Las versiones de este día

Pablo Escandón Montenegro

Las Saturnalias eran las fiestas romanas, en honor a Saturno, el dios máximo; en el imperio inca se conmemora el solsticio de invierno para el hemisferio norte y de verano para el hemisferio sur, conocido como Capac Raymi; los mexicas festejaban el nacimiento de Huitzilopochtli, dios de la guerra y del sol.

Pero la festividad más extendida es la Navidad, el nacimiento de Jesús, hijo de Dios y Dios trinitario: padre, hijo y Espíritu Santo.

Sea la religión o cultura a la que pertenezcamos, el sol marca los cambios estacionarios y dispone inicios y finales para la humanidad. Nacimientos, renacimientos y grandes congregaciones festivas que implican grandes cantidades de comida y compartir las fiestas con los miembros de la comunidad.

Las saturnales eran festividades que implicaban desenfreno y goce, como si fueran carnavales decembrinos, tal vez por esa tradición muchas de las novenas en varios países terminan en jarana y baile.

Hutzilopochtli fue el dios vinculado con el sol y el más popular y extendido en los territorios conquistados por los mexicas, nacido el 25 de diciembre, por lo cual los conquistadores españoles aprovecharon la coyuntura para revestirlo e hibridarlo de la tradición católica.

Historia similar con nuestro Capac Raymi, cuando el sol viaja para dar mayor calor al hemisferio sur y dar frío al norte; para la conquista, la sustitución del solsticio por la Navidad no fue problemática, ya que el sol inca fue trocado por Jesús y su luz.

El 25 de diciembre tiene un significado temporal y su relación con el sol es directa, ya que la producción agrícola depende de la luz, como dadora de vida, como dirección de vida y como renovación espiritual. Sea por la creencia que tengamos, este 25 de diciembre es el pretexto para comer acompañados, para renovar el espíritu y encontrar la luz que requerimos para iluminar nuestros pensamientos y acciones.

[email protected]

Pablo Escandón Montenegro

Las Saturnalias eran las fiestas romanas, en honor a Saturno, el dios máximo; en el imperio inca se conmemora el solsticio de invierno para el hemisferio norte y de verano para el hemisferio sur, conocido como Capac Raymi; los mexicas festejaban el nacimiento de Huitzilopochtli, dios de la guerra y del sol.

Pero la festividad más extendida es la Navidad, el nacimiento de Jesús, hijo de Dios y Dios trinitario: padre, hijo y Espíritu Santo.

Sea la religión o cultura a la que pertenezcamos, el sol marca los cambios estacionarios y dispone inicios y finales para la humanidad. Nacimientos, renacimientos y grandes congregaciones festivas que implican grandes cantidades de comida y compartir las fiestas con los miembros de la comunidad.

Las saturnales eran festividades que implicaban desenfreno y goce, como si fueran carnavales decembrinos, tal vez por esa tradición muchas de las novenas en varios países terminan en jarana y baile.

Hutzilopochtli fue el dios vinculado con el sol y el más popular y extendido en los territorios conquistados por los mexicas, nacido el 25 de diciembre, por lo cual los conquistadores españoles aprovecharon la coyuntura para revestirlo e hibridarlo de la tradición católica.

Historia similar con nuestro Capac Raymi, cuando el sol viaja para dar mayor calor al hemisferio sur y dar frío al norte; para la conquista, la sustitución del solsticio por la Navidad no fue problemática, ya que el sol inca fue trocado por Jesús y su luz.

El 25 de diciembre tiene un significado temporal y su relación con el sol es directa, ya que la producción agrícola depende de la luz, como dadora de vida, como dirección de vida y como renovación espiritual. Sea por la creencia que tengamos, este 25 de diciembre es el pretexto para comer acompañados, para renovar el espíritu y encontrar la luz que requerimos para iluminar nuestros pensamientos y acciones.

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Las Saturnalias eran las fiestas romanas, en honor a Saturno, el dios máximo; en el imperio inca se conmemora el solsticio de invierno para el hemisferio norte y de verano para el hemisferio sur, conocido como Capac Raymi; los mexicas festejaban el nacimiento de Huitzilopochtli, dios de la guerra y del sol.

Pero la festividad más extendida es la Navidad, el nacimiento de Jesús, hijo de Dios y Dios trinitario: padre, hijo y Espíritu Santo.

Sea la religión o cultura a la que pertenezcamos, el sol marca los cambios estacionarios y dispone inicios y finales para la humanidad. Nacimientos, renacimientos y grandes congregaciones festivas que implican grandes cantidades de comida y compartir las fiestas con los miembros de la comunidad.

Las saturnales eran festividades que implicaban desenfreno y goce, como si fueran carnavales decembrinos, tal vez por esa tradición muchas de las novenas en varios países terminan en jarana y baile.

Hutzilopochtli fue el dios vinculado con el sol y el más popular y extendido en los territorios conquistados por los mexicas, nacido el 25 de diciembre, por lo cual los conquistadores españoles aprovecharon la coyuntura para revestirlo e hibridarlo de la tradición católica.

Historia similar con nuestro Capac Raymi, cuando el sol viaja para dar mayor calor al hemisferio sur y dar frío al norte; para la conquista, la sustitución del solsticio por la Navidad no fue problemática, ya que el sol inca fue trocado por Jesús y su luz.

El 25 de diciembre tiene un significado temporal y su relación con el sol es directa, ya que la producción agrícola depende de la luz, como dadora de vida, como dirección de vida y como renovación espiritual. Sea por la creencia que tengamos, este 25 de diciembre es el pretexto para comer acompañados, para renovar el espíritu y encontrar la luz que requerimos para iluminar nuestros pensamientos y acciones.

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Pablo Escandón Montenegro

Las Saturnalias eran las fiestas romanas, en honor a Saturno, el dios máximo; en el imperio inca se conmemora el solsticio de invierno para el hemisferio norte y de verano para el hemisferio sur, conocido como Capac Raymi; los mexicas festejaban el nacimiento de Huitzilopochtli, dios de la guerra y del sol.

Pero la festividad más extendida es la Navidad, el nacimiento de Jesús, hijo de Dios y Dios trinitario: padre, hijo y Espíritu Santo.

Sea la religión o cultura a la que pertenezcamos, el sol marca los cambios estacionarios y dispone inicios y finales para la humanidad. Nacimientos, renacimientos y grandes congregaciones festivas que implican grandes cantidades de comida y compartir las fiestas con los miembros de la comunidad.

Las saturnales eran festividades que implicaban desenfreno y goce, como si fueran carnavales decembrinos, tal vez por esa tradición muchas de las novenas en varios países terminan en jarana y baile.

Hutzilopochtli fue el dios vinculado con el sol y el más popular y extendido en los territorios conquistados por los mexicas, nacido el 25 de diciembre, por lo cual los conquistadores españoles aprovecharon la coyuntura para revestirlo e hibridarlo de la tradición católica.

Historia similar con nuestro Capac Raymi, cuando el sol viaja para dar mayor calor al hemisferio sur y dar frío al norte; para la conquista, la sustitución del solsticio por la Navidad no fue problemática, ya que el sol inca fue trocado por Jesús y su luz.

El 25 de diciembre tiene un significado temporal y su relación con el sol es directa, ya que la producción agrícola depende de la luz, como dadora de vida, como dirección de vida y como renovación espiritual. Sea por la creencia que tengamos, este 25 de diciembre es el pretexto para comer acompañados, para renovar el espíritu y encontrar la luz que requerimos para iluminar nuestros pensamientos y acciones.

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