La MUY olvidada ÉTICA

Gabriela Rosero

Si cada individuo actuara basado en los principios básicos de la vida como es la ÉTICA y la MORAL, otra sería la historia de nuestra sociedad.

No es difícil poder discernir que la ética está basada en reconocer el bien y el mal y sus relaciones con la moral y el comportamiento humano en una comunidad.

Este fin de semana, me cuestionaba el por qué nuestro sistema se empodera tanto en que los niños y los jóvenes estudien y estudien con la finalidad de llegar a ser buenos profesionales, cuando lo más importante que se debe inculcar y que incluso debería ser una materia que forme parte del pénsum de estudios es precisamente la ÉTICA.

Hoy por hoy se están graduando cientos y cientos de promociones de profesionales, capacitados y competitivos pero sin valores.

La falta de ética esta íntimamente ligada a la corrupción, tomando en cuenta que CORRUPCIÓN es aceptar un soborno, es aceptar un cargo o puesto laboral para el cual no estamos capacitados, abusar del poder, tráfico de influencias, el compadrazgo; los mismos que nos llevarán mañana más tarde a cometer actos más complicados como hacer un mal uso intencional de los recursos financieros y humanos, narcotráfico, lavado de dinero, prostitución ilegal y hasta la trata de personas.

Esta enseñanza debe ser incansable y nace desde la formación en cada uno de los hogares, para ser reforzada desde la academia y ponerla en practica en nuestro diario vivir.

Estoy segura que aún estamos a tiempo de poder cambiar esta triste realidad que asecha a nuestra sociedad, nuestro entorno, nuestra vida misma. Es mas fácil un NO a tiempo que un SI camuflado que sea descubierto y luego penado por causa de una debilidad.

No nos olvidemos que lo único que nos llevamos hasta la muerte es nuestro buen nombre, todo lo demás es efímero, todo los demás se desvanece, todo lo demás es superficial.

Vivamos, trabajemos y actuemos enmarcados en principios que aporten a nuestro buen vivir, a ser siempre recordados por lo bien y el bien que hicimos y como aportamos para tener un mundo mejor.

Gabriela Rosero

Si cada individuo actuara basado en los principios básicos de la vida como es la ÉTICA y la MORAL, otra sería la historia de nuestra sociedad.

No es difícil poder discernir que la ética está basada en reconocer el bien y el mal y sus relaciones con la moral y el comportamiento humano en una comunidad.

Este fin de semana, me cuestionaba el por qué nuestro sistema se empodera tanto en que los niños y los jóvenes estudien y estudien con la finalidad de llegar a ser buenos profesionales, cuando lo más importante que se debe inculcar y que incluso debería ser una materia que forme parte del pénsum de estudios es precisamente la ÉTICA.

Hoy por hoy se están graduando cientos y cientos de promociones de profesionales, capacitados y competitivos pero sin valores.

La falta de ética esta íntimamente ligada a la corrupción, tomando en cuenta que CORRUPCIÓN es aceptar un soborno, es aceptar un cargo o puesto laboral para el cual no estamos capacitados, abusar del poder, tráfico de influencias, el compadrazgo; los mismos que nos llevarán mañana más tarde a cometer actos más complicados como hacer un mal uso intencional de los recursos financieros y humanos, narcotráfico, lavado de dinero, prostitución ilegal y hasta la trata de personas.

Esta enseñanza debe ser incansable y nace desde la formación en cada uno de los hogares, para ser reforzada desde la academia y ponerla en practica en nuestro diario vivir.

Estoy segura que aún estamos a tiempo de poder cambiar esta triste realidad que asecha a nuestra sociedad, nuestro entorno, nuestra vida misma. Es mas fácil un NO a tiempo que un SI camuflado que sea descubierto y luego penado por causa de una debilidad.

No nos olvidemos que lo único que nos llevamos hasta la muerte es nuestro buen nombre, todo lo demás es efímero, todo los demás se desvanece, todo lo demás es superficial.

Vivamos, trabajemos y actuemos enmarcados en principios que aporten a nuestro buen vivir, a ser siempre recordados por lo bien y el bien que hicimos y como aportamos para tener un mundo mejor.

Gabriela Rosero

Si cada individuo actuara basado en los principios básicos de la vida como es la ÉTICA y la MORAL, otra sería la historia de nuestra sociedad.

No es difícil poder discernir que la ética está basada en reconocer el bien y el mal y sus relaciones con la moral y el comportamiento humano en una comunidad.

Este fin de semana, me cuestionaba el por qué nuestro sistema se empodera tanto en que los niños y los jóvenes estudien y estudien con la finalidad de llegar a ser buenos profesionales, cuando lo más importante que se debe inculcar y que incluso debería ser una materia que forme parte del pénsum de estudios es precisamente la ÉTICA.

Hoy por hoy se están graduando cientos y cientos de promociones de profesionales, capacitados y competitivos pero sin valores.

La falta de ética esta íntimamente ligada a la corrupción, tomando en cuenta que CORRUPCIÓN es aceptar un soborno, es aceptar un cargo o puesto laboral para el cual no estamos capacitados, abusar del poder, tráfico de influencias, el compadrazgo; los mismos que nos llevarán mañana más tarde a cometer actos más complicados como hacer un mal uso intencional de los recursos financieros y humanos, narcotráfico, lavado de dinero, prostitución ilegal y hasta la trata de personas.

Esta enseñanza debe ser incansable y nace desde la formación en cada uno de los hogares, para ser reforzada desde la academia y ponerla en practica en nuestro diario vivir.

Estoy segura que aún estamos a tiempo de poder cambiar esta triste realidad que asecha a nuestra sociedad, nuestro entorno, nuestra vida misma. Es mas fácil un NO a tiempo que un SI camuflado que sea descubierto y luego penado por causa de una debilidad.

No nos olvidemos que lo único que nos llevamos hasta la muerte es nuestro buen nombre, todo lo demás es efímero, todo los demás se desvanece, todo lo demás es superficial.

Vivamos, trabajemos y actuemos enmarcados en principios que aporten a nuestro buen vivir, a ser siempre recordados por lo bien y el bien que hicimos y como aportamos para tener un mundo mejor.

Gabriela Rosero

Si cada individuo actuara basado en los principios básicos de la vida como es la ÉTICA y la MORAL, otra sería la historia de nuestra sociedad.

No es difícil poder discernir que la ética está basada en reconocer el bien y el mal y sus relaciones con la moral y el comportamiento humano en una comunidad.

Este fin de semana, me cuestionaba el por qué nuestro sistema se empodera tanto en que los niños y los jóvenes estudien y estudien con la finalidad de llegar a ser buenos profesionales, cuando lo más importante que se debe inculcar y que incluso debería ser una materia que forme parte del pénsum de estudios es precisamente la ÉTICA.

Hoy por hoy se están graduando cientos y cientos de promociones de profesionales, capacitados y competitivos pero sin valores.

La falta de ética esta íntimamente ligada a la corrupción, tomando en cuenta que CORRUPCIÓN es aceptar un soborno, es aceptar un cargo o puesto laboral para el cual no estamos capacitados, abusar del poder, tráfico de influencias, el compadrazgo; los mismos que nos llevarán mañana más tarde a cometer actos más complicados como hacer un mal uso intencional de los recursos financieros y humanos, narcotráfico, lavado de dinero, prostitución ilegal y hasta la trata de personas.

Esta enseñanza debe ser incansable y nace desde la formación en cada uno de los hogares, para ser reforzada desde la academia y ponerla en practica en nuestro diario vivir.

Estoy segura que aún estamos a tiempo de poder cambiar esta triste realidad que asecha a nuestra sociedad, nuestro entorno, nuestra vida misma. Es mas fácil un NO a tiempo que un SI camuflado que sea descubierto y luego penado por causa de una debilidad.

No nos olvidemos que lo único que nos llevamos hasta la muerte es nuestro buen nombre, todo lo demás es efímero, todo los demás se desvanece, todo lo demás es superficial.

Vivamos, trabajemos y actuemos enmarcados en principios que aporten a nuestro buen vivir, a ser siempre recordados por lo bien y el bien que hicimos y como aportamos para tener un mundo mejor.