen nuestros precios con distorsiones tan aberrantes como las propuestas de aumento de sueldo básico propuesto por los comensales criollos de Maduro, Maduro devalúa su bolívar sin entender el valor de los ceros a la derecha, los nuestros no entienden que gozan de muchos y seguros dólares, esas babosadas están en boca de dirigentes sindicales casi vitalicios.

Deje su comodidad, apague la TV, piense un ratito y compare, 50 Latin Kings viajan a China en el avión presidencial (de Rafael, el único). ¿Quién se inmutó? Nada menos que de Quito y Guayaquil a Pekín, más de 20 horas y ahora, la Ministra de Gobierno viaja de Salinas a Atacames en un helicóptero policial y es llamada a juicio político y como no logran condenarla, allí mismo, calientito, voces histéricas le amenazan con otro juicio por cualquier nadería.

Y las moscas siguen felices en su protegido hábitat: canales de TV sin ningún derecho, con permisos chimbos pero respaldados por millones de dólares, les importa un pepino los gemidos débiles de un presidente tímido y acoquinado. Sabíamos que había jueces Penales (venal, es decir, que se compra y se vende como un costal de papas).

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